la crisis del tráfico humano crece debido a las bandas que explotan a familias pobres y a la corrupción de sistema
Afif Sarhan
The Guardian
10-04-2009
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Según altos cargos y agencias de ayuda internacional, el escaso respeto a la ley y la porosidad de las fronteras están agravando una cada vez mayor crisis de tráfico de niños en Iraq en la que una gran cantidad de niños son secuestrados cada año y vendidos en el extranjero.
Varias bandas criminales se están aprovechando del bajo coste de comprar niños y del caos burocrático que hacen relativamente fácil sacarlos del país. Es difícil obtener las cifras exactas porque no existe un procedimiento de contabilidad centralizado, pero las agencias de ayuda y la policía afirman que creen que desde 2005 ha aumentado un tercio hasta llegar al menos a 150 niños al año.
Un alto cargo de la policía afirmó que al menos se vendían al mes 15 niños iraquíes, algunos fuera del país, otros dentro, algunos para adopción, otros para abusos sexuales. Los altos cargos creen que al menos operan 12 bandas en Iraq que ofrecen entre 200 y 4.000 libras por niño dependiendo de su historial y de su estado de salud. Los principales países a los que son vendidos son Jordania, Turquía, Siria y algunos países europeos como Suiza, Irlanda, Reino Unido, Portugal y Suiza.
Según el coronel Firaz Abdallah del departamento de investigación de la policía iraquí, las bandas utilizan intermediarios que simulan trabajar para ONGs. Durante las negociaciones con las familias los miembros de las bandas preparan el papeleo: certificados de nacimiento, cambio de nombres y añadir el nombre del niño al pasaporte del intermediario o de la persona a la que se paga para sacar al niño, generalmente a Siria y Jordania, y desde ahí a Europa o a otros países de Oriente Medio.
"La corrupción que existe en muchos departamentos del gobiernos hace que nuestro trabajo sea complicado [porque] cuando estos niños llegan al aeropuerto o a la frontera, todo parece estar correcto y para nosotros es difícil mantenerlos dentro del país sin pruebas evidentes de que se está traficando con el niño", afirmó Abdallah.
"Hace dos semanas atrapamos a un pareja con un niño de seis meses que salían en coche por la frontera iraquí con Jordania. A uno de nuestros policías le pareció que era extraña la diferencia de edad entre la pareja, así que nos pidió que lo comprobáramos. Después de arrestarlos nos dimos cuenta de que la chica había sido vendida por sus padres y de que se la iban a llevar a Amman y de ahí a Irlanda donde una familia había pagado por el bebé".
Un traficante, que pidió que se le llamara Abu Hamizi, dijo que el trafico desde Iraq era más barato y fácil que en ningún otra parte dado lo dispuestos que están los mal pagados funcionarios a ayudar a falsificar los documentos.
"Antes de tratar de negociar con una familia estudiamos sus condiciones de vida, sus deudas, los bienes que poseen, y cuando nos parece que los miembros de la familia están en paro y no pueden alimentar a sus niños, nos acercamos, lo que la mayoría de las veces es bien recibido ya que nos consideran trabajadores de asistencia", afirmó.
"Durante el periodo de investigación nos presentamos como miembros de una ONG local y les ofrecemos algo de comida y ropa. Una vez que toman confianza, hacemos nuestra oferta que varía según lo que hayamos descubierto. Si la familia es verdaderamente pobre, aceptan muy poco dinero, pero con otras más instruidas los precios son mayores. Preferimos bebés, aunque a veces las familias piden niños de uno a cuatro años, pero es más raro".
Los traficantes afirman que a veces controlan para asegurarse de que los niños están bien. Pero Abu Hamizi dijo que él había oído una vez a un colega que uno de los bebés vendidos el año pasado había sido usado para un trasplante de órganos en Oriente Medio.
Aunque Abu Hamizi insiste en que tratan bien a las familias "clientes", un informe realizado en 2007 por la ONG Heartland Alliance revelaba que los traficantes utilizan amenazas o la fuerza, la coacción, el secuestro, el fraude, el engaño, el abuso de poder o la vulnerabilidad, o bien pagan o dan beneficios a la persona que controla a la víctima.
Sarah Taminn, de 38 años, viuda y madre de familia de Babel, afirmó que el año pasado había vendido a sus niños de entre cuatro y dos años. No lo lamenta a pesar de haber recibido menos dinero del que le prometieron. "La gente me debe de considerar un monstruo, pero si supieran lo difícil que es vivir en un campo de desplazados, sin trabajo, sin ayuda y sin un marido, cambiarían de idea", afirmó. "Hice lo imposible para mantenerlos conmigo, pero perdí a mi marido cuando estaba embrazada de mi quinto hijo y la vida se hizo demasiado difícil. Quiero a mis hijos. Sé que las familias que los han adoptado les darán la buena vida, comida y educación que yo nunca podré darles".
Los trabajadores de las agencias de ayuda afirman que se está haciendo muy poco para resolver este problema. "Están aumentando los informes sobre tráfico de niños porque la gente es ahora mucho más consciente y tiene confianza suficiente para hablar de esta violación de los derechos de los niños", afirma Fatuma Ibrahim, directiva de protección de la infancia de Unicef en el Centro de Ayuda a Iraq de Amman. "Por supuesto, Unicef está muy preocupada por estos informes y estamos trabajando con el ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para hacer un seguimiento de los informes de supuestas 'adopciones'".
Las agencias de ayuda advierten a los padres de que muchos niños son usados como trabajadores sexuales o son vendido a pedófilos. "Tratamos de llegar a muchas de estas familias para advertirles de lo que les puede ocurrir a sus niños, pero hemos recibido amenazas y mataron a dos de nuestros trabajadores cuando trataron de impedir que se negociara con un niño", afirmó un trabajador, Ahmed Sami.
Enlace con el original: http://www.guardian.co.uk/world/2009/apr/06/child-trafficking-iraq
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Afif Sarhan
The Guardian
10-04-2009
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Según altos cargos y agencias de ayuda internacional, el escaso respeto a la ley y la porosidad de las fronteras están agravando una cada vez mayor crisis de tráfico de niños en Iraq en la que una gran cantidad de niños son secuestrados cada año y vendidos en el extranjero.
Varias bandas criminales se están aprovechando del bajo coste de comprar niños y del caos burocrático que hacen relativamente fácil sacarlos del país. Es difícil obtener las cifras exactas porque no existe un procedimiento de contabilidad centralizado, pero las agencias de ayuda y la policía afirman que creen que desde 2005 ha aumentado un tercio hasta llegar al menos a 150 niños al año.
Un alto cargo de la policía afirmó que al menos se vendían al mes 15 niños iraquíes, algunos fuera del país, otros dentro, algunos para adopción, otros para abusos sexuales. Los altos cargos creen que al menos operan 12 bandas en Iraq que ofrecen entre 200 y 4.000 libras por niño dependiendo de su historial y de su estado de salud. Los principales países a los que son vendidos son Jordania, Turquía, Siria y algunos países europeos como Suiza, Irlanda, Reino Unido, Portugal y Suiza.
Según el coronel Firaz Abdallah del departamento de investigación de la policía iraquí, las bandas utilizan intermediarios que simulan trabajar para ONGs. Durante las negociaciones con las familias los miembros de las bandas preparan el papeleo: certificados de nacimiento, cambio de nombres y añadir el nombre del niño al pasaporte del intermediario o de la persona a la que se paga para sacar al niño, generalmente a Siria y Jordania, y desde ahí a Europa o a otros países de Oriente Medio.
"La corrupción que existe en muchos departamentos del gobiernos hace que nuestro trabajo sea complicado [porque] cuando estos niños llegan al aeropuerto o a la frontera, todo parece estar correcto y para nosotros es difícil mantenerlos dentro del país sin pruebas evidentes de que se está traficando con el niño", afirmó Abdallah.
"Hace dos semanas atrapamos a un pareja con un niño de seis meses que salían en coche por la frontera iraquí con Jordania. A uno de nuestros policías le pareció que era extraña la diferencia de edad entre la pareja, así que nos pidió que lo comprobáramos. Después de arrestarlos nos dimos cuenta de que la chica había sido vendida por sus padres y de que se la iban a llevar a Amman y de ahí a Irlanda donde una familia había pagado por el bebé".
Un traficante, que pidió que se le llamara Abu Hamizi, dijo que el trafico desde Iraq era más barato y fácil que en ningún otra parte dado lo dispuestos que están los mal pagados funcionarios a ayudar a falsificar los documentos.
"Antes de tratar de negociar con una familia estudiamos sus condiciones de vida, sus deudas, los bienes que poseen, y cuando nos parece que los miembros de la familia están en paro y no pueden alimentar a sus niños, nos acercamos, lo que la mayoría de las veces es bien recibido ya que nos consideran trabajadores de asistencia", afirmó.
"Durante el periodo de investigación nos presentamos como miembros de una ONG local y les ofrecemos algo de comida y ropa. Una vez que toman confianza, hacemos nuestra oferta que varía según lo que hayamos descubierto. Si la familia es verdaderamente pobre, aceptan muy poco dinero, pero con otras más instruidas los precios son mayores. Preferimos bebés, aunque a veces las familias piden niños de uno a cuatro años, pero es más raro".
Los traficantes afirman que a veces controlan para asegurarse de que los niños están bien. Pero Abu Hamizi dijo que él había oído una vez a un colega que uno de los bebés vendidos el año pasado había sido usado para un trasplante de órganos en Oriente Medio.
Aunque Abu Hamizi insiste en que tratan bien a las familias "clientes", un informe realizado en 2007 por la ONG Heartland Alliance revelaba que los traficantes utilizan amenazas o la fuerza, la coacción, el secuestro, el fraude, el engaño, el abuso de poder o la vulnerabilidad, o bien pagan o dan beneficios a la persona que controla a la víctima.
Sarah Taminn, de 38 años, viuda y madre de familia de Babel, afirmó que el año pasado había vendido a sus niños de entre cuatro y dos años. No lo lamenta a pesar de haber recibido menos dinero del que le prometieron. "La gente me debe de considerar un monstruo, pero si supieran lo difícil que es vivir en un campo de desplazados, sin trabajo, sin ayuda y sin un marido, cambiarían de idea", afirmó. "Hice lo imposible para mantenerlos conmigo, pero perdí a mi marido cuando estaba embrazada de mi quinto hijo y la vida se hizo demasiado difícil. Quiero a mis hijos. Sé que las familias que los han adoptado les darán la buena vida, comida y educación que yo nunca podré darles".
Los trabajadores de las agencias de ayuda afirman que se está haciendo muy poco para resolver este problema. "Están aumentando los informes sobre tráfico de niños porque la gente es ahora mucho más consciente y tiene confianza suficiente para hablar de esta violación de los derechos de los niños", afirma Fatuma Ibrahim, directiva de protección de la infancia de Unicef en el Centro de Ayuda a Iraq de Amman. "Por supuesto, Unicef está muy preocupada por estos informes y estamos trabajando con el ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para hacer un seguimiento de los informes de supuestas 'adopciones'".
Las agencias de ayuda advierten a los padres de que muchos niños son usados como trabajadores sexuales o son vendido a pedófilos. "Tratamos de llegar a muchas de estas familias para advertirles de lo que les puede ocurrir a sus niños, pero hemos recibido amenazas y mataron a dos de nuestros trabajadores cuando trataron de impedir que se negociara con un niño", afirmó un trabajador, Ahmed Sami.
Enlace con el original: http://www.guardian.co.uk/world/2009/apr/06/child-trafficking-iraq
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