jueves, 15 de abril de 2010
LAS PROVISIONES DEL VIAJERO ESPIRITUAL(I)
Por el gran sabio y místico: Faid Al-Kashânî (quddisa sirruh)[1]
Traducción del persa: Lic. Sumeia Younes
En el Nombre de Al·lah, el Clemente, el Misericordioso
Alabado sea Al·lah y que la paz sea con sus siervos elegidos[2]
Éste es un tratado titulado “Las provisiones del viajero espiritual” que fue escrito en respuesta a una pregunta de uno de los hermanos religiosos que había consultado respecto a la manera de atravesar el sendero de la verdad.
Sabe, “aîiadaka al·lahu birûhen minhu” -que Al·lah te afiance con un espíritu de Su parte-, que así como el viaje aparente posee un punto de partida, un final, una distancia y un camino (que recorrer), provisiones, montura, compañeros de viaje y un guía, asimismo el viaje espiritual, que es el viaje del espíritu hacia Al·lah Glorificado y Altísimo, posee todo ello.
Su “punto de partida” es la ignorancia y la imperfección natural que trajo consigo desde el vientre de su madre:
وَاللَّهُ أَخْرَجَكُم مِّن بُطُونِ اُمَّهَاتِكُمْ لاَ تَعْلَمُونَ شَيْئاً“ual·lahu ajraÿakum min butûni ummahâtikum la ta‘lamûna shai‘an”
(«Al·lah os extrajo de las entrañas de vuestras madres desprovistos de conocimiento»).[3]
Su “final” es la perfección real, que es alcanzar a Al·lah, Glorificado sea:وَأَنَّ إِلَى رَبِّكَ الْمُنتَهَى
“Ua anna ilâ rabbika al-muntahâ”
(«Y que el final será a tu Señor»).[4]
يَآ أَيُّهَا الإِنسَانُ إِنَّكَ كَادِحٌ إِلَى رَبِّكَ كَدْحاً فَمُلاَقِيهِ“Iâ aiiuhâ-l insân-u innaka kâdihun ilâ rabbika kadhan famulâqîh”
(«¡Oh humano!, por cierto que te esfuerzas afanosamente por tu Señor. ¡Ya le encontrarás!»).[5]
La “distancia del camino” en este viaje, son los niveles de perfección en el conocimiento y la práctica que el espíritu atraviesa -“shai’an fa shai’an” (“poco a poco”)- cada vez que da pasos sobre el sendero recto de la legislación religiosa que atravesaron los Auliâ’ (devotos y santos) y Asfiâ’ (puros e íntegros):
وَأَنَّ هَذَا صِرَاطِي مُسْتَقِيماً فَاتَّبِعُوهُ وَلاتَتَّبِعُوا السُّبُلَ فَتَفَرَّقَ بِكُمْ عَن سَبِيلِهِ“Ua anna hadhâ sirâtî mustaqîman fattabi‘ûhu ua lâ tattabi‘û-s subula fatafarraqa bikum ‘an sabîlih”
(«Y que ésta es Mi recta senda. ¡Seguidla y no sigáis las demás sendas para que éstas no os desvíen de la Suya!») .[6]
Y estas perfecciones se suceden unas a otras; hasta que no se atraviese la perfección anterior, no podrá trasladarse a la ulterior, tal como sucede en el viaje aparente, hasta que no recorra un tramo de la distancia inicial, no podrá atravesar la posterior.
Y “las estaciones” de este viaje son las exaltadas cualidades y la moral encomiable que son los estados y posiciones del espíritu. Se traslada gradualmente desde cada uno hacia aquel que se encuentra por encima:
La primera estación es la “vigilia”, que es el estado de alerta, y la última estación es el Tawhîd (la Unicidad Divina), que constituye el propósito último de este viaje. Se mencionaron en forma explayada estas estaciones y niveles en el libro “Manâzil As-Sâ’irîn”.[7]
“El camino” de este viaje es poner completa dedicación y gran voluntad, mostrar motivación por esforzarse al atravesar estas estaciones y auto-disciplinarse para soportar las dificultades de los deberes de la religión de entre las obligaciones, tradiciones (sunan), proceder ético (adâb), autocontrol y cómputo (de las acciones) del alma: “ânân fa ânân ua lahdzatan falahdzatan” (“momento a momento e instante a instante”) y concentrar todas las preocupaciones en una sola a la cual dirigir nuestra atención y aniquilarse en Al·lah, Glorificado y Altísimo:وَتَبَتَّلْ إِلَيْهِ تَبْتِيلاً“ua tabattal ilaihi tabtîlan”
(«Y conságrate íntegramente a Él»).[8]
وَالَّذِينَ جَاهَدُوا فِينَا لَنَهْدِيَنَّهُمْ سُبُلَنَا“Ual ladhîna ÿâhadû fînâ lanahdiîannahum subulanâ”
(«A quienes se esfuerzan por Nuestra causa les encaminaremos por nuestras sendas»).[9]
Y “la provisión” de este viaje es la piedad (taqwâ):
وَتَزَوَّدُوا فَإِنَّ خَيْرَ الزَّادِ التَّقْوَى“ua tazawuadû fa’inna jaira az-zâdi at-taqwâ”
(«Y aprovisionaos, mas (sabed que) la mejor provisión es la piedad»).[10]
Y la taqwâ significa llevar a cabo aquello que el Legislador ordenó y abstenerse de aquello que prohibió, con discernimiento, a fin de que el corazón, a través de la luz de la legislación religiosa y el bruñido producido por actuar en base a los preceptos de ésta, sea susceptible a la efusión de sapiencia por parte del Creador, Glorificado sea:
وَاتَّقُواْ اللّهَ وَيُعَلِّمُكُمْ اللّهُ“uattaqûl·laha ua iu‘al·limukumul·lah”
(«¡Temed a Al·lah, y Él os instruirá!»).[11]
Y así como, hasta que el viajero aparente no obtenga de las provisiones el sustento para su cuerpo no podrá recorrer el camino, de la misma manera, el viajero espiritual, hasta que no se constituya con la “taqwâ” y la purificación religiosa, tanto en su aspecto exterior como interior, y fortalezca su espíritu con ello, no proliferarán alrededor de su camino las ciencias y conocimientos y la moral encomiable que resultan de la “taqwâ”; y el ejemplo de esto, es el ejemplo de alguien que lleva consigo una lámpara en la noche oscura, y por medio de su luz ve el camino y anda, y al dar cada paso, se ilumina un tramo de dicho camino y avanza sobre él, y asimismo, hasta que no de un paso y no avance (ese tramo) no se iluminará, y hasta que no se ilumine no podrá andar. Ese “ver” representa “saber” y ese “andar” representa “actuar y tener piedad”. (Se transmitió del Imam As-Sâdiq (P) que:) “Quien actúe de acuerdo a lo que sabe Al·lah le proporcionará el conocimiento de lo que no sabe. El conocimiento es estimulado mediante su puesta en práctica. Si es que lo acata (permanece) y si no, se marcha. No es aceptada ninguna acción sino en base a un conocimiento, ni ningún conocimiento sino en base a su puesta en práctica. Aquel que sabe, su conocimiento lo guía hacia la acción, y aquel que no actúa no tiene un conocimiento; solo que la fe está dividida en grados”.[12]
Así como en el viaje aparente aquel que no tiene camino no llega a destino, de la misma manera, en el viaje espiritual, aquel que no posee conciencia en su accionar no llega a destino: “El que actúa sin discernimiento es como el caminante sin camino, a quien el mucho andar sólo le aleja más”.[13]
Y “la montura” de este viaje es según su proporción y capacidades; entonces, así como en el viaje aparente, si es que la montura es débil y lisiada, no podrá recorrer el camino, asimismo en este viaje, hasta que no haya salud del cuerpo y un fuerte sustento, no se podrá hacer nada. Entonces, obtener el sustento, desde este aspecto, es imperioso y aquello que es para algo imperioso debe obtenérselo en la medida necesaria.
Así, requerir lo innecesario en el sustento conforma un impedimento para el viaje espiritual, y la vida mundanal censurada respecto a la cual se advirtió, consiste en ese mismo exceso que conforma un daño para el que la posee, pero que requerido en la medida necesaria entra en los asuntos del Más Allá, y el obtenerla es adoración.
Asimismo, si es que alguien, durante el viaje aparente, suelta su cabalgadura en medio del camino, mientras la misma se encuentra pastando, no recorrerá su camino. De la misma manera, en este viaje espiritual, si es que deja al cuerpo y las fuerzas corporales hacer su parecer, y no se atiene a las costumbres y tradiciones de la religión ni sostiene sus riendas en las manos, no se recorrerá el camino de la verdad.
Y “los compañeros” de este viaje son los sabios, virtuosos y adoradores, viajeros espirituales que se auxilian y ayudan unos a otros, puesto que la persona no se percata rápido de sus defectos, pero se percata rápidamente de los defectos ajenos. Entonces, si es que varias personas se auto-edifican juntas y se informan unas a otras de los defectos y flagelos, ellos recorrerán rápido el camino, y se verán protegidos de los salteadores de camino y los bandidos, que ciertamente que: “Shaitán está más cerca de la persona solitaria que del grupo, y la mano de Al·lah está con el grupo”.[14]
Si es que uno se sale del camino, el otro se lo hará notar, pero si es que está solo, le tomará mucho tiempo percatarse de ello.
Y “el guía” en este camino es el Profeta –que la paz y las bendiciones de Al·lah sean con él y su familia- y el resto de los Imames Inmaculados –que la paz sea con ellos-, quienes han mostrado el camino, establecieron las tradiciones y costumbres, informaron de los beneficios y perjuicios del camino y ellos mismos lo han transitado, y han ordenado a la ummah imitarlos y seguirlos:
لَقَدْ كَانَ لَكُمْ فِي رَسُولِ اللَّهِ اُسْوَةٌ حَسَنَةٌ“laqad kâna lakum fi rasûli·lahi usuatan hasanah”
(«Realmente tenéis en el Enviado de Al·lah un excelente ejemplo»);[15]
قُلْ إِن كُنْتُمْ تُحِبُّونَ اللَّهَ فَاتَّبِعُونِي يُحْبِبْكُمُ اللّهُ“qul in kuntum tuhibbûnal·laha fattabi‘ûnî iuhbibkumul·lah”
(«Di: “Si verdaderamente amáis a Al·lah, seguidme, que Él os amará”») .[16]
En conclusión, lo que ellos hacían y aquello hacia lo cual ordenaban, tal como se desprende de las tradiciones fiables de Ahl-ul Bait (P), conforma parte de las cuestiones que indefectiblemente el viajero espiritual ha de observar, y no está permitido, de ninguna manera, desacatarlas después de haber obtenido las verdaderas creencias.
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Notas:[1] Fallecido en el año 1091 de la Hégira.[2] Tomado de la aleya 59 de la Sûra An-Naml (27). La aleya completa es de la siguiente manera: «Di: “¡Alabado sea Al·lah, y que la paz sea con sus siervos elegidos! ¿Quién es preferible, Al·lah o los que idolatran?”».[3] Sûra An-Nahl; 16: 78.[4] Sûra An-Naÿm; 53: 42.[5] Sûra Al-Inshiqâq; 84: 6.[6] Sûra Al-An‘âm; 6: 153.[7] Manâzil As-Sâîrîn, de Joÿeh ‘Abdul·lah Ansârî.[8] Sûra Al-Muzzammil; 73: 8.[9] Sûra Al- ‘Ankabût; 29: 69.[10] Sûra Al-Baqarah; 2: 197.[11] Sûra Al-Baqarah; 2: 282.[12] Esta narración no fue citada en ninguna parte en forma completa, pero se mencionaron partes de la misma en varios lugares, entre ellos, referirse a: Usûl Al-Kâfî, T. 1, p. 44, Capítulo: “Quien actué sin conocimiento”; Muniat Al-Murîd, del Shahîd Az-Zânî, corregido por Rezâ Mujtârî, p. 181; Bihâr Al-Anwâr, T. 1, p. 206, Capítulo: “La acción sin conocimiento”.[13] Usûl Al-Kâfî, T. 1, p. 43, Capítulo: “Quien actúa sin conocimiento”. Primer Hadîz, y allí, en vez de “mucho andar” dice “mucha rapidez”.[14] Esto fue tomado de las palabras de Amîr Al-Mu’minîn, Jutbah nº 127, donde ‘Alî (P) dijo: “Aferraos a una concentración numerosa, puesto que la mano de Al·lah está con el grupo; y alejaos de la desunión puesto que quien se aparta de la gente es de Satanás” (Nahÿ Al-Balâghah).[15] Sûra Al-Ahzâb; 33:21.[16] Sûra Âli ‘Imrân; 3: 31.
Publicado por Centro Islámico Marplatense
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