miércoles, 4 de noviembre de 2009

“Durmiendo con el enemigo”


4 de noviembre de 2009
Manuel Justo Gaggero
(especial para ARGENPRESS.info)

En la reunión cumbre del Mercosur, realizada el año pasado, se concretó la firma de un Tratado con Israel, propuesto por la Cancillería Argentina y acordado por la totalidad de los países miembros. El argumento para una decisión que, sin lugar a dudas, colisiona con los objetivos que se trazaran las naciones de esta subregión al crear el Mercosur, es que servirá para generar “buenos negocios”, potenciar las exportaciones a ese país, expandiendo, asimismo, las importaciones, en particular de agroquímicos israelíes.

Para nada se ha tenido en cuenta el rol que juega y ha jugado en el mundo Israel desde su nacimiento en 1948 como pieza fundamental en la política expansionista de los Estados Unidos. Así que estrecha relación comienza en 1956 cuando tropas israelíes, aliadas a Francia y Gran Bretaña invadieron Egipto en represalia por la nacionalización del Canal de Suez decida por el gobierno de esta nación Árabe que encabezaba Gamal Abdel Nasser. La permanente vulneración que ha realizado a las Resoluciones de las Naciones Unidas que planteaban la retirada de las tropas israelíes de los territorios ocupados en las llamadas alturas de Golan. La colonización de Cisjordania y Gaza y el genocidio desatado contra la población palestina; uno de los más importantes en la segunda mitad del siglo XX.
Todavía permanecen en nuestra memoria la matanza en la Aldea Deir y Tasin en abril de 1948, en la que fueron asesinados todos sus habitantes, incluidos niños y mujeres. Sabra Y Shatila —dos campamentos de palestino ubicados en el Líbano constituyeron otras de las “hazañas militares” del ejército israelí conducido en esa oportunidad por Ariel Sharon. Centenares de palestinos desarmados fueron victimados por falangistas libaneses y soldados israelíes.
El Israel, con el que el Mercosur ha firmado un tratado, es el mismo que se ha negado, sistemáticamente, a adherir al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y que posee un arsenal de misiles con cabeza nuclear que hoy se preparan para, junto con Estados Unidos, agredir a Irán; siguiendo la línea trazada por la guerra de exterminio que se desarrolla en Irak.
Ese Estado, no ha suscripto la Convención Internacional contra la Tortura y otros tratos crueles y aberrantes, ya que la Corte Suprema de ese país ha autorizado el uso de la tortura y el servicio de inteligencia del estado —MOSSAD— junto con la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos —la siniestra CIA— realizan operaciones encubiertas en distintos países de Europa, Asia y el Medio Oriente, secuestrando ciudadanos, supuestamente vinculados a organizaciones revolucionarias, que son trasladados a centros de torturas que funcionan en Marruecos, Polonia y Bulgaria, entre otros países.
Israel, con el que se ha suscripto el convenio que mencionamos, es el único país que en las Naciones Unidas respalda el Bloqueo a Cuba que realiza Estados Unidos desde hace casi 50 años.
Fueron expertos israelíes los que adiestraban, en el uso de la tortura, a los contrarrevolucionarios que hostigaban al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua.
Ninguno de estos elementos se tuvieron en cuenta al suscribir el Tratado que consideramos absolutamente contrario a los objetivos del Mercosur; al respecto a los derechos humanos que debe primar en todos sus miembros, al reconocimiento de las diferencias y de la diversidad y a la tolerancia en el marco de una integración que no es sólo económica, sino que debe ser política y cultural.
Esta unidad latinoamericana, que soñaron San Martín, Bolívar, Artigas, Sucre, O’Higgins y Solano López, se ve ahora mancillada por una decisión que no se tomó en consulta con los pueblos que componen el Mercosur; sino que la adoptaron los Presidentes, prescindiendo de la opinión de aquéllos.
Este convenio nos confronta con Irán, que espera, en cualquier momento, una agresión del tandem Estados Unidos – Israel; ya anunciada por la prensa estadounidense. Desconoce los recientes acuerdos de cooperación suscripto por este país con Nicaragua, Venezuela, Cuba y Bolivia y nos coloca del lado de una nación que ha erigido una gran muralla, que la separa de la región en la que habitan los palestinos, que persiste en su política de colonización de los asentamientos en el territorio palestino. El número de colonos en los territorios ocupados pasó de 7.000 en 1977 a más de 200.000 en el 2.006, además de otros 200.000 en Jerusalén. Sus 2000 colonias controlan el 41,9 % del territorio de Cisjordania.
Como corolario de esta breve descripción de lo que es el Estado de Israel, debemos señalar que por esta vía, la del acuerdo comercial con arancel cero se filtrarán en nuestra región las industrias norteamericanas concretando, en los hechos, el Tratado de Libre Comercio que impulsa la Casa Blanca.
No cabe duda de que hemos empezado a dormir con el enemigo y de que en política internacional, como también en el plano interno, debemos ser claros de que lado estamos. Hay un gran abismo entre los pueblos que luchan por la libertad y la independencia y los que como Estados Unidos e Israel, llevan adelante guerras de agresión y desconocen los derechos más elementales de aquéllos. En este dilema no es posible el doble discurso.
Manuel Justo Gaggero es abogado. Director de “Diciembre 20”
Ilustración: Carlos Latuff

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