martes, 18 de agosto de 2009

"El caso de Rodrigo Lanza"


14-08-2009
Rojo y Negro
http://www.rojoynegro.info/2004/spip.php?article27764

El Tribunal Supremo aumentó a cinco años la condena a prisión de Rodrigo Lanza Huidobro el 16 de junio de 2009, por lo cual el joven debe volver a la cárcel. Los hechos se remontan a la madrugada del 4 de febrero de 2006 cuando el joven estudiante de historia se dirigía acompañado de otros amigos a una fiesta en una casa okupada. Al llegar, se encontraron con un cordón policial barrando el paso.

El 4 de febrero de 2006 en la calle Sant Pere mes Baix, 55 de Barcelona hay una fiesta tipo rave en una casa "ocupada". La Guardia Urbana (policía local) tiene "acordonada" la zona. En teoría el inmueble -propiedad del Ayuntamiento- está vigilado por la Guardia Urbana paera impedir su uso. La realidad es que hay una fiesta donde la gente entra y sale -incluso se registra la presencia de secretas dentro-. Sobre las 6,20 de la mañana la Guardia Urbana decide impedir el paso por esa calle. Algunos personas tratan de acceder a la fiesta y otras simplemente atravesar la calle. Rodrigo Lanza -entre otros- pide que le dejen pasar para ir a la boca del Metro que hay al lado. Le dicen que se vaya a otra (mucho más lejos). En esto se porduce una carga. Rodrigo Lanza recibe un fuerte porrazo en la cabeza que le hace sangrar abundantemente. Al momento de la carga salen vecinos de varios inmuebles que gritan contra la policía. Caen objetos, entre ellos macetas. Una, problamente lanzada desde la casa de la fiesta, impacta en la cabeza de un Guardia Urbano dejandolo herido grave. Tras la carga se producen 9 detenidos. Cinco estaban en la calle -nunca estuvieron dentro del edificio, entre ellos Rodrigo Lanza- y cuatro que salen en ese momento del edificio. De los 9 detenidos se ceban con tres. Tres sudamericanos con pinta de alternativos que estaban en la calle.
El alcalde Joan Clos sale en la mañana del día siguiente en todos los medios de comunicación diciendo que una maceta lanzada desde un edificio había herido de gravedad a un guardia urbano. Esta versión se repite cada hora en las noticias. A continuación el informe policial por el cual Clos habla de la maceta "desaparece". Clos cambia la versión y dice que no existe informe con la teoría de la maceta. Que había sido por una información "oral" de la Guardia Urbana por lo que él había salido en todos los medios hablando de la maceta, cosa poco habitual. Dña. África de la Criz Ramos, del equipo sanitario del 061 que atendió al guardia urbano herido , declaró en el Juzgado de Instrucción nº 18 de Barcelona que en el lugar de los hechos había alguna maceta. El tema de la maceta es central en la acusación contra Rodrigo Lanza (condenado a 5 años de cárcel), Alex Cisternas y Juan Daniel Pintos (condenados a 3 años y medio). La nueva versión de la policía es que estos arrojaron piedras que al impactar en el guardia urbano este cayó y se rimpió la parte trasera del craneo con la acera. Posibilidad que pusieron en duda la mayoría de los perítos médicos en el juicio (está en video).
El médico Robert Panades B. declaró que "…pregunté a los agentes -que por allí se encontraban- cuál había sido el mecanismo de la lesión y no lo supieron incicar, unos decían que había caído algo de arriba, como un tiesto ; otros que había sido una pedrada pero nadie sabía concretarlo". Luego en juicio todos los policias lo tenían claro.
A todo esto, y extrañamente, la fiesta continua en el edificio después de la carga. Los cuatro detenidos al salir de casa son liberados. El organizador de la fiesta pasa unas horas en comisaría declarando, pero parece ser que no como detenido. Esta persona es acusada por el movimiento okupa de Barcelona de traficante y soplón de la policía.
Rodrigo Lanza y los otros dos denuncian que fueron torturados en la comisaría l’ABP Sants-Montjuïc. Tanto les dieron que el médico de la policía determinó que debían ser llevados a un hospital. Tanto las torturas como el hecho estar desaparecidos durante 15 horas después de su detención en manos de la policía ha sido denunciado por Amnistía Internacional -en su informe sobre los Mossos- y la Comisión de Defensa de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona.
Hay un policía herido y los tres sudacas se van a comer el marrón. Después de los incidentes la Guardia Urbana ha acordonado la zona. Cosa que hace con cualquier mínimo accidente de circulación para que la policía científica pueda ayudar a esclarecer los hechos, más logicamente ante la gravedad de los hechos. Pues bien cuando la policía científica se presenta en el sitio horas después -a las 10,00 del día 4 de febrero- se encuentra con que la zona ha sido completamente limpiada por el Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Barcelona. Como dijo el regido del distrito de Ciutat Vella, Carlos Martí, el 6 de abril de 2006, el hecho de que la empresa de limpieza del Ayunamiento de Barcelona actuara tuvo que ser ordenado o permitido por la Guardia Urbana que estaba en la zona. Este hecho ha sido fundamental para eliminar un gran número de pruebas que exculparían a Rodrigo Lanza y Alex Cisternas. La madre de Rodrigo puso una denuncia por este hecho y pidió a la Justicia que se identificase al jefe del operativo de la Guardia Urbana que permitió la limpieza del lugar.
Del tema de la torturas la jueza pasó olimpicamente. A los tres jóvenes se les enseñaron unas fotocopias en blanco y negro con 20 fotos a tamaño carnet y con imágenes antiguas de los policias para que "los identificasen". En el juicio la jueza no permitió ningún testigo de la defensa (gente en la calle, gente de los balcones…).
A parte de AI y el Colegio de Abogados, la Asociación Memoria contra la Tortura se presentó como acusación popular querellandose contra los autores de los malos tratos y torturas, la Asociación Justicia i Pau monstró su preocupación por todo el caso, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona pidió que se aclaren las responsabilidades por la limpieza del lugar y que Clos aclare el origen o fuentes de información de la primera versión que dió (la de la maceta), Cristianos por la Abolición de la Tortura apoyó a los jóvenes y envió una serie de cartas a las autoridades de Barcelona, denunciando los hechos como "terribles torturas y actos de racismo por parte de la policía de Barcelona", Casa de la Solidaridad de Barcelona junto a sus numerosas asociaciones que la configuran, especialmente la Plataforma Argentina contra la Impunidad, ha llevado un seguimiento permenente del caso y acogieron y brindaron apoyo médico a Mariana Huidobro, madre de Rodrigo, cuando se puso en huelga de hambre junto con los tres jóvenes en prisión. Finalmente el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado chileno, Jaime Naranjo, realizó en junio pasado una intervención en la cámara alta manifestando su preocupación por los jóvenes, donde se refirió a la responsabilidad de velar por los derechos de los compatriotas en otros paises. En Chile la repercusión mediática ha sido muy grande pues se vé como un caso de discriminación claro. Rodrigo y Alex nacieron en Chile y Juan Daniel en Argentina.
Estos tres jóvenes ingresarán prisión proximamente por un delito que no cometieron. Rodrigo ya estuvo en la cárcel dos años (desde los 22 a los 24 años de edad).
Toda esta "Justicia" ha sido rematada el 12 de junio de 2009 por el Tribunal Supremo de Madrid que confirmó la sentencia e incluso añadió seis meses a Rodrigo Lanza, se supone que por piarla.
Lo más divertido de todo es que la hija de Joan Clos estaba en la fiesta del 55 de la calle Sant Pere mes Baix.
Es la noche barcelonesa, donde se juntan pijos, secretas, pseudo ocupas traficantes con amigos en la policía y la gente del común…donde si hay un lio gordo al final siempre se encuentra a tres sudamericanos con algo de pintas para meterles toda la mierda. Clasismo y racismo en la Barcelona turística y cosmopolita.
Adolfo Allué Blasco.
Diferentes grupos de apoyo, entre ellos el recientemente constituido de Zaragoza, estamos pidiendo firmas por el indulto de estos jóvenes. Pedimos la firma de colectivos sociales, personas, que se manden cartas a los medios, al Gobierno central y Autonómico, que se difunda el caso… Un día más.

Entrevista a Rodrigo Lanza, principal inculpado por el 4F
Rodrigo con Mariana, su madre.

Por Mariana Cantero/Barcelona
Fotos: Elizabeth Maldonado

¿Cuál es tu versión de los hechos del 4 de febrero de 2006?
Yo salía de una fiesta con un grupo de gente. Juan y Alex iban en el grupo, pero yo no sabía que íbamos juntos. Yo iba a recoger a Hana, mi novia, a la estación de Arc de Triomf, porque ella llegaba con un tren de La Molina. Estábamos por Princesa y fuimos cruzando el barrio, pasamos por el Forat de la Vergonya y allí nos topamos con los cuatro agentes, que nos dijeron que no se podía pasar. Yo les pregunté por qué y me dijeron que en la fiesta no se podía entrar, entonces les aclaré que yo no quería entrar a la fiesta sino pasar por allí. En eso vi que había un agente que era el más viejo y llevaba más galones en el uniforme, entonces decidí hablar con él. Le estaba preguntando cómo pasar y mientras que estaba hablando con él recibí un golpe de porra en la cabeza. En ese momento no había pasado nada, la gente estaba en la calle tomando cerveza frente a la policía, que no hacía nada. La situación era un poco rara por eso mismo. Yo me quedé en blanco después del golpe, me agarró una amiga que venía conmigo y me ayudó a ponerme de pie. En eso escuché “corre, corre, que viene la policía” y salí corriendo. Doblé a la segunda calle a la derecha y vi que estaba solo y que dos policías me seguían. Yo estaba con una brecha en la cabeza y cuando me dijeron que pare lo hice. De hecho, pensé que no había hecho nada y que como mucho me detendrían. Ahora, después de dos años, pienso por qué paré.

¿Qué pasó después?
Me empezaron a pegar y me llevaron a un coche, donde me encontré con Álex. Él me dijo que había visto a un policía tumbado en el suelo. Eso fue lo único que supimos, hasta que después, cuando estábamos en el calabozo, la policía no paraba de repetirnos que tenían un compañero en coma y que si se moría lo íbamos a pagar nosotros. Se ensañaron especialmente con nosotros tres, los latinoamericanos. Recuerdo que dijeron “¿los sudamericanos quienes son?, métanlos antes en el furgón”.

Después nos llevaron a la comisaría de la Guardia urbana de Les Corts. Allí fue horrible, yo siempre estuve en el calabozo solo. Juan y Alex estaban juntos, pero yo estuve solo. Lo primero que hicieron fue sacarme todo, hasta los cordones de las zapatillas. A los cinco minutos entró uno de los urbanos que estaba antes, y en la puerta se quedaron cinco antidisturbios. El urbano que entró se puso los guantes y yo pensé que venía a darme, y que si me rebotaba entrarían los otros. Me empezó a pegar, me llamó hijo de puta, me dijo “si mi compañero muere tu sales de aquí con los pies por delante”. Yo sólo le dije que no había hecho nada, pero después me quedé callado porque quería que dejara de pegarme. Me dio en el brazo con el que intentaba protegerme, en el cuerpo, por todos lados.

Rodrigo con Mariana, su madre¿No constató nadie esas lesiones?
Sí, después entró el médico y me mandó al hospital. Casualmente, Álex y Juan también iban.

¿Pero les hicieron allí un parte de lesiones?
Sí, pero estuvimos en el médico con un policía enfrente y cuando íbamos al hospital los policías ya nos habían dicho que si les decíamos algo a los médicos nos harían algo. Entonces la verdad es que te ves en esa situación y no dices nada, estás muerto de miedo, porque están todos los policías allí, los mismos que te pegaron como diciendo “a ver si tienes cojones de decirlo”. Y aunque el médico se debe haber dado cuenta, porque al preguntarnos yo sólo dije “golpes”, Alex “me caí” y Juan creo que nada. Eso no fue reflejado en el parte.

Después nos llevaron en un furgón, y me acuerdo perfectamente que estaban también Alfredo y Patricia. Nos trasladaron con las manos en la espalda, esposados y tirados en el suelo. Más tarde volvimos a la comisaría y después a otra de los Mossos d’Esquadra. Yo creo que allí estuvimos mucho, estás en el calabozo y no sabes ni que hora es. Nosotros pedíamos comida y me dieron un vaso de agua, pero antes de dármelo el policía lo explotó, así como para que se cayera, y un pan. En dos días comimos eso. Aparte de las palizas, por las que ya físicamente no puedes, mentalmente no entiendes nada.

En esa comisaría también nos hicieron el reconocimiento fotográfico. Me pidieron que me desnudara y me preguntaron si sabía por qué estaba allí. Dije que no y me dieron un golpe. Mientras tanto, había otro chico que sacaba fotos, pero con capucha y guantes. Y yo caí al piso y me agarraron con las manos en el cuello mientras me decían “¿te duele? Qué bien, te tiene que doler”. Yo estaba allí y pensé que la palmaba.

¿Y dónde están esas fotos?
Esas nunca llegaron a ningún lado, ese reconocimiento no existió. El único que consta y nos hicieron legalmente fue el del juzgado, donde no nos dejaron quitarnos la ropa. Yo llevaba una camiseta blanca debajo y una más clara encima, que estaba llena de sangre, como los pantalones. Pero me ordenaron que me la quitara, y entonces salí con la blanca, que estaba limpia. En la cara no tenía golpes, estaba marcado y tenía la nariz hinchada pero no rota. Eso sí, estuve vomitando coágulos de sangre una semana.
Y los Mossos también nos sacaron fotos con los móviles personales. Cada vez que cambiaba el turno nos decían “ahora tenemos tu cara, pero esto no va a ir a archivo, es personal y si te vemos en la calle te matamos”.

¿Cómo te enteraste de lo que pasaba?
No se cuánto tiempo había pasado. No había hablado con nadie. Pensaba que estaba preso por altercado público o alguna de esas cosas que te ponen cuando no saben qué ponerte y que me iban a soltar el domingo, que me tendrían el fin de semana. Pero después de un día y medio vi al abogado, que me dijo que estaban mi mamá y mis amigos fuera y que me habían acusado de intento de homicidio a un agente de la policía. En ese momento empecé a llorar, fue la primera vez que lloré. Me derrumbé y pensé: y ahora qué, ¿pago 20 años de cárcel por la cara?


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