Posted on 15 febrero, 2013 by María Landi
“El periodista Gideon Levy es seguramente el hombre más odiado en Israel por sus informes sobre los Territorios Palestinos Ocupados“, dice la nota de Al Jazeera World.
En 47 minutos, este excelente documental de Bilal Yousef para Al Jazeera (con subtítulos en inglés) muestra, a través de la mirada y el trabajo periodístico de Gideon Levy, la brutalidad de la ocupación israelí, así como la inmoralidad de la ceguera y el negacionismo que reinan en esa sociedad.
Traduzco el texto que acompaña el documental:
Gideon Levy es alguien que evoca fuertes emociones entre sus compatriotas israelíes.
El escritor y periodista ha realizado visitas semanales, durante las últimas tres décadas, a los territorios palestinos ocupados, describiendo lo que ve, claramente y sin hacer propaganda.
Algunos israelíes lo ven como un valiente divulgador de la verdad. Pero muchos otros lo condenan como un propagandista de Hamas. Y sus columnas para el periódico Haaretz de Tel Aviv lo han hecho, sin duda, uno de los hombres más odiados en Israel.
“Cuando me uní al diario Haaretz, empecé a visitar los territorios ocupados“, dice Levy. “Inmediatamente me di cuenta de que esto era lo que quería hacer: comprender la brutalidad e inhumanidad de la ocupación israelí“.
“Me di cuenta de tres cosas: primero, que este es el drama más grande que enfrenta el Estado de Israel. En segundo lugar, que esta historia no estaba siendo cubierta por los medios de comunicación israelíes. Y en tercer lugar, que esto iba a ser mi misión en la vida: informar sobre la ocupación a los lectores israelíes que no querían saber lo que realmente estaba sucediendo allí “.
Con los años, las historias de Levy han arrojado luz sobre la realidad que las y los palestinos enfrentan a diario.
En uno de sus primeros informes: “La muerte de un bebé“, de 1996, relató un incidente que sufrido por la familia Abu Dahouk. Sus miembros fueron detenidos en un checkpoint en el camino al hospital. Los soldados israelíes retrasaron a la familia impidiéndole pasar, a pesar del avanzado estado de gestación de Dahouk Fayzeh Abu, que terminó dando a luz a su bebé en el asiento trasero del coche. El bebé, al que ella pensaba llamar Yousef, murió un par de días más tarde.
Levy escribió en su momento: “¿Quién diablos son esos soldados que miraban cómo Fayzeh Abu Dahouk daba a luz a su bebé con gran dolor en el coche de su cuñado? ¿Quiénes son esos soldados que no les dejaron pasar para llegar al hospital? “
“¿Quiénes son esos soldados que obligaron a Fayzeh a envolver a su bebé entre su ropa y caminar dos kilómetros para llegar al hospital?“
Los relatos de Levy hablan de jóvenes palestinos abatidos a tiros por soldados israelíes tras ser acusados de arrojar piedras, de la falta de castigo para los soldados que matan a los palestinos a sangre fría, y del drama de los agricultores palestinos, cuyo sustento depende de los olivos que los colonos judíos incendian y destruyen impunemente una y otra vez.
Muchos en Israel han criticado los informes de Levy, diciendo que él y sus colegas son responsables de reforzar el antisemitismo en todo el mundo.
Pero otros ven a Levy como un individuo que se planta valientemente en contra de las opiniones dominantes de la sociedad en la que vive.
“La historia ha sido testigo de ocupantes peores y más brutales que los israelíes. Pero nunca he oído de una ocupación que se cree que ella es la víctima. Y la única víctima“, dice.
“A veces me siento avergonzado de lo que se está haciendo en nuestro nombre. Me siento muy culpable ante los palestinos. Creo que les estamos haciendo cosas terribles.”
El documental Ir contra la corriente sigue a Gideon Levy en una de sus misiones en Hebrón, donde se encuentra con algunas/os de las/os palestinas/os de a pie cuyas vidas ha descrito en su columna de Haaretz.
Como escribió Dorothy Naor, el documental es más sobre los horrores de la ocupación que sobre Levy mismo.
Ver el documental en este enlace:
Going Against the Grain – Al Jazeera World – Al Jazeera English.Gideon Levy: Ir contra la corriente
Posted on 15 febrero, 2013 by María Landi
“El periodista Gideon Levy es seguramente el hombre más odiado en Israel por sus informes sobre los Territorios Palestinos Ocupados“, dice la nota de Al Jazeera World.
En 47 minutos, este excelente documental de Bilal Yousef para Al Jazeera (con subtítulos en inglés) muestra, a través de la mirada y el trabajo periodístico de Gideon Levy, la brutalidad de la ocupación israelí, así como la inmoralidad de la ceguera y el negacionismo que reinan en esa sociedad.
Traduzco el texto que acompaña el documental:
Gideon Levy es alguien que evoca fuertes emociones entre sus compatriotas israelíes.
El escritor y periodista ha realizado visitas semanales, durante las últimas tres décadas, a los territorios palestinos ocupados, describiendo lo que ve, claramente y sin hacer propaganda.
Algunos israelíes lo ven como un valiente divulgador de la verdad. Pero muchos otros lo condenan como un propagandista de Hamas. Y sus columnas para el periódico Haaretz de Tel Aviv lo han hecho, sin duda, uno de los hombres más odiados en Israel.
“Cuando me uní al diario Haaretz, empecé a visitar los territorios ocupados“, dice Levy. “Inmediatamente me di cuenta de que esto era lo que quería hacer: comprender la brutalidad e inhumanidad de la ocupación israelí“.
“Me di cuenta de tres cosas: primero, que este es el drama más grande que enfrenta el Estado de Israel. En segundo lugar, que esta historia no estaba siendo cubierta por los medios de comunicación israelíes. Y en tercer lugar, que esto iba a ser mi misión en la vida: informar sobre la ocupación a los lectores israelíes que no querían saber lo que realmente estaba sucediendo allí “.
Con los años, las historias de Levy han arrojado luz sobre la realidad que las y los palestinos enfrentan a diario.
En uno de sus primeros informes: “La muerte de un bebé“, de 1996, relató un incidente que sufrido por la familia Abu Dahouk. Sus miembros fueron detenidos en un checkpoint en el camino al hospital. Los soldados israelíes retrasaron a la familia impidiéndole pasar, a pesar del avanzado estado de gestación de Dahouk Fayzeh Abu, que terminó dando a luz a su bebé en el asiento trasero del coche. El bebé, al que ella pensaba llamar Yousef, murió un par de días más tarde.
Levy escribió en su momento: “¿Quién diablos son esos soldados que miraban cómo Fayzeh Abu Dahouk daba a luz a su bebé con gran dolor en el coche de su cuñado? ¿Quiénes son esos soldados que no les dejaron pasar para llegar al hospital? “
“¿Quiénes son esos soldados que obligaron a Fayzeh a envolver a su bebé entre su ropa y caminar dos kilómetros para llegar al hospital?“
Los relatos de Levy hablan de jóvenes palestinos abatidos a tiros por soldados israelíes tras ser acusados de arrojar piedras, de la falta de castigo para los soldados que matan a los palestinos a sangre fría, y del drama de los agricultores palestinos, cuyo sustento depende de los olivos que los colonos judíos incendian y destruyen impunemente una y otra vez.
Muchos en Israel han criticado los informes de Levy, diciendo que él y sus colegas son responsables de reforzar el antisemitismo en todo el mundo.
Pero otros ven a Levy como un individuo que se planta valientemente en contra de las opiniones dominantes de la sociedad en la que vive.
“La historia ha sido testigo de ocupantes peores y más brutales que los israelíes. Pero nunca he oído de una ocupación que se cree que ella es la víctima. Y la única víctima“, dice.
“A veces me siento avergonzado de lo que se está haciendo en nuestro nombre. Me siento muy culpable ante los palestinos. Creo que les estamos haciendo cosas terribles.”
El documental Ir contra la corriente sigue a Gideon Levy en una de sus misiones en Hebrón, donde se encuentra con algunas/os de las/os palestinas/os de a pie cuyas vidas ha descrito en su columna de Haaretz.
Como escribió Dorothy Naor, el documental es más sobre los horrores de la ocupación que sobre Levy mismo.
Ver el documental en este enlace:
Going Against the Grain – Al Jazeera World – Al Jazeera English.
sábado, 16 de febrero de 2013
Gideon Levy: Ir contra corriente
Los zorros y el gallinero
Posted: 16 Feb 2013
En "La Bolsa y la vida" no nos hemos callado sobre Bankia. Tampoco lo haremos esta semana. Muchos fueron los que nos criticaron cuando consideramos un error la fusión entre Cajamadrid y Bancaja. Otros muchos lo hicieron porque nos atrevimos a decir que la salida de Bankia a Bolsa era un engaño para los inversores particulares. No hemos tenido problemas para disculparnos cuando nos hemos equivocado, pero echamos de menos que los responsables de lo sucedido en Cajamadrid y en Bancaja, ahora Bankia, pidan disculpas a los ciudadanos y asuman las consecuencias de su gestión.
La bolsa y la Vida (16/02/13)
En la campaña de publicidad de su salida a Bolsa Bankia nos invitaba a todos a ser bankeros y lo hemos acabado siendo. Todos los ciudadanos españoles hemos acabado, a la fuerza, siendo accionistas de Bankia con la nacionalización de la entidad, y todavía está por ver el coste final que supondrá para nuestros bolsillos.
El desfile ante la Audiencia Nacional de los protagonistas del desaguisado continúa. Al igual que continúa la actitud de los mismos, que lo único que hacen es descargar la responsabilidad de lo sucedido en los otros. El Sr. Rato declaró que fue obligado por el Banco de España a fusionar Cajamadrid con Bancaja. Esta semana el Sr. Fernández Ordoñez, Presidente de Banco de España en esos momentos, descargó la responsabilidad en el Sr. Guindos, actual Ministro de Economía y Competividad, al que acusó de quitarle la autoridad para actuar. Constatamos, una vez más, que los zorros han estado, y siguen estando, al cuidado del gallinero.
Mientras los responsables de este engaño intentan escurrir el bulto como pueden, miles de pequeños accionistas de Bankia ven como el precio de la acción se desmorona. Entre ellos, miles de ahorradores que han sido doblemente engañados: primero, vendiéndoles participaciones preferentes de la entidades que se agruparon en Bankia; luego, obligados a canjear las mismas por acciones de Bankia. Sin olvidar, que si la acción de Bankia se desmorona, perdemos todos los ciudadanos, pues hemos inyectado miles de millones para "rescatar" dicha entidad.
Pero no todo va a ser negativo esta semana. Hemos sido testigos como la presión ciudadana ha obligado a nuestros legisladores a admitir a trámite la Iniciativa Legislativa Popular sobre las hipotecas. Enhorabuena a todas las personas que durante años han trabajado y trabajan de "abajo a arriba" para que el drama de los desahucios se detenga y merezca la atención de sus señorías. Dicho esto es necesario estar alerta porque entre admitir a trámite y tomar una decisión definitiva queda aún camino...
También hemos visto, leído y escuchado, gracias a la valiente actitud de algunos diputados, la comparecencia en el Congreso a puerta cerrada del Sr. Draghi, Presidente del Banco Central Europeo y uno más de los zorros que cuidan el gallinero. Espectáculo bochornoso el que ofreció ese día en esa importante institución al "bloquear" las comunicaciones con el exterior a los diputados y medios de comunicación. Situaciones como estas menoscaban, peligrosamente, la legitimidad de las instituciones políticas ante los ciudadanos. Esperemos que no exista próxima vez y que los responsables de la misma hayan tomado nota que la expresión "luz y taquígrafos" sigue vigente en el siglo XXI.
Para finalizar, recomendamos la lectura del Atlas Financiero, publicado por la editora en español de "Le Monde Diplomatique", con la colaboración de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y con el título "La estafa del siglo". Un análisis de lo sucedido en los últimos años desde diversos puntos de vista que nos permite reflexionar sobre las razones que nos han llevado a la crisis económica y financiera, así como sobre las consecuencias de las mismas para la ciudadanía.
Pueden seguirnos en Facebook y en Twitter. Las consultas, dudas, sugerencias o quejas pueden enviarlas a: noledigasamimadre@gmail.com .
viernes, 15 de febrero de 2013
Libertad de expresión universitaria: el caso de Brooklyn College
Todd Gitlin · · · · ·
10/02/13
En los últimos días, Brooklyn College se ha visto convertido en blanco de una vehemente campaña en contra de la decisión de su departamento de Ciencias Políticas de copatrocinar un foro de debate el jueves [7 de febrero] en el que se espera que dos de los oradores defiendan una postura que de todo corazón cuestionan quienes participan en la campaña. Hay incluso políticos de la ciudad y del estado [de Nueva York] que han pedido la retirada de las subvenciones que recibe la universidad.
La postura en cuestión se refiere a si deben los norteamericanos boicotear, desinvertir y aplicar sanciones a Israel (lo que se abrevia en las siglas BDS, habituales del movimiento). Que conste que yo me opongo a cualquier llamamiento a castigar a todos los israelíes por las erróneas acciones de algunos de ellos. Pero lo que aquí se discute no son los méritos de esta postura. La cuestión es: ¿tienen derecho los miembros de Ciencias Políticas a fomentar la controversia política? ¿Deberían los políticos retirar los fondos públicos — en un eco inconsciente del objetivo de BDS — porque discrepen de una mesa redonda?
Los contratiempos comenzaron debido a que un grupo denominado Estudiantes por la Justicia en Palestina pidió a los miembros de Ciencias Políticas que copatrocinaran la charla de dos personas, una filósofa feminista norteamericana, Judith Butler, y un activista palestino, Omar Barghuti, alineados con el movimiento de BDS. No tardaron en surgir las objeciones. Allí donde BDS tiene oportunidad de hacerse oír — por ejemplo, en UC [Universidad de California] Irvine y en UCLA [Universidad de California Los Angeles] en años recientes — se organiza la marimorena.
Cuando dos estudiantes expresaron su preocupación en el Brooklyn College, Paisley Currah, que dirige el departamento de Ciencias Políticas, les respondió por escrito: "Vosotros y aquellos de vuestros compañeros que piensen de modo parecido deberíais asistir al acto, hacer oír vuestras opiniones y utilizarlo como oportunidad para generar más diálogo y debate entre los estudiantes. Tal vez vosotros y vuestros compañeros podríais incluso organizar una mesa redonda por propia iniciativa".
Con estas palabras, Currah daba paso a John Stuart Mill, en el sentido de que la educación y la ilustración salen beneficiadas cuando se escuchan los puntos de vista de una minoría, en parte porque puede resultar que estas opiniones acaben siendo correctas en cierta medida, y en parte porque la mayoría, cuando se ve obligada a enfrentarse a objeciones, puede descubrir que ha afinado su comprensión y que se ha revitalizado un punto de vista que estaba obsoleto.
Evidentemente, Mill no está hoy muy en boga, pues los defensores de Israel-con-razón-o-sin-ella creen que su caso es una delicada flor de invernadero que se marchitará si se la deja expuesta a cualquier adversidad.
Se abrió un abismo retórico en Brooklyn, y un parlamentario de la Asamblea del Estado de Nueva York, Dov Hikind, proclamó que, puesto que la presidenta de la universidad, Karen L. Gould, se negaba a "tomar medidas para impedir que el centro fuera utilizado por un grupo con un programa racista", Gould "es un desastre para los estudiantes del Brooklyn College". Hikind cree que la amplificación de un punto de vista que deplora "crea un efecto escalofríante entre los estudiantes del Brooklyn College", cuando realmente, tal como demuestra bastante ampliamente la controversia, tiene el efecto opuesto: las cosas se caldean.
Puede que eso no te guste, pero en ese caso, no te gustarán las universidades. Más bien, si lo que quieres son afirmaciones de fe para marchar al paso, tu lugar es el el Vaticano o el Partido Comunista de China.
Al mismo tiempo, un antiguo y renombrado alumno de Brooklyn College, Alan Dershowitz [1], deploró "que un departamento académico... tome partido en este debate. Este departamento nunca me invitaría a mí, por ejemplo, a hablar y dejar constancia de un punto de vista opuesto como es el mío". De hecho, en 2008, el mismo departamento de Ciencias Políticas copatrocinó una conferencia de Dershowitz en la que una de sus controvertidas opiniones — en su caso, su defensa de la tortura — se manifestó sin oposición.
Mientras tanto, Gould, a la vez que afirmaba su posición respecto al derecho de los especialistas en Ciencias Políticas a patrocinar el acto del jueves, declaró que la universidad ofrecerá "múltiples oportunidades de debatir los asuntos…que están en el centro de esta controversia". El departamento de Ciencias Políticas, que manifiesta no haber rechazado nunca una petición de los estudiantes de copatrocinar un acto, ha dejado claro de modo explícito que está abierto a toda suerte de debates controvertidos.
La cuestión central es que la libertad de expresión — en un campus universitario, más que en ningún otro lado — significa libertad. No todos los actos exigen equilibrio. Los puntos de vista divergentes requieren tener abierto acceso. Mantener el equilibrio en toda ocasión es cosa de equilibristas, no de universidades robustas.
Funciona aquí un molde siniestro. La incomprensión respecto a los objetivos de las universidades se ha descontrolado en la Norteamérica de hoy por temor a que alguien en algún lado pueda albergar pensamientos incorrectos o poco rentables. Recabar fondos es lo primordial. Las universidades consolidadas se amplían gracias a los cientos de millones de dólares recaudados, con la esperanza de que la investigación a la que se dedican produzca finalmente beneficios financieros para la universidad. Esto puede llevar a nuevas y notables iniciativas académicas, pero también a la timidez.
Las universidades de Norteamérica son el pasmo del mundo, y no debido a que se arruguen ante la controversia. A nuestras puertas llaman estudiantes de todo el mundo (como director del programa doctoral de una universidad, respondo todos los años a más de un centenar de solicitudes de información procedentes de uno u otro país). No hay duda de que esos estudiantes tienen motivos numerosos y a buen seguro hay en juego oportunidades prácticas. Ciertamente se puede conseguir un capital cultural y económico gracias a las credenciales norteamericanas.
Pero también, a buen seguro, quienes arriban a nuestros campus se admiran y maravillan del derecho a disentir, llegando, como llegan, de países en los que se asesina y tortura a la gente por reivindicarlo.
Nota del t.:
[1] Alan Dershowitz (1938), uno de los abogados y juristas más notorios de los Estados Unidos por su defensa en casos de extraordinaria resonancia pública como los de Mike Tyson, Patty Hearst, Claus von Bülow, Michael Milken y O. J. Simpson, fue profesor de la Facultad de Derecho de Harvard y polemista de fuste en causas célebres relativas a derechos y libertades. Dershowitz, sin embargo, no es menos conocido por su intolerante, virulenta y beligerante defensa de Israel, habiendo abogado por el uso de la tortura y las represalias colectivas, y distinguiéndose por acerbos ataques personales a sus adversarios.
Todd Gitlin, profesor de periodismo y sociología, es director del programa interdisciplinario de comunicaciones de la Universidad de Columbia. Su ultimo libro es Occupy Nation: The Roots, the Spirit, and the Promise of Occupy Wall Street.
Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón
jueves, 14 de febrero de 2013
Guerra contra el terror para siempre
Columna de vehículos militares franceses avanzando en territorio africano de Mali.
por Pepe Escobar
La guerra contra el terrorismo internacional, la última doctrina del Pentágono engendrada en la era del presidente estadounidense Bush, es la constitución de una armada de mercenarios fanáticos religiosos fundamentalistas que han contado desde el inicio con el apoyo de la CIA y otros servicios secretos occidentales. Su objetivo: generar caos, como lo hacen actualmente en Siria, ser el espantapájaros que necesita el imperialismo neocolonial en búsqueda de recursos naturales para tener la cobertura necesaria para intervenir militarmente, posicionarse geopolíticamente y controlar las fuentes.
RED VOLTAIRE | 2 DE FEBRERO DE 2013
Y el ganador del Óscar a la Mejor Secuela de 2013 es… La Guerra Global contra el Terror (GGCT), una producción del Pentágono. Que abandonen toda esperanza todos los que pensaban que el asunto se había acabado con la eliminación cinematográfica de “Gerónimo”, también conocido como Osama bin Laden, reducido a un cameo fugaz en la cinta de justificación de la tortura Zero Dark Thirty.
Ahora es oficial –proveniente de la boca del león, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey, y debidamente publicado en el sitio de AFRICOM, la filial africana armada del Pentágono. Basta de al Qaida “histórico” oculto en algún sitio en los Waziristanes, en las áreas tribales de Pakistán; ahora le toca a al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI). En boca de Dempsey, AQMI “es una amenaza no solo para el país de Mali, sino para la región, y si… no es encarado, podría convertirse en una amenaza global.”
Con Mali elevado ahora a la condición de “amenaza” para todo el mundo, se prueba que la GGCT será indefinida. El Pentágono no ironiza; cuando, a principios de los años 2000, los guerreros de poltrona acuñaron la expresión “La Guerra Prolongada”, realmente querían decirlo.
Incluso bajo la doctrina de “dirección desde atrás” del presidente Obama 2.0, el Pentágono apunta inequívocamente a la guerra en Mali, y no solo a la guerra en las sombras [1]. El general Carter Ham, comandante de AFRICOM, ya opera bajo la suposición de que los islamistas en Mali “atacarán intereses estadounidenses”.
Por lo tanto, están enviando los primeros 100 “consejeros” militares estadounidenses a Níger, Nigeria, Burkina Faso, Senegal, Togo y Ghana, las seis naciones miembros de la Comunidad Económico de Estados Africanos Occidentales (ECOWAS) que formarán un ejército africano encargado (por las Naciones Unidas) de reconquistar (¿invadir?) las partes de Mali bajo la influencia islamista de AQMI, su facción disidente MUJAO y la milicia Ansar ed-Dine. Ese mini-ejército africano, por supuesto, es pagado por Occidente.
Los estudiosos de la Guerra de Vietnam serán los primeros en notar que el envío de “consejeros” fue el primer paso del siguiente cenagal. Y dejando a un lado una ironía definitivamente no "pentagónica", EE.UU. entrenó durante los últimos años a soldados malienses. A su debido tiempo muchos de ellos desertaron. En cuanto al capitán Amadou Haya Sanogo, espléndidamente entrenado en Fort Benning, no solo dirigió un golpe militar contra un gobierno elegido de Mali, sino que también creó las condiciones para el auge de los islamistas.
Nadie, sin embargo, presta atención. El general Carter Ham está tan excitado ante la perspectiva de que AFRICOM acumule más actuaciones que Led Zeppelin en su apogeo, y que él mismo adquiera un estatus de salvador icónico (¿Carter de África?), que está confundiendo sus datos. [2]
El general parece haber olvidado que AFRICOM –y la OTAN– apoyaron (y armaron) irremediablemente a los rebeldes de la OTAN en Libia que fueron la vanguardia combativa en la guerra contra Muamar Gadafi. El general sabe que AQMI tiene “mucho dinero y muchas armas”.
Pero cree que los que abandonaron Libia y se llevaron sus armas, eran “mercenarios pagados por Gadafi, y que “muchos de ellos provenían del norte de Mali”. No, general, no eran mercenarios de Gadafi; en su mayoría eran rebeldes de la OTAN, los mismos que atacaron el consulado de EE.UU., en realidad una estación de la CIA, en Bengasi, los mismos que viajan a Siria, los mismos que andan sueltos por todo el Sahel.
¿Qué se propone Argelia?
En el momento justo, el primer ministro británico David Cameron oyó la Voz de su Amo, y anunció que la intervención en Mali durará años “o incluso décadas”. [3]
Este martes, la creme de la creme del establishment de los servicios de inteligencia británicos se reúne para planificar nada menos que una guerra pan-Sahara/Sahel, para la cual quieren otra “coalición de los dispuestos” al estilo de Bush. [4] Por el momento, la participación británica significa aún más “consejeros” en las acostumbradas categorías de “cooperación militar” y “entrenamiento de seguridad”, mucho dinero y, por último pero no menos importante, Fuerzas Especiales en modo de guerra en las sombras.
Todo el escenario llega completo con otro providencial “Gerónimo”: Mokhtar Belmokhtar, alias “El Inatrapable” (por lo menos para la inteligencia francesa), el líder del MUJAO que fue el cerebro del ataque al campo de gas In Amenas en Argelia.
¿No habremos visto esta película? Claro que la vimos. Pero ahora –es oficial– Mali es el nuevo Afganistán (como ya informó Rebelión en Arde, Mali, arde, Mali, el Afganistán africano el 21 de enero de 2013). Dice Cameron: “Tal como tuvimos que enfrentarnos en Pakistán y Afganistán, el mundo tiene que unirse para enfrentar esta amenaza en el Norte de África”. Correcto: Belmokhtar ya está ensayando para su aparición en un cameo en una secuela de Zero Dark Thirty.
De modo que ahora está claro dónde se ubica la “relación especial” anglo-estadounidense de Pentágono/Africom/inteligencia británica – con los franceses bajo el presidente François Hollande, reconvertido en señor de la guerra, “dirigiendo” momentáneamente el camino hacia la Operación Cenagal Africano. Crucialmente, nadie en la Unión Europea, aparte de los británicos, está suficientemente loco como para seguir los pasos del señor de la guerra Hollande.
En comparación, lo que definitivamente no está claro es dónde se ubica la clave de esta ecuación –Argelia– desde el punto de vista de la GGCT occidental.
El hecho número uno es que el nuevo “Gerónimo”, Belmokhtar, y su Brigada Mulathameen (“Los enmascarados”), cuyo “Batallón firmado en sangre” atacó en Argelia como un subgrupo, goza de vínculos extremadamente confortables con la inteligencia secreta argelina. En cierto modo, esto podría verse como un remix de la relación entre los talibanes –y al Qaida “histórica”– con el Servicio de Inteligencia Interservicios (ISI) paquistaní.
La reacción ultradura de los militares argelinos al ataque islamista era predecible (es lo mismo que hicieron en los años noventa en su guerra interna contra el Frente de Salvación Islámico): No negociamos con terroristas; los matamos (junto con numerosos rehenes). Lo hacemos solos, sin extranjeros entrometidos, y preferimos una censura total de la información.
No es ninguna maravilla que este modus operandi haya provocado un rosario de levantamientos de cejas en la “relación especial” anglo-estadounidense. De ahí, la conclusión de Washington y Londres: no podemos confiar en los argelinos. Nuestra GGCT –el capítulo Sahara/Sahel– se librará sin ellos. Tal vez, incluso contra ellos.
Un factor serio que complica las cosas es que los cerca de 40 islamistas (incluidos libios, sirios y egipcios) cruzaron por lo menos 1.600 kilómetros de desierto y llegaron de Libia, no Mali. Tenían que contar con “protección” seria – cualquier cosa desde inteligencia suministrada por una potencia extranjera a argelinos cualificados y bien informados. Los rehenes hablaron de secuestradores “con acento norteamericano” (incluyendo a un canadiense al que Reuters ha llamado “Chedad”) y todos ellos sabían exactamente dónde se encontraban los extranjeros dentro del complejo. [5]
El profesor Jeremy Keenan de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos en Londres lo ubica en términos de una operación de bandera falsa argelina que fue por mal camino. [6] Argel puede haber querido señalar a Occidente que los bombardeos franceses en Mali serían inevitablemente contraproducentes; pero luego Belmokhtar trastocó todo el asunto ya que estaba furioso porque se había permitido a los franceses que utilizaran el espacio aéreo argelino para bombardear Mali. En cierto modo, podría verse como otro remix de la revuelta de los talibanes contra el ISI.
La opinión pública argelina siente profundas sospechas, por decir lo menos, de los motivos de todos los protagonistas, incluidos el gobierno argelino y especialmente Francia. A continuación cito una muestra fascinante. Vale la pena citar in extenso esta perspectiva, de un profesor de ciencias políticas, ya que resume claramente la “conducción” francesa en el nuevo capítulo de la GGCT.
En una entrevista con el periódico en idioma francés Le Soir d’Algerie, el profesor de ciencias políticas Ahmed Adimi describe la intervención como un intento de “debilitar Argelia” y un “paso en un plan para la instalación de fuerzas en la región del Sahel”. La tesis de Adimi es que Francia ha trabajado durante años para desestabilizar el Sahel como medio para fortalecer su posición geopolítica.
Cuando se le pregunta si la operación francesa en Mali era consistente con la resolución 2085 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Adimi declara que la resolución “no plantea un gran problema de por sí. Las potencias occidentales la han utilizado para intervenir y adoptar resoluciones a fin de justificar sus operaciones militares. Esto ya ha pasado en Irak. De hecho, la operación francesa puede parecer legal ya que tiene lugar a pedido del presidente en funciones de Mali. Sin embargo, es importante recordar que el actual gobierno llegó al poder en un golpe. Respecto a la intervención, era ciertamente predecible pero los franceses han precipitado las cosas. […] Esos grupos terroristas están siendo manipulados por potencias extranjeras,” y sigue argumentando que se “permitió” que esos grupos pasaran al sur a Konna como medio para justificar la intervención francesa.
Adimi argumenta que los argelinos han “estado haciendo sonar la alarma sobre la situación en el Sahel en general. Ahmed Barkouk y yo mismo hemos organizado varios seminarios sobre este tópico. Discutimos el papel de Francia y su compromiso en la región. Francia fue la que estuvo tras la creación del movimiento por el Azawad, y hablo ciertamente de la organización política y no del pueblo de Azawad, que tiene derechos como comunidad. Los franceses sabían que su intervención en Libia llevaría al retorno de los militares tuaregs favorables a Gadafi a Mali. También planificaron la entrega de las provisiones de armas libias a lo largo del Sahel. Ese proyecto es transformar la región en un nuevo Afganistán, el resultado de una planificación a largo plazo.”
Tariq Ramadan, en un artículo devastador, [7] también desenmascara a París, haciendo la conexión entre la dudosa intervención “humanitaria” de Sarkozy en Libia y el actual impulso de Hollande por proteger a un país “amigo”, todo combinado con la hipocresía de décadas de Francia a la que no le importa en lo más mínimo el sufrimiento de “el pueblo” bajo diferentes dictaduras africanas.
Pero el Óscar al Mejor Guión Hipócrita ciertamente va para la actual preocupación francesa-inglesa-estadounidense de que Mali pueda ser el nuevo campo de juego de al Qaida, cuando los principales campos de juego son en realidad el norte de Siria apoyado por la OTAN (hasta la frontera turca), el norte de Líbano y la mayor parte de Libia.
Sigamos el oro y sigamos el uranio
Incluso antes de que sea posible analizar enteramente la miríada de ramificaciones –muchas de ellas imprevistas– de la GGCT expandida, hay dos frentes que deben ser cuidadosamente observados en el futuro cercano. Por lo tanto sigamos el oro y sigamos el uranio.
Sigamos el oro. Numerosas naciones tienen lingotes de oro depositados en la Reserva Federal de Nueva York. Incluyen, fundamentalmente, Alemania. Recientemente, Berlín comenzó a pedir que se le devuelva su oro físico, 374 toneladas de la Banque de France y 300 toneladas de un total de 1.500 toneladas de la Reserva Federal de Nueva York.
Adivinad lo que dijeron esencialmente los franceses y los estadounidenses. ¡No tenemos oro! Bueno, por lo menos ahora mismo. Tardará cinco años hasta que el oro alemán en Francia sea devuelto, y no menos de siete años para el alijo en la Reserva Federal en Nueva York. Resultado final: tanto París como Washington/Nueva York tienen que presentar como puedan el verdadero oro físico.
Y ahora Mali encaja maravillosamente. Mali –junto con Ghana– representa hasta un 8% de la producción global de oro. De modo que si alguien está desesperado por conseguir el artículo genuino –oro físico– tiene que controlar Mali. Imaginad si todo ese oro cayera en manos de… China. Ahora sigamos el uranio. Como sabe cualquiera que se haya interesado por el caso del óxido de uranio de Níger antes de la invasión de Irak, Níger es el cuarto productor de uranio del mundo. Su mayor cliente es –¡sorpresa!– Francia. La mitad de la electricidad de Francia proviene de la energía nuclear. Sucede que las minas de uranio en Níger están concentradas en el noroeste del país, en la cadena occidental de las montañas de Air, muy cerca de la frontera maliense y una de las regiones bombardeadas por los franceses.
El tema del uranio está íntimamente conectado a sucesivas rebeliones de los tuaregs; hay que recordar que, para los tuaregs, no existen fronteras en el Sahel. Todas las recientes rebeliones de los tuaregs en Níger ocurrieron en tierras del uranio, en la provincia Agadez, cerca de la frontera de Mali. De modo que, desde el punto de vista de los intereses franceses, imaginad la posibilidad de que los tuaregs logren el control de esas minas de uranio y comiencen a hacer negocios con… China. Pekín, después de todo, ya está presente en la región.
Todo este crucial tejemaneje geoestratégico, “Occidente” combatiendo a China en África, con AFRICOM ayudando al señor de la guerra Hollande mientras adopta la perspectiva de la Guerra Prolongada, realmente invalida el síndrome de la repercusión negativa. Es impensable que los servicios de inteligencia británicos, franceses y estadounidenses no hayan previsto las ramificaciones negativas de la “guerra humanitaria” de la OTAN en Libia. La OTAN estuvo íntimamente aliada con salafistas y salafistas-yihadistas, temporalmente reconvertidos en “combatientes por la libertad”. Sabían que Mali –y todo el Sahel– estarían posteriormente repletos de armas.
No, la expansión de la GGCT al Sahara/Sahel ocurrió intencionalmente. La GGCT es el regalo que sigue rindiendo; ¿qué podría superar a un nuevo teatro de guerra para el complejo industrial-militar-de seguridad-de contratistas-de medios franco-inglés-estadounidense?
Oh, sí, también hay que tener en cuenta ese “pivoteo” hacia Asia. Uno daría un dedo –extraído al estilo islamista– para saber cómo y cuándo tendrá lugar el contragolpe de Pekín.
Pepe Escobar
Fuente: Asia Times Online, 23 de enero de 2013.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens.