sábado, 13 de junio de 2009
Zahra Rahnavard, la mujer que ha cambiado la manera de hacer política en Irán
AFP
CATALINA GÓMEZ ÁNGEL desde Teherán
30 de mayo.-
Un cartel poco habitual tiene inundado las calles de Teherán, y de las grandes ciudades de Irán, por estos días preelectorales. En éste aparece en primer plano el ex Primer Ministro y candidato Mir Husein Musavi de la mano de su mujer, que tiene abierto su chador hasta su cintura dejando ver una camisa de color rosa y una pañoleta oscura con flores de colores con la que refuerza que su cabeza esté bien cubierta.
Una manera de actuar nada habitual en la República Islámica donde las mujeres de los políticos van tapadas totalmente de negro y suelen mantenerse al margen de las actividades públicas de sus esposos.
Pero Musavi, en una actitud considerada por algunos analistas de político moderno, decidió romper con todos los cánones que imperaban en Irán después de la Revolución y hacer campaña para las elecciones del 12 de junio junto a su mujer Zahra Rahnavard, de 64 años. Pero Nadie mejor que ella, en su opinión y la de su equipo, para ayudarle a atraer los votos de las mujeres, que fueron las que más votos le dieron al ex presidente Mohammad Jatami cuando salió presidente por primera vez en 1997. La jugada, por ahora, le ha salido perfecta.
Musavi sube cada vez más en las encuestas –algunas dicen que ya supera al Presidente Ahmadineyad- y Zahra se ha convertido en la gran protagonista de estas elecciones.
Sus apariciones en la plaza pública le ha dado aire fresco a unos comicios donde los cuatro candidatos representan a la vieja guardia que lleva gobernando este país desde que venció la Revolución. "...Las mujeres tienen que sentirse libres y seguras. Tienen que permitírseles escoger libremente su carrera, trabajo, modo de vida y manera de vestir", dijo Zahra esta semana en una reunión ante decenas de mujeres que apoyaban a Musavi. Se dice que ya desde la época de la Revolución, cuando trataba de impulsar los valores islámicos, era una buena oradora.
Y es que Zahra Rahnavard no una mujer corriente. Desde hace varias décadas es una de las intelectuales, artistas y activistas femeninas más importantes de Irán, dentro del país tiene un reconocimiento similar al de la Nóbel de paz Shirin Abadi.
"Lo que los extranjeros no entienden es que para muchos iraníes Zahra Rahnavard es más conocida que su esposo, que dejó de hacer política hace 20 años", explicaba un veterano periodista gráfico al verla hablar en un mitin organizado para apoyar la candidatura de Musavi en Teherán ante más de 15.000 personas, la mayoría jóvenes, y donde fue recibida con calurosísimos aplausos.
"Musavi hizo muy bien al incluirla a ella en la campaña, nos da mucho apoyo", dijo Fátima de 21 años que se encontraba entre los asistentes. La trataban como una estrella mientras ella actuaba como si estuviera acostumbrada a ello. Levantaba la mano, saludaba sin el mayor gesto de excitación.
Pero esta actitud no es extraña para quienes la conocen desde sus épocas de universitaria. "Siempre ha sido una mujer con muchas facetas", dijo a EL MUNDO uno de sus compañeros de la facultad de Artes de la Universidad de Teherán –que prefiere no dar su nombre-, donde estudio escultura bajo la tutoría del gran artista iraní Parniz Tanavoli, de lo que ella se siente orgullosa.
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