sábado, 17 de abril de 2010

Irán Consigue Impresionantes Logros Nucleares Pese a las Sanciones


Texto:
¡Ya basta Vanunu!
No ves que estamos ocupados.

Al-Manar
10/04/2010 La República Islámica de Irán es un país del Asia Occidental con una posición estratégica fundamental debido a su localización en Oriente Medio y Eurasia central.

Irán tiene ya una larga historia en la esfera de la literatura, la medicina, la astronomía, las matemáticas y las artes y el país ha conseguido impresionantes logros en el campo nuclear, a pesar de las sanciones, que limitan la cooperación con otros países en este terreno.

Irán mantiene una importante posición en el tema de la seguridad energética internacional y la economía mundial como resultado de sus grandes reservas de petróleo y gas natural. Es también un miembro fundador de la ONU, el Movimiento de los No Alineados, la Organización de la Conferencia Islámica y la OPEP.

Desde que la Revolución Islámica derribó el régimen del Shah a finales de los años setenta, las naciones occidentales han estado tratando de aislar a Irán, liderado tras la Revolución por el Imam Jomeini, mediante la imposición de una serie de sanciones contra el país. Sin embargo, el vigoroso pueblo de Irán no ha renunciado a su objetivo de convertirse en un país que domine la energía nuclear, pero no en uno con armas nucleares.

En abril de 2006 se dio el gran paso. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció entonces que Irán se había unido al club internacional nuclear. Su anuncio se produjo después de que los científicos iraníes lograran enriquecer el uranio existente hasta el grado necesario para ser utilizado en un reactor mediante el uso de 164 centrifugadoras. “Éste es el resultado de la resistencia de la nación iraní. En base a las regulaciones internacionales, seguiremos nuestro camino hasta que logremos alcanzar un enriquecimiento de uranio a escala industrial,” prometió Ahmadineyad.

Él reiteró que el enriquecimiento se había realizado por propósitos puramente civiles y no militares. Los países occidentales, incluyendo EEUU, alegan, sin ninguna evidencia que lo respalde, que Irán busca la fabricación de “armas nucleares” o una “capacidad suficiente para poder conseguir armas nucleares”, acusación ésta que Irán niega.

El 13 de abril de 2006, un día después de que la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, pidiera al Consejo de Seguridad que aprobara “ciertos pasos” para inducir a Teherán a cambiar el curso en lo tocante a su programa nuclear, el presidente Ahmadineyad prometió que Irán no dejará de enriquecer uranio y que el mundo debe tratar al país como una potencia nuclear. “El derecho de la nación iraní a enriquecer uranio no es negociable.”

Desde entonces, los logros de Irán en el campo nuclear no se han detenido. Un año después de alcanzar el nivel de enriquecimiento necesario para abastecer su reactor, Ahmadineyad anunció desde Natanz que Irán se había unido al club de los países que poseen un enriquecimiento nuclear de un nivel industrial. Unas 3.000 centrifugadoras comenzaron a operar en la planta de Natanz, en el centro de Irán. Ahmadineyad dijo que, en unos plazos determinados, el gobierno iraní utilizaría unas 20.000 centrifugadoras para extender la capacidad nuclear a los terrenos de la medicina, la agricultura y la industria.

Él añadió que las potencias mundiales no pueden detener el impulso iraní para desarrollar un programa nuclear pacífico. Sin embargo, la presión internacional sobre el país continúa.

Aunque Irán es un país signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear, que le da a los países signatarios el derecho a enriquecer uranio, la República Islámica ha llevado a cabo varias ofertas para un compromiso, como gesto dirigido hacia los países occidentales.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) de la ONU ha recibido permiso para inspeccionar las instalaciones nucleares iraníes y nunca ha encontrado evidencias de un programa nuclear militar.

Entre las ofertas iraníes estuvieron la de hacer funcionar el programa nuclear de Irán como un consorcio internacional, con la plena participación de gobiernos extranjeros. Irán se ofreció también a renunciar a la tecnología de extracción del plutonio con el fin de asegurar que su reactor de agua pesada en Arak no pueda ser utilizado para fabricar bombas nucleares.

Más recientemente, los iraníes ofrecieron también hacer funcionar centrifugadoras de uranio que se destruyen automáticamente si son utilizadas más allá del nivel que se requiere para los propósitos civiles.

Irán anunció asimismo que puede producir combustible de cualquier nivel de enriquecimiento, “pero dijimos a los países extranjeros a través de la AIEA que preferimos conseguir el combustible necesario en el extranjero. Sin embargo, resultó claro que, desgraciadamente, ellos no estaban preparados para una interacción con nosotros,” dijo el jefe de la Agencia de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, en enero de 2010.

Él se refirió luego al plan para el intercambio de uranio por combustible entre Irán y los países occidentales diciendo: “Nuestra oferta está todavía abierta y estamos preparados para recibir combustible del extranjero.”

El Consejo de Seguridad, bajo la clara influencia de EEUU, quiere que Irán abandone su programa, pero la República Islámica insiste en que no suspenderá su programa de enriquecimiento de uranio. Irán, a través de su representante en el Consejo de Seguridad, ha subrayado que el mismo hecho de que el Consejo aborde el tema “carece de cualquier base legal o utilidad práctica porque el pacífico programa de la República Islámica no supone ninguna amenaza a la paz y la seguridad internacional.”

A nivel de la opinión pública, las encuestas muestran que la mayoría de los iraníes están a favor del programa nuclear de su país, incluyendo el desarrollo del ciclo completo nuclear y también creen, al igual que el Líder Supremo de Irán Ayatollah Ali Jamenei, que las armas nucleares son contrarias a las enseñanzas del Islam y, de este modo, Irán no puede adquirirlas.

La República Islámica ha conseguido más logros que han sorprendido a sus enemigos.

Más recientemente, el 9 de febrero de 2010 y según fuentes gubernamentales, Irán anunció que produciría uranio enriquecido hasta el 20% con el fin de atender a las necesidades de un reactor de investigación utilizado para producir isótopos médicos mediante el procesamiento ulterior de sus stocks de uranio enriquecido al 3,5%.

Dos días más tarde, durante las celebraciones en Teherán por el 31 aniversario de la Revolución Islámica iraní de 1979, el presidente iraní dijo: ¿Por qué piensan (los estados occidentales) que el 20% es algo tan enorme? Justo ahora en Natanz tenemos la capacidad de enriquecer uranio más allá del 20% y del 80%, pero debido a que no necesitamos hacer esto, no lo haremos. Si quisiéramos fabricar una bomba, lo anunciaríamos,” añadió.

Hoy en día EEUU está buscando nuevas y más duras sanciones contra Irán. Además, junto con Israel, está amenazando a Irán con un ataque militar.

La nueva política del presidente estadounidense, Barack Obama, reduce nominalmente los supuestos en los que EEUU podría utilizar armas nucleares. Dicha política estipula que Washington utilizaría sólo armas nucleares en “circunstancias extremas” y que no atacaría a los estados no nucleares que cumplan con sus obligaciones del Tratado de No Proliferación, pero Obama advirtió que podrían ser hechas excepciones con Irán y Corea del Norte.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, advirtió por su parte a Obama de una “dura respuesta de las naciones del mundo” y condenó la nueva política nuclear de EEUU, que amenaza abiertamente a Irán. “Ten cuidado. Si sigues el camino de (George W.) Bush, la dura respuesta de las naciones será la misma que ellas dieron a Bush,” dijo el presidente iraní.

Teherán ha expresado su disposición a defender su programa nuclear a cualquier precio y advirtió a EEUU que “ninguno de sus soldados en la región volverán a casa vivos si Irán es atacado.”

No hay comentarios: