13/05/2009 El Papa Benedicto XVI ha respondido a un juez supremo palestino que llamó la atención sobre los crímenes israelíes escenificando una salida.
El juez supremo islámico de la Autoridad Palestina, Sheij Taisir Tamimi, criticó duramente en un discurso pronunciado en el Instituto Pontificio de Notre Dame en Jerusalén (Al Quds) la conducta israelí en los territorios ocupados palestinos. Las declaraciones de Tamimi provocaron indignación entre los israelíes.
En presencia del Papa, el juez palestino criticó a Tel Aviv por “asesinar a los niños de Gaza,” “demoler las viviendas palestinas con bulldozers” y “destruir mezquitas.” “Esperamos juntos la liberación e independencia y el establecimiento de un estado palestino.”
Tamimi hizo también un llamamiento en favor del retorno de todos los refugiados palestinos y pidió a los cristianos y musulmanes que se unan en contra del sionismo político. Más tarde, declaró a Jerusalén como capital eterna de Palestina.
Dirigiéndose al Papa al final del discurso de seis minutos, él dijo: “Su Santidad, yo le pido en el nombre del Dios único que condene estos crímenes y presione al gobierno israelí para que detenga su agresión contra el pueblo palestino.”
Tamimi estrechó la mano del Papa al abandonar el podio y el encuentro terminó como estaba previsto inmediatamente después.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo: “El discurso de Sheij Taysir Tamimi no estaba previsto por los organizadores del encuentro. En un encuentro dedicado al diálogo, esta intervención era una negación directa de lo que debería de ser el diálogo. Esperamos que este incidente no dañe la misión del Papa, que busca promover la paz y el diálogo interreligioso.”
El Papa dijo en un encuentro de obispos católicos en el Jerusalén ocupado el martes que la supervivencia de las comunidades cristianas en Oriente Medio era de “vital importancia.”
“Las comunidades católicas en Tierra Santa... en su fe y devoción son como velas que iluminan los lugares santos que fueron agraciados por la presencia de Jesús, nuestro Señor que vive,” señaló. “Esta presencia es de vital importancia para el bien de la sociedad en su conjunto,” dijo el Pontífice a una asamblea que reunía a obispos católicos de varias denominaciones en la sala de la Ciudad Vieja donde se cree que Jesús celebró la Última Cena.
La preocupación por el destino de las menguantes comunidades cristianas en la región ha estado en el corazón de la visita de una semana de Benedicto XVI a Jordania y los territorios palestinos ocupados, la primera desde que se convirtió en Papa.
El juez supremo islámico de la Autoridad Palestina, Sheij Taisir Tamimi, criticó duramente en un discurso pronunciado en el Instituto Pontificio de Notre Dame en Jerusalén (Al Quds) la conducta israelí en los territorios ocupados palestinos. Las declaraciones de Tamimi provocaron indignación entre los israelíes.
En presencia del Papa, el juez palestino criticó a Tel Aviv por “asesinar a los niños de Gaza,” “demoler las viviendas palestinas con bulldozers” y “destruir mezquitas.” “Esperamos juntos la liberación e independencia y el establecimiento de un estado palestino.”
Tamimi hizo también un llamamiento en favor del retorno de todos los refugiados palestinos y pidió a los cristianos y musulmanes que se unan en contra del sionismo político. Más tarde, declaró a Jerusalén como capital eterna de Palestina.
Dirigiéndose al Papa al final del discurso de seis minutos, él dijo: “Su Santidad, yo le pido en el nombre del Dios único que condene estos crímenes y presione al gobierno israelí para que detenga su agresión contra el pueblo palestino.”
Tamimi estrechó la mano del Papa al abandonar el podio y el encuentro terminó como estaba previsto inmediatamente después.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo: “El discurso de Sheij Taysir Tamimi no estaba previsto por los organizadores del encuentro. En un encuentro dedicado al diálogo, esta intervención era una negación directa de lo que debería de ser el diálogo. Esperamos que este incidente no dañe la misión del Papa, que busca promover la paz y el diálogo interreligioso.”
El Papa dijo en un encuentro de obispos católicos en el Jerusalén ocupado el martes que la supervivencia de las comunidades cristianas en Oriente Medio era de “vital importancia.”
“Las comunidades católicas en Tierra Santa... en su fe y devoción son como velas que iluminan los lugares santos que fueron agraciados por la presencia de Jesús, nuestro Señor que vive,” señaló. “Esta presencia es de vital importancia para el bien de la sociedad en su conjunto,” dijo el Pontífice a una asamblea que reunía a obispos católicos de varias denominaciones en la sala de la Ciudad Vieja donde se cree que Jesús celebró la Última Cena.
La preocupación por el destino de las menguantes comunidades cristianas en la región ha estado en el corazón de la visita de una semana de Benedicto XVI a Jordania y los territorios palestinos ocupados, la primera desde que se convirtió en Papa.
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