viernes, 27 de noviembre de 2009

Carta Abierta de un residente palestino de Gaza al presidente de los Estados Unidos de América, Sr. Barak Hussein Obama


27-11-2009
Haidar Eid
zmag.org
Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Sanchis


Haidar Eid, profesor de inglés y comentarista político, residente en la ciudad de Gaza, se pregunta si el presidente de Estados Unidos recuerda algo de su conversación de hace muchos años con el desaparecido intelectual Edward Said.

Estimado Sr. presidente,
Usted probablemente no leerá esta carta debido a su ocupada agenda y al enorme número de mensajes que recibe de presidentes, reyes, príncipes, jeques y primeros ministros. ¿Quién es, después de todo, un académico palestino de Gaza, para tener la osadía de escribirle una carta abierta al presidente de los Estados Unidos de América?

La razón de esta carta es una fotografía su Excelencia sentado con el fallecido intelectual palestino, Edward Said. Esto, por supuesto, sucedido antes de 2004, es decir, antes de que usted empezase a experimentar una metamorfosis que yo, personalmente, pienso que no tiene precedentes en la historia.

Verle con Edward Said, debo decirlo, me ha sorprendido. Said, un auténtico intelectual, debio de decirle algo sobre el sufrimiento del pueblo palestino. En la fotografía, usted y su esposa parecen escucharle atentamente y con admiración. Pero el asunto es ¿comprendió usted realmente su elocuente y apasionada defensa de los derechos de los habitantes nativos de Palestina? A juzgar por sus cambios políticos recientes, lo dudo mucho. Es precisamente la incongruencia entre la fotografía y estos cambios políticos la que me ha impulsado a escribir esta carta.

Sr. presidente:

El mundo entero celebró su elección como el primer presidente afroestadounidense de EE.UU. Yo no. Ni lo hicieron los habitantes del campo de concentración donde vivo. Su simpática visita a Sderot, una ciudad israelí que fue la aldea palestina de Hooj hasta 1948 cuando su población sufrió la limpieza étnica, tres de años después de su primera visita a un kibbutz en el norte de Israel para apoyar a sus residentes, y después de su empeño en el compromiso con la seguridad del Estado de Israel y su "derecho" a mantener unificada la ciudad de Jerusalén como capital del pueblo judío -por dar unos cuantos ejemplos- todas fueron claras indicaciones de dónde está su corazón.

Otra razón para escribir de esta carta es la pasmosa arrogancia e indiferencia con la que la Secretaria de Estado Hilary Clinton desechó las inquietudes palestinas sobre los asentamientos israelíes, exclusivamente para judíos, en Cisjordania. Solamente unas semanas antes, usted hizo la admirable declaración de que TODA la colonización judía tenía que detenerse, y usted aclaró que esto incluía la expansión de los asentamientos existentes así como también la construcción de nuevos.

Sin embargo, cuando Netanyahu dio a conocer que no tenía ninguna intención de para la colonización, usted perdió una oportunidad histórica de trazar una línea: no más billones y no más armas para Israel a menos y hasta, que esta condición se cumpla. Ahora la Secretaria de Estado Clinton tiene la tarea hercúlea de pretender que su posición sobre las colonias judías no ha cambiado, aunque está claro que usted ha elegido no usar el verdadero poder a sus órdenes para poner la política israelí en la línea.

Unos seis meses después de su elección, usted dio un discurso en El Cairo, dirigido al mundo árabe e islámico; que algunos hallaron impresionante. Yo lo encontré impresionante en la forma, pero no en el fondo porque sus acciones no se corresponden con su retórica.

¿Por qué no creí en el nuevo idioma de la nueva administración estadounidense? Porque mientras usted daba su discurso, nosotros enterrábamos a mi vecino, un paciente terminalmente enfermo, que necesitaba tratamiento en un hospital extranjero, y que gracias el asedio impuesto por su propia administración e Israel sobre las Franja de Gaza, las instalaciones que habrían salvado su vida no están disponibles en Gaza. Como más de 400 personas, enfermos terminales de Gaza, mi vecino perdió su vida.

A pesar de las palabras árabes elegidas de paz, "salaam aleikum," usted dejó claro como el cristal que el punto de referencia en cualquier negociación en el conflicto israelo-palestino es la seguridad de Israel. Haciéndolo, Sr. presidente, usted está marginando eficazmente toda la cuestión palestina y ,desafortunadamente, asentando el escenario para renovados ataques israelíes contra una Gaza muerta de hambre, una entidad que, gracias a sus "inquebrantables" lazos con Israel, se ha transformado en el campo de concentración más grande sobre la Tierra.

Su fracaso en apoyar el informe Goldstone, su indiferencia, por no decir su contribución, al sufrimiento palestino y al proceso de "politicidio" contra la población palestina de Gaza es, para decir lo mínimo, insondable, viniendo de un hombre que escuchó tan seriamente a Edward Said.

Sus consejeros deben haberle contado las carencias de medicinas, alimentos y combustible en el campo de concentración donde yo vivo. Los pacientes en necesidad de diálisis y otros tratamientos médicos urgente están muriendo cada día. Una mayoría de nuestros niños, muchos de la misma edad que sus dos hermosa hijas, están mal nutridos.

Usted debe haber examinado ligeramente el resumen del informe Goldstone que detalla el horror infligido a 1.5 millones de civiles durante 22 días, horror ocasionado por aviones F16, helicópteros Apache y bombas de fósforo hechas en fábricas estadounidenses.

Centenares de niños fueron quemados hasta morir por bombas de fósforo; mujeres encintas fueron brutalmente tiroteadas, de lo que soldados israelíes se jactaron poniendo en sus camisetas: "1 bala, 2 muertos." Y todavía, ¡ni una sola palabra de condolencia, Sr. Presidente!

Edward Said tuvo que decir esto sobre su primera visita a Gaza: "Es el lugar más aterrorizante que yo haya estado nunca... es un lugar horriblemente triste a causa de la desesperación y la miseria en la manera en la que la gente vive. No estaba preparado para campos que son mucho peor que cualquier cosa de las que vi en Sudáfrica."
Esto era en 1993, Sr. presidente, antes de que las condiciones dramáticamente fueran deterioradas. Gaza ha llegado a ser ahora, como la describe la principal organización israelí de de derechos humanos, B'tselem "la prisión más grande sobre la Tierra."

Sr. Obama,

A diferencia de su predecesor, usted parece ser un hombre sabio. Usted debe haberse dado cuenta que una solución de dos estados se ha vuelto imposible por la colonización israelí de Cisjordania, por la guerra sobre Gaza, por la construcción del muro de segregación racial, por la expansión del llamado Gran Jerusalén, y por el aumento del número de colonos judíos en Cisjordania. Usted debe haberse dado cuenta también que hay 6 millones de refugiados, la mayoría de los cuales viviendo en condiciones miserables y que esperan que valerosos líderes visionarios comprometidos con la verdadera democracia, lo derechos humanos y el derecho internacional pongan en práctica la resolución 194 DE LA ONU.

Y aún así, usted y su Secretaria de Estado, como cada presidente de los EE.UU. desde 1967, ha decidido apoyar a Israel para que cree las condiciones que hagan imposible, poco práctica e injusta la solución de los dos estados.

¿Fue usted un defensor del sistema de bantustanes en Sudáfrica bajo el sistema del Apartheid?
¿Es usted contrario a la igualdad de derechos y a la transformación de Israel/Palestina en un estado para todos sus ciudadanos?

La solución de los dos estados significa la bantustanización de Palestina, una solución que usted, a nuestro entender, nunca apoyó para Sudáfrica.

¿Es usted, Sr. presidente, contrario a la democracia cívica, que es lo que demanda la mayoría de la sociedad civil palestina, redes y organizaciones?
¿Es esto por lo qué sus personajes ejemplares, Martín Luther King y Steve Biko, murieron?
¿Se equivocó Nelson Mandela al pasar 27 años de su vida persiguiendo la justicia exigiendo la igualdad para la población indígena de Sudáfrica?
¿Se da usted cuenta que lo que está apoyando en Oriente Próximo es una solución racista por excelencia? Una solución basada en el " nacionalismo étnico".

Su Secretaria de Estado y el enviado a Oriente Próximo, desvergonzadamente, se colocaron con resplandecientes sonrisas junto a Avigdor Lieberman, quien, no solamente defiende abiertamente las limpiezas étnicas de palestinos, sino que ¡también exige un nuevo genocidio en Gaza!
¿Se da usted cuenta, Sr. presidente, que este fascista hitleriano podría llegar a ser el próximo primer ministro de Israel, gracias a la complacencia y apoyo de su administración?

Nuestra única demanda inmediata es que su administración se asegure de que Israel cumpla sus obligaciones desde el punto de vista del derecho internacional. ¿Es esto pedir demasiado?

Sr. presidente Barak Hussein Obama:

Nosotros, el pueblo palestino, ¡estamos hartos!

Sinceramente,

Prof. Haidar Eid

Gaza, Palestina

Fuente: http://www.zmag.org/znet/viewArticle/23129

No hay comentarios: