lunes, 21 de septiembre de 2009

Washington quiere a Venezuela desarmada


por Juanlu González
17 Septiembre 20093

El imperio quiere a una Venezuela débil en todos los sentidos, eso es lo que se desprende de las declaraciones efectuadas por Hillary Clinton durante la visita del mandatario uruguayo Tabaré Vázquez a Washington. Hillary dijo sentirse inquieta ante la carrera armamentística en América Latina iniciada —según su parecer— por Venezuela.

El origen de este nuevo ataque a la república bolivariana es la compra a Rusia de sistemas de defensa antiaérea y algunos tanques modelo T72. Da igual que Venezuela sea uno de los países de la región que menos gasto militar por habitante efectúe, tampoco se le ocurre relacionar el dato con la amenaza real que suponen las bases norteamericanas en el país vecino, eso da igual. Lo único que interesa es atacar a Chávez con todas las armas disponibles a su alcance: golpes de estado, medios de comunicación, alianzas militares, financiación de la oposición política y militar, etc.

Con diferencia, Colombia es el país más poderoso desde el punto de vista militar en la región, tanto por número de soldados como por poderío armamentístico. En cuanto a gasto militar frente al PIB en Latinoamérica, tras Ecuador y Chile que alcanzan el 3,81 y el 3,73% respectivamente, se sitúa Colombia con un nada despreciable 3,34%, muy lejos de Venezuela que raro es el año que supera el 1,5%, muy cerca del mínimo continental. Pero cualquier dato estadístico o cualquier realidad no son relevantes ni contra la desfachatez política ni contra la maquinaria propagandística norteamericana. Pero no hay nada nuevo bajo el sol, ya EEUU criticó una compra de fusiles destinados a hacer complicada una invasión que pretendiera hacerse con los recursos petroleros de Venezuela, echó por tierra un acuerdo español para la venta de aviones de carga por contener elementos de patente USAmericana. Lo mismo sucedió en su momento con Irán y con cualquier país que se sienta amenazado, es obvio que pretenda defenderse por todos los medios a su alcance. Chávez en unas declaraciones efectuadas ayer mismo tras la cumbre de UNASUR manifestó sentirse amenazado directamente por Estados Unidos por la instalación de bases en Colombia y la por falta de información sobre los detalles del acuerdo militar por parte de Uribe quien, algo tendrá que ocultar si, a pesar de las presiones recibidas por todos sus colegas, no ha querido ni ofrecer ni garantías del uso interno de las bases, ni proporcionar la menor información fidedigna sobre el asunto.

Pero Hillary si se siente facultada para pedir explicaciones sobre el por qué de la compra de armamento por parte de Venezuela y de sus objetivos. Ni que decir tiene que la respuesta del gobierno bolivariano ha sido tan contundente como podría esperarse, en esta ocasión, por boca de su canciller, Nicolás Maduro, o en declaraciones del representante venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, quien además señaló como amenazas crecientes la IV Flota o el Comando Sur de EEUU.

Lo que cada día resulta más notable es que la hegemonía del imperio depende, más que de su economía menguante, de su poderío militar y que cualquier afrenta a este en cualquier lugar del planeta no hace sino contribuir a su declive como única superpotencia mundial. En palabras del congresista norteamericano Ron Paul:

Irónicamente, la superioridad del dólar depende de nuestra fortaleza militar, y nuestra fortaleza militar depende del dólar. Mientras que los países extranjeros sigan aceptando nuestros dólares por sus bienes reales y mientras que tengan la voluntad de financiar nuestro consumo extravagante y nuestro militarismo, el status quo continuará, no importa cuán gigantesca sea nuestra deuda externa y cuán deficitario sea nuestro déficit de pagos.

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