miércoles, 3 de febrero de 2010
El terrorista de la CIA dice que la agencia le enseño a mentir
Mentí porque la CIA me enseñó, dijo Posada Carriles al Tribunal de El Paso.
En una moción presentada el jueves ante el tribunal federal de El Paso, donde lo procesan por perjurio y no por asesinato, Luis Posada Carriles ofrece la curiosa defensa de que debido a sus largos años de trabajo con la CIA estaba "confundido, equivocado y sufría de falta de memoria", cuando fue interrogado por los oficiales de Inmigración poco después de haber ingresado ilegalmente a los Estados Unidos en marzo de 2005.
Posada alega que durante su trayectoria de empleo con la CIA, usó varias falsas identidades y pasaportes para facilitar su trabajo clandestino contra Cuba, Venezuela y otros países en América Latina. Tantas mentiras lo confunden ahora, argumenta su equipo legal en el documento de 14 páginas presentado a la jueza Kathleen Cardone.
La fiscalía quiere excluir del juicio toda la evidencia de la relación de Posada Carriles, argumentando que no es relevante y que es confidencial. Washington sabe que Posada tiene mucho que contar y está tratando de limitar el testimonio y la evidencia lo más posible para que no salgan a relucir los crímenes cometidos por Posada Carriles a través de décadas de trabajo para la CIA.
Existen, por ejemplo, cables desclasificados de la CIA y confesiones de los autores materiales del delito que establecen que Posada es el autor intelectual de la voladura de un avión civil de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, donde murieron 73 personas.
Venezuela presentó una solicitud para su extradición en junio de 2005, y esta sigue pendiente sin que la Casa Blanca la atienda. Posada le confesó a The New York Times en 1998, haber orquestado una campaña terrorista contra los hoteles y restaurantes en La Habana que causó la muerte a sangre fría de Fabio Di Celmo, en el Hotel Copacabana, más varios heridos.
En documentos anteriores, Posada alegó que todo lo que hizo en América Latina lo hizo "a nombre de Washington". Quiere que el jurado que escuchará la evidencia el 1ro. de marzo, y que tiene la tarea de decidir si es culpable de perjurio, conozca su estrecha relación con la agencia de inteligencia de los Estados Unidos. También sabe que mientras más amenaza con contar de su relación con la CIA, más tiemblan los que esconden los esqueletos en Washington.
Para lograr convencer a la jueza Cardone de que su relación con la CIA es relevante al proceso en el cual lo acusan de ser mentiroso, la defensa de Posada Carriles es que la CIA lo enseñó a mentir.
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