sábado, 9 de enero de 2010

Comentario de Cuarenta hadices -L


Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní


Traducción de Raúl González Bórnez

Noveno hadíz
Hipocresía (nifáq)


Con una cadena de transmisión que llega al Ziqat ul-Islam Muhammad ibn Yaqub al-Kulayní, de Muhammad bin Yahia, de Ahmad bin Muhammad bin Isa, de Muhammad bin Sinán, de Awn al-Qalánisí, de Ibn Abi Yafúrin, de Abu Abdel lah, la paz sea con él, que dijo:
Quien tenga para los musulmanes dos caras y dos lenguas, llegara al Día del Juicio y tendrá dos lenguas de fuego.

Lo que significa tener dos caras para los musulmanes es que la persona se comporta ante ellos mostrando un estado y una cara que no se corresponde con lo que siente en su corazón. Por ejemplo, una persona puede mostrarse como si fuera un amigo vuestro y sintiese hacia vosotros una gran simpatía y aparentar una gran sinceridad, pero interiormente sintiese todo lo contrario y se comportase ante vosotros de una manera y de espaldas a vosotros de otra muy diferente.
Y el significado de dos lenguas es que alaba a cualquiera que se encuentre y manifiesta una actitud amistosa y aduladora, pero en su ausencia habla mal de él y le difama.
Conforme a esta explicación, su primer atributo es la hipocresía en los actos y su segundo atributo es la hipocresía en las palabras.
Y puede ser que este noble hadíz esté indicando los feos defectos de la hipocresía y, como estos dos atributos son los atributos más evidentes y las características más prominentes de los hipócritas, haya hecho una mención especifica de ellos.
La hipocresía es uno de los defectos del alma y uno de los malos hábitos y esos dos son sus manifestaciones y tiene grados y niveles y, si Dios quiere, nos ocuparemos, en las siguientes secciones, de enumerar esos grados, sus nefastas consecuencias y la manea de curarlos.


Los diferentes niveles de la hipocresía

Debes saber que la hipocresía, lo mismo que las demás cualidades y defectos, tiene diferentes niveles y grados de intensidad. Todos los defectos morales, si la persona no se preocupa de ponerles remedio y persevera en ellos, tienden a incrementarse y los grados de intensidad de los vicios, lo mismo que sucede con las virtudes, no tienen límites.
Si la persona deja que su ego actúe a su antojo, debido a la tendencia innata que este tiene hacia lo corrupto y hacia los placeres mundanos, la ayuda de Satanás y los susurros del tentador, se inclinará hacia la degradación y sus vicios se harán más fuertes y se incrementan cada día, hasta llegar a un punto en que terminarán formando parte indisoluble de su alma y convirtiéndose en una característica definitiva de ella y todo el territorio exterior e interior de la persona sucumbirá a su gobierno. Por ello, si sus vicios son vicios satánicos, como lo son la hipocresía y la doblez de carácter, atributos particulares de este maldito, tal como nos lo ha indicado el noble Corán cuando dice:
Y les juró a ambos: En verdad, soy para vosotros dos un buen consejero.
entonces, su territorio se rendirá ante Satanás y su forma en la otra vida y su esencia interior adoptarán la forma de Satanás, aunque en este mundo su forma sea la de un ser humano.
Por tanto, si la persona no se protege de este vicio y no controla su ego, en poco tiempo perderá el control de tal manera que todas su acciones y su atención sucumbirán ante él y actuará ante cualquiera con quien se tropiece con doble cara y con doble lengua y no se relacionará con nadie sin que le contamine con la tenebrosidad de su doblez y su hipocresía. No tendrá en cuenta más que su propio beneficio personal, su egoísmo y su egolatría, pisoteará todo lo que tenga que ver con la sinceridad, el afecto, la valentía y la hombría de bien, todo lo que haga o deje de hacer estará teñido de doblez y no se abstendrá de ninguna perversión ni indecencia. Tal persona no tiene categoría humana, se habrá alejado mucho de la condición de los seres humanos y será levantado de la tumba entre las huestes de Satanás.

Lo que hemos dicho hasta ahora tiene que ver con los grados de intensidad de la hipocresía en sí misma, pero sus grados de corrupción varían también según sea el asunto sobre el que se manifieste, ya que, algunas veces, la hipocresía tiene que ver con la religión divina, otras veces con los buenos atributos y las virtudes morales, otras con las buenas obras y en los ritos religiosos y otras con los asuntos corrientes de la vida cotidiana. De la misma manera, a veces la persona es hipócrita con el Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios sean con él y con su familia, a veces con los Imames de la guía, la paz sea con ellos, a veces con los personas santas, los sabios y los creyentes y otras veces con los musulmanes y con el resto de los siervos de Dios de otras creencias.
Desde luego, dependiendo del tipo de cosas sobre las que se sea hipócrita, los grados de perversión, maldad y fealdad son diferentes, aunque todos ellos participen básicamente de la misma fealdad y suciedad moral y sean ramas del mismo árbol corrupto.


1 comentario:

Maryam dijo...

Magnifica pagina, muy variada e interesante te felicito por tu trabajoy te agradezco el esfuerzo.
Una fiel lectora.