19-05-2010
Nekane Jurado
Rebelión
“No he de callar por más que con el dedo,/ ya tocando la boca, ya la frente,/ silencio avises o amenaces miedo...”
(Quevedo, recitado por Eva)
Dicen que hace tres años que te fuiste, pero no es así, toda tu menuda y penetrante esencia sigue aquí. Tu pensamiento derramado en miles de folios sigue siendo luz, que no deslumbra cegando sino que alumbra marcando la senda.
Lo que puedo decir sobre ti no llega desde el recuerdo sino desde la presencia. Y en tu presencia callo, escucho, y comparto tus palabras1.
Palabras para los altos mandatarios españoles que ante la ONU siguen negando la tortura y la existencia de presos políticos. “Con la autoridad que me da haber pasado la misma experiencia, miro a las presas y presos políticos de hoy y al comparar con el pasado sé que la situación es bastante más terrible. Están pasando cosas muy graves que muchos no quieren ver, como no quisieron ver en sus momentos los horrores del GAL y se reían. Gentes dóciles y acomodaticias que rehuyen la realidad y siguen, tan tranquilas. Me gustaría llevar a mis lectores hacia las profundas celdas de estos módulos tan especiales, construidos por la democracia, una infernal red de caminos desolados. Un interminable calvario plagado de torturas y de burlas, de jueces y forenses cómplices, de políticos que fingen ignorar y consienten, de agonías y muertes. Quisiera en fin llevarles, al borde del abismo donde tanta aberración ocurre para que, espantados, se hicieran la pregunta ¿Qué está ocurriendo aquí? ¿Cómo es posible permitir tanta barbarie?”
Palabras unidas siempre a la memoria histórica, no porque la desenterrase un juez estrella, sino porque siempre fuiste voz de los silenciados en la historia. “La cólera me crece como un tremendo gigante cuando veo el atropello. Tal vez eso tenga sus raíces en la infancia, en el recuerdo de niños ametrallados por negros aviones en un barrio de pescadores de la Barcelona roja” (..) “Me dijeron que les hablara un poco de mí, pero mi vida está ligada a la historia de mi pueblo. ¿Decirles, a estas alturas, que una mañana fuimos golpeadas por llevar flores rojas al entierro del compañero Patino, obrero de la construcción, muerto a tiros por defender unos derechos pisoteados; o que nos golpearon cuando denunciamos las torturas de los mineros asturianos; o que nos persiguieron como a unos perros por las calles de Baeza el día que quisimos rendir homenaje a un poeta del pueblo llamado Machado; o que recibimos tremendas amenazas cuando informamos en la Universidad atropellos que a todos nos conciernen?” (....) “Siempre me he sentido solidaria con los condenados y explotados de la tierra aunque la determinación de situarme de su parte, con todas las consecuencias, la tomé después de la muerte de un guerrillero en Bolibia”
Palabras para los Camisas Rojas, para Irak, para Palestina, para Irlanda, para Euskal Herria...”Falta ya de lenguaje para propagar los horrores a los que estoy asistiendo, cansada de publicar aburridísimos artículos que se repiten, sin saber que estructura dar al ensayo para que obligue a la reflexión, ni que formula impactante aplicar al cuento, y no siendo poeta, no hago más que buscar brechas por las que deslizar la misma denuncia de siempre: que la tortura sigue, para silenciar y paralizar a los pueblos en marcha, y que lo que está ocurriendo en las cárceles de la democracia es difícil de contar.”
Palabras para pensadores domesticados, columnistas del eslogan, para los amantes de la alta velocidad, a los que siempre les falta el tiempo. “Esa conversación exige muchas horas porque hay muchos problemas que se me han quedado en el aire. Aunque todos giran en torno a la necesidad de conocer los problemas, de desentrañarlos minuciosamente, de conocer para ser libres, en suma. De volver a investigar los problemas desde esa libertad que tanto cuesta ganar. De llegar más a fondo aún, de ser más libre todavía. Y así, paso a paso, ir liberándose y conociéndose y adquiriendo el compromiso de ser un ser humano.”
Palabras para el pueblo griego que combate. “A todos nos une y nos hermana esa gran fuerza común de soñar juntos en un mundo mejor en el que el ser humano lo sea de verdad. Que, lo repito con insistencia, la solidaridad es algo muy grande que comunica fuerza, fuerza que nos permite hoy aquí, en este pequeño rincón mitad isla, mitad trinchera, sentir que realmente somos una familia como una estrella roja: un solo corazón y cinco puntas en lugares distintos mirando el infinito; un universo de posibilidades”
Silencio para los pueblos del Estado español que aún duermen su placida siesta.
19-05-2010
Eva Forest fue una mujer revolucionaria, ambas palabras en su pleno sentido. Una mujer que en medio de este mundo de hombres conseguía transmitir, arrastrar, motivar y comprometer a muchos hombres y mujeres para trabajar y luchar, para salir adelante, y con tesón y mil y una ideas geniales lograr objetivos, defender causas, levantar los ánimos caídos, mantener numantinamente contra viento y marea Hiru, su imprescindible editorial.
“Sintió en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo” . Ni un momento de su vida ni en las muchas cosas que hacía cada día dejó de ser revolucionaria. Transmitía y contagiaba inexorablemente su actitud revolucionaria a cuantos estaban a su lado. Fue revolucionaria denunciando la guerra de Vietnam, luchando contra el franquismo y sus aledaños que siguen hasta nuestros días, apoyando la resistencia de los pueblos iraquí y palestino, apoyando entusiasmada a Cuba y los movimientos bolivarianos de América, denunciando la tortura que sufrió en su propia carne además de conocer muy de cerca en los miles de testimonios de torturados en Euskal Herria que estuvo recogiendo hasta el último momento de su vida, denunciando los atropellos casi cotidianos en esta tierra a la que vino a vivir y a luchar por ella a finales de 1977.
Eva Forest nació en Barcelona en 1928 en el seno de una familia anarquista. Su padre consideraba que la escuela era una institución represiva, por lo que no asistió a ninguna hasta que acabó la Guerra Civil española. Su infancia transcurre feliz entre la gran terraza de la casa y el estudio de su padre, pintor. Más adelante irá a Madrid a estudiar medicina. En los primeros años de la década de 1950 experimenta un proceso de toma de conciencia social que se reflejará en una actitud vital de compromiso ético y político que le acompañará el resto de su vida. En 1955, en el último curso de la carrera conoce a su compañero, Alfonso Sastre. Poco después, abandona la medicina y empieza a dedicarse más intensamente a la actividad política: en la década de 1960 su actividad gira en torno al Grupo de Teatro Realista (GTR) en cuya organización y actividades participó muy activamente [1].
En 1966 pasa cuatro meses en una granja de sierra Maestra de Cuba grabando la vida de los campesinos. Este material se recogerá en un voluminoso libro, Los nuevos cubanos, que prohibió la censura y no se publicará hasta 2007 [2].
Durante el Proceso de Burgos en 1970 crea en Madrid el Comité de Solidaridad con Euskadi. A raíz de la muerte de Carrero Blanco en 1974 escribe con el seudónimo de Julen Agirre el libro Operación Ogro (editado en 1974 por Ruedo Ibérico y reeditado posteriormente por Hiru) basado en dicho suceso. El 24 de septiembre es detenida acusada de colaboración con ETA. Pasa casi tres años en prisión preventiva, pero el juicio nunca llegó a celebrarse y sale en libertad el 1 de junio de 1977. En los años posteriores a su salida de la cárcel se involucra más intensamente en su lucha contra la tortura recogiendo testimonios y denunciándolo incansablemente a nivel internacional.
A finales de 1977 la familia decide trasladarse a vivir a Hondarribia. Una vez establecida en Euskal Herria continúa trabajando en contra de la tortura y en 1979 impulsa la creación del TAT, Grupo contra la Tortura. A lo largo de su vida Eva Forest escribió numerosos informes y denuncias de la tortura [3] y una obrita de teatro sobre este tema, Una extraña aventura, Hiru, 2007
En 1990 funda la Editorial Hiru. En una conferencia pronunciada durante los Askencuentros del año 2004, “HIRU, ¿es realmente una editorial”, ella misma hace un pequeño recorrido de la azarosa historia de la editorial y, entre otras cosas, explica: “Queríamos poner al alcance de los que empezaban a ser nuestros lectores, algunos textos fundamentales que analizaran la sociedad neocapitalista que nos estaba engullendo. Recoger análisis puntuales, de aspectos que directamente nos concernían, que aparecían aquí y allá, en la vida cotidiana y que, por el momento nos ayudaran a comprender la gran confusión envolvente. Voces nuevas, que reflejaran la realidad de otras áreas del mundo, que trajeran lenguajes nuevos, que dijeran cosas profundas de una manera sencilla y comprensible, que aportaran sólidos argumentos, desmontando esquemas y tabúes, voces que abrieran perspectivas ensanchando el mundo y dando” [4]. A partir de entonces Eva se dedica intensamente a la editorial sin abandonar su trabajo internacionalista y en contra de la tortura. En 1998 viaja por primera vez a un Iraq sometido entonces a unas férreas sanciones económicas y a un bloqueo criminal a consecuencia de la primera Guerra del Golfo de 1991 [5] .
En parte debido a su labor editorial, durante los primeros años del siglo XXI viaja varias veces tanto a Cuba como a Venezuela, donde conoce de primera mano el proceso bolivariano. Al mismo tiempo continúa con su trabajo tanto de denuncia de la tortura como de concienciación sobre la situación de Euskal Herria. En noviembre de 2002, por ejemplo, presenta en el Foro Social Europeo una ponencia en la que expone ante un auditorio de más de mil personas la situación de EH [6].
El 19 de mayo de 2007, cuando estaba sumida en esa actividad editorial e internacionalista, llegó la muerte a su casa de Hondarribia.
Eva Forest solía decir: “Tenemos el deber de ser felices porque queremos cambiar el mundo”. Seamos, pues, hombres y mujeres revolucionarios, y además, felices.
[1] “Con este teatro queríamos hacer un teatro político, de izquierda revolucionaria, o sea queríamos contribuir con ese teatro a la destrucción del fascismo, lo que ya era una pretensión bien ambiciosa, y en el plano estético queríamos hacer una investigación de las formas del realismo en el teatro”, Alfonso Sastre, http://www.sastre-forest.com/
[2] El artículo “Una lección inolvidable” (recogido en el libro Cuba, una revolución en marcha. Ediciones Ruedo Ibérico. 1967) recoge parte de su experiencia en Sierra Maestra, http://www.sastre-forest.com/
[3] Véase, por ejemplo, http://www.sastre-forest.com/
[4] http://www.sastre-forest.com/
[5] En octubre de 2003, unos meses después de la ocupación de Iraq, Eva Forest pronunció en IPES esta conferencia sobre la resistencia iraquí http://www.sastre-
[6] http://www.sastre-forest.com/
Beatriz Morales Bastos, traductora de varios libros para le editorial Hiru. Pertenece al colectivo de traductores de Rebelión
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