sábado, 24 de abril de 2010

La transición a la democracia en Estados Unidos


Cronopiando
Koldo Campos Sagaseta
Rebelión

Hora va siendo ya de que el gobierno de Cuba, con el mismo derecho que asiste al régimen de los Estados Unidos, designe una comisión que se ocupe de facilitar la transición a la democracia de sus belicosos vecinos.
Yo mismo, si el gobierno de Cuba lo considera, me ofrezco voluntario para coordinar esa imprescindible transición que haga de los Estados Unidos un país democrático y respetuoso de los derechos humanos y civiles.

Sé que no es fácil la misión pero un país que acumula la mayor deuda externa de su historia, mayor que la suma de todas las demás supuestas deudas americanas; que derrocha la mitad de los recursos del planeta; que contamina tanto como la mitad de los países existentes; que consume la mayor parte de la droga que circula por el mundo; que vulnera absolutamente todos los derechos humanos; que multiplica indigentes y analfabetos; que mantiene al margen de cualquier seguro social a 45 millones de seres humanos; que ve morir violentamente todos los años a 18.000 estadounidenses, no en las guerras que promueven sino en la paz que han construido; que registra más de 32.000 suicidios al año; que dispone de más armas que ciudadanos; que promueve la violencia, la guerra y el terror en cualquiera de sus formas y en cualquier país y continente, es un estado fallido que debe ser intervenido por la comunidad internacional para evitar que siga perpetrando crímenes y generando miseria.

Y es que es inaceptable que en Estados Unidos se pueda votar pero no elegir, que los votos de unos valgan más que los votos de otros y que los candidatos los determine el capital; inaceptable que pueda ser asesinado su presidente en un golpe de Estado encubierto y deba esperar su pueblo al menos 66 años para conocer la verdad; inaceptable que fenómenos de los llamados naturales multipliquen sus mortíferos efectos por la desidia de gobiernos a los que no les importan sus muertos cuando son pobres y negros; inaceptable que con dinero público auxilie las privadas bancarrotas; inaceptable la existencia de campos de concentración donde torturar a disidentes; inaceptable la construcción de gigantescos y vergonzosos muros con los que aislar a sus vecinos; inaceptable que secuestren opositores por todo el mundo, que dispongan de cárceles clandestinas e ilegales para ellos y que, por exigencia de su gobierno, sean sus soldados los únicos que no están obligados a responder ante tribunales internacionales de justicia; inaceptable el caos que Estados Unidos ha desatado en el mundo y que hace urgente la intervención de Cuba y la comunidad internacional para posibilitar la transición democrática en ese país, en el entendido de que son los estadounidenses los que deben definir su futuro y que, en ese objetivo, Cuba debe volcarse cuanto antes en ayuda humanitaria.

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