sábado, 5 de diciembre de 2009

Miles de Palestinos Fueron Privados de su Residencia en Jerusalén en 2008


Al-Manar
02/12/2009

El pasado año, el número de residentes palestinos que fueron privados de sus permisos de residencia en el Jerusalén Este ocupado por el Ministerio del Interior israelí alcanzó un récord. En total, el Ministerio israelí revocó la residencia a 4.577 palestinos residentes en Jerusalén en 2008, 21 veces la media de los 40 años anteriores.

En los primeros 40 años de gobierno israelí en el Jerusalén Este combinados -desde 1967 a 2007- el Ministerio israelí privó a “sólo” 8.558 palestinos de sus derechos de residencia - menos del doble del número de residentes que perdieron sus permisos sólo el pasado año. De este modo, de todos los palestinos que perdieron sus derechos de residencia desde 1967, un 35% lo hizo en 2008.

Según el Ministerio israelí, el fuerte incremento del pasado año de derivó de su decisión de investigar el estatus legal de miles de residentes en Jerusalén Este en marzo y abril de 2008. La investigación fue una decisión del anterior ministro del Interior, Meir Sheetrit (Kadima), y de Yaakov Ganot, que encabezaba la Administración de Población del Ministerio.

Aquellos privados de su residencia incluyeron a 99 menores de 18 años.

El abogado Yotan Ben Hillel, del Centro Hamoked para la Defensa del Individuo, dijo que 250.000 residentes palestinos en el Jerusalén Este ocupado tienen el mismo estatus legal que los inmigrantes que llegaron legalmente a la entidad sionista, pero que no tienen el derecho a la ciudadanía en base a la Ley del Retorno. “Ellos son tratados como si fueran inmigrantes en Israel, pese al hecho de que fue Israel el que vino a ellos en 1967,” dijo.

Un residente, a diferencia de un ciudadano, puede ser privado fácilmente de su estatus. Todo lo que tiene que hacer es salir del país durante siete años u obtener la residencia permanente o algún tipo de estatus legal en otro país y pierde automáticamente su permiso de residencia israelí.
Una vez que un palestino ha perdido su residencia, incluso el regresar al Jerusalén ocupado para una visita familiar se convierte en algo imposible, dijo Ben-Hillel. Además, señaló, algunos de aquellos cuya residencia Israel ha revocado pueden no tener un estatus legal en ningún otro país, lo que significa que se han convertido en apátridas. “La lista puede incluir a jóvenes que se fueron unos pocos años para estudiar en otro país y que ya no pueden regresar a sus hogares.”



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Europa occidental y Rusia se acercan


06-12-2009
Immanuel Wallerstein
La Jornada

El lento proceso de crear una alianza geopolítica duradera de Europa occidental con Rusia tiene una larga historia, que madura lentamente. Puede rastrearse a la visita del presidente Charles de Gaulle a la Unión Soviética en 1944, donde él firmó el Tratado Franco-Soviético de Alianza y Asistencia Mutua. Fue una forma de reafirmar la centralidad de Francia en la política europea y de tomar distancia de sus aliados (de algún modo renuentes): Estados Unidos y Gran Bretaña.

Para De Gaulle, los intereses geopolíticos se impusieron a las diferencias ideológicas.

El siguiente momento crucial fue el empeño del canciller social-demócrata de Alemania occidental Willy Brandt en pos de la llamada Ostpolitik, tras llegar al cargo en 1969. Esto implicó una nueva détente, una relajación diplomática, con la Unión Soviética (y también la apertura de comunicaciones con Alemania oriental).

El tercer momento crucial fue el gran debate a finales de las décadas de 1970 y 1980 por la construcción de un gasoducto de la Unión Soviética a Europa occidental, que fue apoyado por Alemania, Francia y aun la Gran Bretaña de la señora Thatcher.

El cuarto momento crucial fue la proclamación que hiciera en 1987 el primer ministro soviético Mijail Gorbachov, de la necesidad de construir un hogar europeo común.
El punto en común de los cuatro momentos fue que Estados Unidos consideró a todos dudosas propuestas, por lo menos, y en el peor de los casos como iniciativas que potencialmente socavaban sus intereses globales.

Tras el colapso de la Unión Soviética, la Rusia de Boris Yeltsin congeló todas estas ideas, y le dio prioridad a desarrollar relaciones cercanas con Estados Unidos. Todos los regímenes poscomunistas de Europa centro-oriental, descansaron al ver disminuir los signos de relaciones más cercanas entre Europa occidental y Rusia.

Sin embargo, cuando a Yeltsin lo sucedió Vladimir Putin, las políticas públicas rusas se revirtieron hacia la búsqueda de relaciones más estrechas con Europa occidental, y con Francia y Alemania en particular. Esto pareció madurar en febrero de 2003, cuando los tres países unieron esfuerzos para derrotar el intento de Estados Unidos y Gran Bretaña de hacer que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respaldara la invasión de Irak que estaba a punto de ocurrir. Esta vez, Estados Unidos, bastante abiertamente, definió esta colaboración como hostil a los intereses globales estadunidenses.

Desde entonces, y apenas registradas en el radar mundial, estas relaciones han continuado avanzando, pese a la continuada hostilidad estadunidense y al miedo y a la oposición general de los gobiernos en turno en los estados de Europa centro-oriental, alguna vez satélites.

Putin continúa utilizando el mecanismo de una de sus mayores cartas guardadas, las exportaciones rusas de gas natural, como una forma de consolidar estos vínculos. Desde la década de 1990 el debate ha sido la ruta que asumirán los nuevos ductos masivos de Rusia y Asia central a Europa occidental.

Los rusos han favorecido lo que se conocen como Nord Stream y South Stream [gasoductos del norte y del sur]. El gasoducto conocido como Nord Stream iría de Rusia a través del Mar Báltico a Alemania dándole la vuelta a Ucrania, Bielorrusia, Polonia y los estados bálticos.

El South Stream iría de Rusia vía el Mar Negro a Bulgaria, y de ahí tendría dos ramales, una vía noroeste a través de Serbia, Hungría y Eslovenia hacia Austria y otra vía al suroeste cruzando Grecia y el Adriático hacia Italia.

Estados Unidos impulsa un tercer proyecto de gasoducto llamado Nabucco, que intenta rodear Rusia obteniendo gas de Turkmenistán. Cruzaría el Mar Caspio a Azerbaiján, seguiría por Georgia, Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría a Austria para ir de ahí a Alemania y a la República Checa. Pero debido a que las existencias de Turkmenistán son limitadas, el gas tendría que venir, a fin de cuentas, de Rusia, lo que disminuye su utilidad geopolítica.

En cualquier caso, en lo que Le Monde llama golpe maestro, Putin llegó a París a finales de noviembre para sellar un trato con los franceses para trabajar junto en lograr los gasoductos Nord Stream y South Stream. Una figura francesa clave, el director ejecutivo de GDF Suez, Gérard Mestrallet, dijo que Rusia es un socio indispensable para el futuro y para Europa.

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, hizo un llamado a un espacio de seguridad común entre Europa y Rusia. Éste es el mismo Sarkozy que es alabado en Washington como el más pro estadunidense de los presidentes franceses desde 1945. De nuevo, los intereses geopolíticos avasallan a las diferencias ideológicas.

Los estados de Europa centro-oriental terminarán alineados, descontentos y temerosos. Pero la realidad geopolítica es que Estados Unidos puede hacer muy poco por disminuir el paso de la gran alianza que se avecina.
Traducción: Ramón Vera Herrera
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2009/12/05/index.php?section=mundo&article=022a1mun

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Ministro Turco: los Musulmanes Deben Retirar su Dinero de los Bancos Suizos


Al-Manar
02/12/2009

Un ministro turco ha señalado que espera que los musulmanes retiren su dinero de los bancos suizos en respuesta al resultado de un referéndum el domingo que prohibió la construcción de minaretes en el país, en unas declaraciones que fueron dadas a conocer el miércoles.

“Estoy seguro que esto (la votación) llevará a nuestros hermanos de los países musulmanes que mantienen su dinero e inversiones en los bancos suizos a revisar su decisión,” dijo el ministro de Estado Egemen Bagis, que es también el principal negociador en las conversaciones sobre la accesión a la Unión Europea, en declaraciones recogidas por el diario Hurriyet.

“Las puertas del sector bancario turco están siempre abiertas para ellos,” añadió.

Por su parte, Daniel Cohn-Bendit, co-presidente de los Verdes en el Parlamento Europeo, ha pedido también a los musulmanes ricos que vacíen sus cuentas de banco en Suiza como represalia por el referéndum del domingo.

Los líderes turcos han condenado el referéndum y pidieron a Suiza que “dé marcha atrás de este error tan pronto como sea posible.”

El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, denunció la votación del domingo como una muestra de islamofobia y de “las olas racistas y nacionalistas extremas que surgen en Europa.” “Es nuestro deber apuntar a la necesidad de que Suiza dé marcha atrás tan pronto como sea posible,” dijo en un discurso en el Parlamento.

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Minaretes


06-12-2009
Samuel
Quilombo

El 57,5 % del 53 % de suizos con derecho a voto, es decir, un destacado tercio del censo, votó hace unos días a favor de la prohibición de la construcción de minaretes en Suiza, una iniciativa del ultraderechista Partido del Pueblo Suizo que ha sido acogida con simpatía por mucha gente en el resto de Europa, a juzgar por los comentarios y encuestas en los periódicos.

Lo más significativo de esta propuesta explícitamente racista son los argumentos supuestamente "liberales" o "progresistas" con la que ha pretendido legitimarse. Se trata de una decisión adoptada democráticamente. No se ha prohibido que haya mezquitas, tampoco la práctica de la religión musulmana. Y los suizos tienen todo el derecho del mundo a defender su identidad. Pero la democracia no se limita al rito del voto, la campaña se ha basado no en una crítica urbanística sino en el rechazo abierto de un sector de la población, y la identidad de la que hablan no se está defendiendo sino construyendo con este debate, a expensas de una determinada representación del Islam.

Algunas voces aparentemente críticas no hacen otra cosa que reforzar los estereotipos. El artículo "El islam en Europa", publicado por El País, recoge algunas perlas de colaboradores habituales del periódico. Antonio Elorza afirma que "atacar al Islam sin hacer distinciones destruye la noción de humanidad, pero el otro extremo, la angelización generalizada, tampoco es la aproximación adecuada." Para Elorza, si hay que buscar culpables de la sinrazón hay que hacerlo entre los propios musulmanes, y concretamente "los yihadistas". Fernando Reinares insiste en la misma idea: "esta inquietud [sobre la identidad colectiva] genera en muchas ocasiones hostilidad al extranjero y en este caso islamofobia, lo que debe hacernos reflexionar sobre si está funcionando o no la integración social de los musulmanes". Son los musulmanes los que deben probar que son buenos "suizos", buenos "franceses", buenos "españoles", lo que significa renunciar a la expresión pública de su cultura, como se probó con los moriscos que acabó expulsando Felipe III hace cuatro siglos y cuyo reconocimiento molesta al citado Elorza, no por casualidad.

Quienes invierten la carga de la prueba y responsabilizan a los propios discriminados de los ataques que reciben se niegan a encontrar relación alguna entre el ascenso de la islamofobia y las guerras imperiales en Mesopotamia y Asia, la persistencia de taras coloniales en una política migratoria que levanta muros internos entre los ciudadanos, o la crisis de gobernabilidad que lleva a los Estados a insistir en la identidad nacional como horizonte exclusivo de la política. Identidad, palabra equívoca de la que hay que recelar cuando la enarbola un ministerio.

Fuente:http://www.javierortiz.net/voz/samuel

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Entrevista a Peter Phillips, uno de los autores del Proyecto Censurado


"Los medios de comunicación corporativos ahora están en la industria del entretenimiento"

05-12-2009
Albertina Navas
Rebelión

Peter Phillips es uno de los líderes del Proyecto Censurado de la Universidad de Sonoma (EE.UU.), que cada año elabora una lista de las 25 noticias más censuradas por los medios de comunicación corporativos estadounidenses. El ranking 2010 incluye dos historias del Ecuador. Este experto en investigación de medios compartió sus reflexiones en Quito.
De todo hay en la viña de los medios de comunicación: noticias de primera plana, otras intrascendentes, las que cambian la historia y muchas que mueren tan pronto se publican. Pero quizás las más delicadas son las noticias que nunca llegan a ser noticia. En éstas se enfoca el Proyecto Censurado, que lidera Peter Phillips.




Éste es un programa de investigación de medios que realiza la Universidad de Sonoma (EE.UU.), en cooperación con 9 universidades. Cerca de 250 estudiantes de distintas carreras se encargan de buscar noticias en 800 fuentes de información independiente con el fin de ver cuáles de ellas no han tenido eco en los grandes medios estadounidenses. Luego son revisadas por expertos para constatar su pertinencia y precisión.

Se evalúan entre 700 y 1.000 noticias anualmente y un Comité del Proyecto Censurado elige las 25 historias más relevantes, sin un orden específico y en función de su cobertura, contenido, fiabilidad de fuentes e impacto para una comunidad.

El ranking de las 25 noticias más censuradas 2010 escogió dos informaciones de Ecuador: la declaración de ilegitimidad de la deuda externa y los derechos de la naturaleza consagrados en la Constitución.

Peter Phillips estuvo en Quito en octubre de este año, en el marco del Seminario Internacional "Ética, periodismo y democracia" organizado por CIESPAL y el Ministerio de Coordinación de la Política. Aquí sus reflexiones.

Sr. Phillips, usted dice que los medios corporativos no censuran, sino que son los dueños quienes filtran las noticias. ¿Cómo funciona este mecanismo?

Es un proceso de consentimiento de fabricación, que es propaganda, según lo explicaron Noam Chomsky y Edward Herman hace 21 años. Es la teoría de cómo los medios de comunicación priorizan su rentabilidad y las fuentes oficiales a favor del capitalismo estadounidense. Éstos son los filtros de qué historias están bien y cuáles no.

La palabra censura viene del latín y hace referencia a los tiempos en que el gobierno censuraba y controlaba las noticias. Lo curioso es que la autoridad ni siquiera tenía que hacerlo, pues los periódicos lo hacían ellos mismos.

Esta censura no es tan manifiesta, pero en los últimos 20 años los medios de comunicación se han consolidado como tentadoras empresas y cada vez apoyan más la agenda de expansión global del capitalismo estadounidense e interactúan con grandes multinacionales. En EE.UU., 1 de cada 5 miembros de los directorios de medios corporativos es parte de esas multinacionales, que son de las 1.000 mayores del país.

Es un complejo militar e industrial el de los medios de comunicación, que tiene una agenda subyacente de defensa de la libertad, pero no la de los estadounidenses, sino de la libertad de hacer negocios, del poder de las empresas estadounidenses en todo el mundo y del imperio estadounidense, establecido a partir de la Segunda Guerra Mundial.

Pero no es usual ver a los dueños de los medios de comunicación en las redacciones diciendo: “Escribe esto” o “no escribas eso”. La presión es más sofisticada. Entonces, ¿cómo imponen sus intereses?

Contratando gerentes o editores que tengan su misma ideología para que seleccionen las noticias con los parámetros que a ellos les interesa.

Por ejemplo, hubo el caso de un periodista de The New York Times, que cubrió la Guerra del Golfo; ellos nunca le dijeron que escribiera esto o lo otro, sino que le decían que querían ver las noticias desde un punto de vista patriótico y valorar el poderío estadounidense, “buena prensa”.

Usted es muy crítico con los medios de comunicación como corporaciones. ¿Acaso considera inmoral que los medios quieran ganar dinero?

La rentabilidad puede interferir en alguna medida. Por ejemplo, hay medios sin fines de lucro, como The Guardian, que gana dinero, pero no emite acciones. Los medios corporativos en EE.UU. tienen hasta un 30% de rentabilidad, pero despiden a los periodistas, recortan al personal y tienen acuerdos de marketing en distintas ciudades.

El modelo de negocios de ganar dinero a partir de la publicidad se está derrumbando. La publicidad ha caído casi un 50% en EE.UU. y los periódicos cierran. La gente joven ya no lee periódicos.

Otro modelo puede ser sin fines de lucro, el de los subsidios de fundaciones o una parte de los impuestos, sin compromiso. Es una buena forma de apoyar la democracia.

Si un periodista recibe la orden de publicar o de no publicar una determinada noticia, ¿qué le sugiera usted que debería hacer?

Si hubiera objeción de conciencia, sería maravilloso para que pueda evitar esta interferencia al flujo de la información. Una opción sería publicar la historia en otro medio o tratar de darla a conocer de alguna otra manera.

Depende si está expuesto a perder su trabajo o no. A veces, hay que tomar decisiones difíciles para que la historia salga a la luz.

¿Se puede juzgar a aquellos periodistas que han seguido instrucciones por preservar un trabajo que es el sustento de su familia?

Son decisiones difíciles. Siempre hay que pensar en las circunstancias de las personas, y pensar también en que cuando las empresas hacen recortes de presupuesto pueden ser irracionales y dejan sin trabajo a una persona que tiene seis hijos, porque eso es mejor para la organización. No creo que haya que juzgar a los periodistas con tanta dureza, sólo sugiero a los periodistas que hagan lo que creen que deben hacer.

Se ha cuestionado la posibilidad real de que los periodistas sean independientes, pues todas las personas tienen una historia de vida, unos intereses, una ideología… ¿cree usted que la independencia del periodista es posible?

No, todos estamos sesgados. Qué investigar, a quién preguntar, qué preguntar… todo implica ideas preconcebidas sobre lo que el periodista quiere escribir. Y está bien. Lo malo es esa idea de objetividad que se quiere introducir en las escuelas de Periodismo, desde hace 100 años. Lo que digo es: presentar los hechos, hacer alguna interpretación y contar algunas historias. Lo que no creo es que haga falta entrevistar a un comunista para dar balance a una nota sobre capitalismo. Hay que apoyar a la democracia.

Si ningún periodista es independiente, ¿a qué se refiere cuando habla de medios independientes?

Los medios independientes son los no corporativos. Los que no informan sólo por dinero, sino por el amor de contar una historia y de contar la verdad. Todos necesitamos un trabajo y tener un ingreso para pagar las deudas.

Hay gente que tiene un trabajo en el día y escribe para otros medios en sus tiempos libres. Cada vez habrá más de esto. El problema es que los medios corporativos tienen una visión muy estrecha. El primero es hacer dinero, las fuentes oficiales, el espacio para sus principales anunciantes y su ideología. Por eso, es clave preguntarse quiénes están en el Directorio de los medios.

Usted también es muy crítico de los departamentos de relaciones públicas y de la presión que estos ejercen sobre las salas de redacción. ¿Cómo ha alterado su presencia las dinámicas de las redacciones?

Los departamentos de relaciones públicas reducen las redacciones porque antes los periodistas se planteaban a dónde ir para conseguir la noticia, pero ahora llaman a la unidad de Relaciones Públicas del Departamento de Estado.

Cada vez se gasta más dinero en esto. Después de 11-S, esa unidad gastaba 60 millones de dólares, ahora se destinan a este rubro 1.500 millones. No hay que olvidar que los departamentos de relaciones públicas no se preocupan de mentir o no, sino de mantener su participación de mercado, sólo buscan historias que levanten emociones.

Uno de sus estudios hace referencia al trabajo de agencias internacionales de prensa, en especial de AP, a quienes usted atribuye una condición Disneylandia. ¿Qué significa esto exactamente?

Es un estado en el que no sabes qué es verdad y qué no. Es una hiperrealidad. Disneylandia es sólo un ejemplo para ilustrar la situación en la que sabes que estás ahí, pero lo que ves no es real. Al ver a los medios de comunicación corporativos pasa lo mismo, no se sabe qué es real y qué no.

¿Los periodistas están al tanto de esto?

No. Los medios de comunicación se han convertido en una industria de entretenimiento. Tratan de presentar historias emotivas e intencionalmente lo hacen. Sólo buscan una conexión emocional, que genere adicción. Ver las noticias es una adicción. Es un delirio de inconsciencia, de excitación, de no saber nada…

Los periodistas se desenvuelven muchas veces en condiciones laborales muy adversas. ¿Cree usted que es decisión deliberada, en ciertos casos, con el fin de reproducir y mantener esta lógica de poder?

Claro, y el capitalismo lo hace automáticamente. Los directivos de los medios tratan a los periodistas diciendo: ‘Si tú no lo haces, hay muchos más que lo pueden hacer por ti’. Esto hace competir a los periodistas.

¿Existe la posibilidad del trabajo periodístico independiente y de ganar dinero a la vez?

Es una gran pregunta. Mucha gente escribe excelentes historias en sus blogs o en otros medios independientes y no ganan dinero por eso. Un medio independiente no está pensado per se para hacer dinero. Por eso, el Gobierno debe reconocer la importancia de la información para la democracia y apoyar estas iniciativas.

Enlaces de interés:

Las noticias más censuradas en español: http://www.projectcensored.org/top-stories/category/mas-project-censored-en-espanol/

Fuente: http://www.ciespal.net/mediaciones/index.php/aldia/186-los-medios-de-comunicacion-corporativos-ahora-estan-en-la-industria-del-entretenimiento.html

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viernes, 4 de diciembre de 2009

El discurso bélico de Obama: Un fracaso estrepitoso


05-12-2009
Justin Raimondo
Antiwar.com
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Después de 92 días esperando el advenimiento de la Palabra desde lo alto, la nación recibió órdenes de nuestro comandante en jefe pero no fue sino la constatación de un fracaso de enormes proporciones.

Como su audiencia de West Point aparecía desdeñosa –aplaudiendo sólo en dos ocasiones y en las dos muy tibiamente-, el Presidente Obama trató de explicar que su escalada en la guerra de Afganistán y Pakistán es realmente un preludio de retirada. ¿Lo es?

“En primer lugar, es importante recordar las razones por las que EEUU y nuestros aliados nos vimos obligados a emprender una guerra en Afganistán. No pedimos esa guerra. El 11 de septiembre de 2001, diecinueve hombres secuestraron cuatro aviones y los utilizaron para matar a casi tres mil personas. Atacaron nuestros centros neurálgicos económicos y militares… Como bien sabemos, esos hombres pertenecían a al Qaida… La base de operaciones de al Qaida estaba en Afganistán, donde los talibanes les habían ofrecido refugio y, allí, un movimiento despiadado, represivo y radical se apoderó del control del país después de años de ocupación soviética y guerra civil, convirtiéndose en un lugar diferente tras la atención prestada por EEUU y nuestros amigos”.

Todos los que confiaban en algún cambio real en nuestra retórica, no ya en nuestra política exterior, con Obama en la Casa Blanca, están sin duda ahora profundamente decepcionados, porque George W. Bush podría haber pronunciado exactamente esas mismas palabras, y, en efecto, lo que hizo fue pronunciar una serie de variantes interminables sobre esa misma cuestión al justificar nuestras acciones tanto en Iraq como en Afganistán. Pero la verdad del asunto es que apenas hay cien combatientes de al Qaida en todo Afganistán; así pues, ¿qué estamos haciendo allí?

Y en caso de que ustedes se planteen cómo es posible que estemos emprendiendo una guerra sin autorización del Congreso, Obama les volcará el legado de su predecesor, que apoya sin reservas:
“Tan sólo unos días después del 11/S, el Congreso autorizó el uso de la fuerza contra al Qaida y quienes les acogieron, una autorización que está vigente hasta el día de hoy. La votación en el Senado fue de 98 a 0. La del Congreso de 420 a 1. Por primera vez en su historia, la Organización del Tratado del Atlántico Norte invocó el Artículo 5: el compromiso que dice que un ataque contra una nación-miembro es un ataque contra todos. Y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ordenó que se dieran todos los pasos necesarios para responder a los ataques del 11/S. EEUU, nuestros aliados y el mundo estaban actuando como un todo para destruir la red terrorista de al Qaida y proteger nuestra seguridad común”.

Somos buenos, somos legales, esta guerra es legítima, ¿lo es? No quedan fuerzas de al Qaida de importancia en Afganistán, por tanto, repito la pregunta, ¿qué estamos haciendo allí?
Obama no ha contestado en ningún sentido a esta pregunta y ahí está la debilidad subyacente de este su peor discurso.

También tuvimos un poquito de historia revisionista, del tipo que no aporta mejora alguna a la variedad dominante:
“Bajo el estandarte de esa unidad interna y legitimidad internacional –y sólo después de que los talibanes se negaran a entregar a Osama bin Laden-, fue cuando enviamos a nuestras tropas a Afganistán. En cuestión de meses, dispersamos a al Qaida y matamos a muchos de sus operativos. Los talibanes salieron del poder y les hicimos volver sobre sus talones. Un lugar que había conocido decenios de temor ahora tenía razones para la esperanza”.

Afganistán tenía “razones para la esperanza”, ¿en qué? ¿En una ocupación de ocho años? ¿En una guerra civil, en represión, ataques aéreos, “daños colaterales”? Porque eso es precisamente lo que han conseguido. Más historia revisionista a continuación:
“Entonces, a primeros de 2003, se tomó la decisión de emprender una segunda guerra en Iraq. El debate desatado sobre la guerra de Iraq es bien conocido y no es necesario repetirlo aquí. Es suficiente decir que durante los seis años siguientes, la guerra de Iraq se llevó la mayoría de nuestras tropas, nuestros recursos, nuestra diplomacia y nuestra atención nacional, y que la decisión de ir a Iraq creó importantes enfrentamientos entre EEUU y gran parte del mundo”.

Sí, lo malo de la guerra de Iraq no fue que innecesariamente asesinara a miles, muchos miles, de iraquíes, y a un número mucho menor de estadounidenses. Oh, no: lo verdaderamente malo fue que desvió atención y recursos de la batalla que Obama quería combatir: la de Afganistán y Pakistán.

Sin embargo, todo eso sucedió en los viejos malos días de gobierno republicano, antes de que se inventara la “esperanza”
“Hoy día, después de costes extraordinarios, estamos haciendo que la guerra de Iraq alcance un desenlace responsable. Trasladaremos a nuestras brigadas de combate a finales del próximo verano de Iraq y a todas nuestras tropas a finales de 2011… Hemos dado a los iraquíes una oportunidad para moldear su futuro y estamos dejando, con todo éxito, Iraq a su pueblo”.

¡Cuánta palabrería barata! Hemos obsequiado a los iraquíes con ocho años de espanto, incluidos cientos de miles de muertos, heridos sin cuento, una guerra sectaria civil que todavía sigue asolándoles y un gobierno mucho más tiránico que el que derrocamos. Si eso es un “éxito”, entonces imagínense lo que sería un fracaso.
Oh, pero todo no es arco iris y rosas, no, en absoluto:

“Mientras que con el sudor de nuestra frente alcanzábamos hitos importantes en Iraq, la situación en Afganistán se iba deteriorando.
En 2001 y 2002, después de escapar hacia Pakistán a través de la frontera, los dirigentes de al Qaida establecieron allí un puerto seguro. Aunque el pueblo afgano eligió un gobierno legítimo, ese gobierno ha encontrado dificultades a causa de la corrupción, el narcotráfico, una economía subdesarrollada e insuficientes fuerzas armadas. Durante los últimos años, los talibanes han mantenido una causa común con al Qaida, porque ambos buscan el derrocamiento del gobierno afgano. De forma gradual, los talibanes han ido haciéndose con el control de amplias franjas de Afganistán, mientras se implicaban cada vez más en brutales y devastadores actos de terrorismo contra el pueblo pakistaní”.

Toda esa historia de los dirigentes de al Qaida escapando hacia Pakistán a través de la frontera es clave, pero ¿hay pruebas de todo eso? Pues no se ha ofrecido ninguna. Pero, sobre la base de esa afirmación, se espera que aprobemos la invasión no de uno, sino de dos países: Afganistán y Pakistán. Me parece a mí que el Presidente y sus acólitos van a tener que ofrecer alguna prueba más.

Cuando Hillary Clinton se fue a Pakistán y dijo a los pakistaníes que estaban escondiendo a Osama bin Laden, porque es seguro que tiene que estar en alguna parte en su país, no fue sino una pura estupidez, un insulto a sus anfitriones y un grave paso en falso diplomático: al hacer la misma insulsa afirmación, Obama no está convenciendo más que Hillary.

¿Cómo sabemos que los dirigentes de al Qaida están en Pakistán, se supone que tenemos que aceptar la palabra de Obama? Lo siento mucho, pero la credibilidad del gobierno estadounidense en asuntos de esa clase es absolutamente nula por razones obvias para todos. La última vez que vivimos una situación similar y nos creímos las palabras de un presidente estadounidense, nos quedamos realmente jodidos, ¿piensan realmente los fans de Obama que vamos a hacer lo mismo de nuevo?

Esta historia de que los talibanes y al Qaida comparten la misma causa porque ambos quieren derrocar al gobierno de Afganistán es una estupidez, una pura y simple estupidez. La “causa” de al Qaida es la destrucción de EEUU y sus tácticas reflejan este objetivo: de eso se trataban los ataques del 11/S. Por otra parte, los talibanes sólo quieren sacar a EEUU de su país. No están enviando aeronaves contra los rascacielos estadounidenses, aún.

Realmente, el Presidente no se aclara mucho en su discurso, el texto refleja el deseo del típico político de ser venerado por todos.
Aquí va ahora Obama el halcón:
“En todo este período, nuestros niveles de tropas en Afganistán se limitaron a una fracción de lo que eran en Iraq. Cuando asumí el poder, sólo teníamos alrededor de 32.000 estadounidenses sirviendo en Afganistán, comparados con los 160.000 en Iraq en el punto álgido de la guerra. Los comandantes que estaban en Afganistán pedían repetidamente refuerzos para enfrentar el resurgimiento de los talibanes, pero esos refuerzos no llegaron. Esa es la razón por la que, poco después de asumir el poder, aprobé esa vieja petición de más tropas. Tras consultas con nuestros aliados, anuncié entonces una estrategia que reconocía la conexión esencial entre nuestros esfuerzos bélicos en Afganistán y los puertos seguros de los extremistas en Pakistán”.

Pobre pequeño Afganistán, solo y aterrado en un mundo que nunca creó, anhelante de más tropas, olvidado por la Casa Blanca de Bush y esperando la mano segura de Obama el Guerrero, quien se moverá de forma decisiva y veloz y llamará a la caballería para salvarle el pellejo. ¿Se ha construido alguna vez una narrativa partisana totalmente politizada más autocomplaciente sobre los escombros de una guerra desastrosa?

Sin embargo, además de la postura política de autogloria, hay algo más en ese discurso que chirría en los oídos y es la forma en que pasa de puntillas por los intempestivos hechos del pasado, como si creyera que no vamos a darnos cuenta.
Por ejemplo, cuando habla sobre el “Presidente” Hamid Karzai y el robo de las recientes elecciones presidenciales en Afganistán:

“En Afganistán, nosotros y nuestros aliados evitamos que los talibanes pudieran impedir una elección presidencial y -aunque se vio deslucida por el fraude- esa elección produjo un gobierno que es consecuente con la constitución y las leyes afganas”.

¿Deslucida por fraude? Invalidada es más exacto. Karzai robó alrededor de un millón de votos. Si esto es “consecuente con la constitución y las leyes afganas”, entonces uno tiene que preguntarse por qué enviar a nuestros hijos e hijas a morir por un gobierno fundado en el fraude.

Hablando de fraude, ésa es realmente la base de las razones de la continuada ocupación de Afganistán, porque, ya ven, incluso él admite que no hay mucha presencia de al Qaida:
“Al Qaida no ha aparecido en Afganistán con los mismos efectivos que antes del 11/S, pero conserva sus puertos seguros a lo largo de la frontera”. Así pues, ¿estamos en Afganistán para combatir a un enemigo que está en Pakistán? Buena suerte con los argumentos que Obama no supo ofrecer.

Al fracasar en la argumentación, también tropezó y cayó en más de unas cuantas contradicciones.
Por una parte, afirmó que “Afganistán no está perdido, pero durante varios años se ha ido retrocediendo. No hay amenaza inminente de que vaya a derrocarse al gobierno”, pero, por otra parte, nos dice: “En resumen: el statu quo no es sostenible”. Pero si no puede mantenerse el statu quo, entonces es inminente algo muy parecido a una derrota, ¿qué es ese algo?

“¿Qué es?”, es una pregunta que seguía surgiendo –en mi mente al menos- cuanto más escuchaba a ese político consumado cometer el mayor error de su carrera. La ambigüedad y la duda se cernieron sobre el podio modulando todas y cada una de sus palabras, especialmente estas palabras:
“Como comandante en jefe, he decidido que va en beneficio de nuestros vitales intereses nacionales enviar 30.000 soldados estadounidenses más a Afganistán. Después de dieciocho meses, nuestras tropas empezarán a volver a casa. Esos son los recursos que necesitamos para recuperar la iniciativa mientras construimos la capacidad afgana que pueda permitir una transición responsable cuando nuestras fuerzas salgan de Afganistán”.

Es decir, no piensen en escalada, porque se trata realmente del primer acto de una retirada. Los yanquis están llegando pero también se están marchando. ¿Qué clase de evasivas son estas?

Cada Presidente afirma que no ha tomado “a la ligera” la decisión de ir a la guerra, como Obama también afirmó: “Cada comandante-en-jefe afirma que va a la guerra como último recurso, y hace alusiones a moderación en el uso de la fuerza militar”.
Hasta George W. Bush afirmó lo mismo.

Y, no, no me siento impresionado de que el Presidente hable de preocupaciones acerca de “las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones”. Si no lo hubiera hecho o no hubiera alegado eso, habría sido algo realmente extraño. Pero, ¿qué pasa si no ha considerado todas las consecuencias a largo plazo, o sencillamente ha decidido que tenemos que vivir con esas consecuencias? Ya saben, lo mismo, lo mismo que su predecesor.

Hablando de George W. Bush, lo siguiente suena espantosamente familiar:
“Tomo esta decisión porque estoy convencido de que nuestra seguridad está en juego en Afganistán y en Pakistán. Ahí está el epicentro del extremismo violento practicado por al Qaida. Desde ahí nos atacaron el 11/S y desde ahí se están tramando nuevos ataques mientras hablo. Esto no es mera cháchara, no es una amenaza hipotética. Sólo en los últimos meses, hemos aprehendido extremistas dentro de nuestras fronteras enviados aquí desde la región fronteriza de Afganistán y Pakistán para cometer nuevos actos de terror. Este peligro crecerá si se retrocede en la región y al Qaida podrá actuar con impunidad”.

El Presidente se está refiriendo en ese párrafo al caso de Najibullah Zazi, el inmigrante afgano de 24 años que vive legalmente en este país desde 1999. Por eso no ha venido aquí como invasor intentando penetrar en la sociedad estadounidense, él estaba ya aquí. El FBI alega que admitió haber recibido “entrenamiento militar” en las dos visitas que hizo a Pakistán: Zazi dice que sólo fue a visitar a su mujer. Además, Zazi no ha sido aún acusado de nada, en resumen, una base muy endeble para construir el argumento para la guerra.

Como si fuera consciente de lo insustancial de su argumento, Obama se nos vuelve bushiano de nuevo y juega la carta nuclear:
“Y las apuestas son incluso más altas dentro de un Pakistán con armas nucleares, porque sabemos que al Qaida y otros extremistas buscan las armas nucleares, y tenemos todas las razones para creer que estarían dispuestos a utilizarlas”.

¿Recuerdan cuando los funcionarios de la administración Bush nos machacaban una y otra vez sobre el infame “hongo atómico” del que Condi Rice siempre estaba hablando? Rice, Cheney y el Presidente Bush evocaron todos ellos visiones de holocausto nuclear si no hacíamos caso de sus llamamientos para ir a la guerra contra Iraq. Los estadounidenses tienen miedo a morir de algo nuclear: no tienen más que evocar una visión de devastación radioactiva y ya les tienen muriéndose de miedo, dispuestos a hacer lo que sea, a consentir en lo que sea, con tal de evitarlo: es su Habitación 101 [cámara de tortura en “1984”, la novela de George Orwell], y eso funciona siempre.

Entonces, ¿a qué se parecerá la victoria? Bien, a algo como esto:
“Nuestro objetivo principal sigue siendo el mismo: desbaratar, desmantelar y derrotar a al Qaida en Afganistán y en Pakistán, y anular su capacidad para amenazar a EEUU y a nuestros aliados en el futuro”.

Ya que hay menos de cien efectivos de al Qaida en Afganistán, la guerra está ya medio ganada ¿no es así? Bien, quizá no tanto, y tenemos luego ahí a Pakistán.
¿Qué trata de hacer en relación a este país?
Nada que pueda admitir en este momento, pero surgen cuestiones inevitables:
¿cuándo invadiremos?
Esta campaña a base de bombardeos desde aviones teledirigidos no puede durar indefinidamente y pronto llegará el momento de poner las botas sobre el terreno,
¿y entonces qué?
¿Es que nos va a decir en julio de 2011 que sí, que estamos empezando a retirarnos de Afganistán –como Obama anunció en su discurso- para que podamos ir adonde está la verdadera acción: a Pakistán?
Apostaría por ello.

Este es un juego de trileros, pero no creo que el pueblo estadounidense vaya a picar. Porque van a mirar con recelo los objetivos del trío de anunciadas guerras de Obama:
“Tenemos que negar un puerto seguro a al Qaida. Tenemos que revertir el momentum de los talibanes y negarles la posibilidad de derrocar al gobierno. Y debemos fortalecer la capacidad del gobierno y las fuerzas de seguridad afganas para que puedan asumir la responsabilidad en el futuro de Afganistán”.

¿Todo esto para julio de 2011?
El tempo acelerado de esta operación militar –las prisas por enviar las tropas al frente de Af-Pak al “paso más veloz posible”- tiene un aire de pánico e incluso de desorden. No intenta proyectar más que una idea de fuerza. Obama, en esta ocasión, parecía alguien que está a punto de tomar una dosis generosa de alguna medicina asquerosa y tiene que beberla de un trago para acabar lo antes posible. Pero es probable que este incremento acelerado –o super “incremento”- vaya seguido de otro y de varios más antes de acabar, y pretender otra cosa es deshonesto. Así pues, todo el discurso no fue más que una extensa engañifa.

Hubo siete u ocho referencias en el discurso al día feliz en el que hagamos el traspaso de responsabilidades a las fuerzas afganas, otro recuerdo a la era Bush, cuando George W. hacía constantes referencias al día en que los iraquíes pudieran “defenderse solos” para que nosotros pudiéramos “retirarnos”. Y la guerra seguía adelante y los años transcurriendo, al igual que ocurrirá ahora. “Justo como hemos hecho en Iraq, llevaremos a cabo esta transición responsablemente, teniendo en cuenta las condiciones sobre el terreno”.

Precisamente, lo que hemos hecho en Iraq, después de cientos de miles de muertos. ¿Cómo voy a tranquilizarme?
Ahora nos topamos con el meollo de la cuestión:
“Están también los que sugieren que Afganistán es otro Vietnam. Sostienen que no se puede estabilizar y que es mejor que pongamos fin a nuestras pérdidas y nos retiremos rápidamente. Pero este argumento depende de una falsa lectura de la historia. Al contrario de Vietnam, estamos unidos a una amplia coalición de 43 naciones que reconoce la legitimidad de nuestra actuación”.

Es Obama quien malinterpreta la historia. Durante la guerra de Vietnam, tuvimos una serie de aliados, incluidos, al principio, los franceses, de los que heredamos la lucha. Tropas de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Tailandia, Taiwán y de la España de Francisco Franco combatieron todas en la guerra del lado estadounidense.

Y no sólo está malinterpretando la historia, está malinterpretando la realidad cuando afirma que “A diferencia de Vietnam, no nos enfrentamos a una insurgencia de amplia base popular”.

Si no nos enfrentáramos a una insurgencia de ese tipo, no necesitaríamos enviar ahora 30.000 soldados, ¿no es cierto?

De nuevo, Obama vuelve al tema de los “puertos seguros”, asegurando que estamos en mortal peligro a causa de los yihadistas escondidos en alguna cueva en algún lugar de Pakistán.
Y, efectivamente, Pakistán gravita sobre esta perorata como un nubarrón:
“Estamos en Afganistán para impedir que un cáncer se extienda otra vez por ese país. Pero ese mismo cáncer también ha echado raíces en la región fronteriza de Pakistán. Por eso necesitamos una estrategia que funcione a ambos lados de la frontera”.

A pesar de todo este parloteo sobre cómo EEUU ha hecho rápidamente amigos y aliados, y cómo nos hemos comprometido a ayudarles, a subvencionarles y a protegerles, no hay “confianza mutua” alguna como dice Obama, sino sólo desprecio y desconfianza mutuos, como Hillary Clinton dejó claro durante su reciente viaje a Pakistán, donde acusó directamente a sus anfitriones de esconder a Osama bin Laden.

Si Obama está buscando “una estrategia que funcione a ambos lados de la frontera”, entonces, un día, tendrá que cruzar esa frontera. Y no creo que dude ni por un momento en extender esta guerra.
A lo que se refiere este discurso, junto a toda la fanfarria sobre el lanzamiento de otra campaña militar, es a que vamos a prepararnos para una guerra regional más extensa que envolverá a Pakistán y a la mayoría del resto de los “estanes” de Asia Central.
Porque a medida que metemos a las tropas en Pakistán, después las sacaremos para llevarlas, por ejemplo, a Tayikistán.
Bien, digamos simplemente que hay montones de posibles “puertos seguros” en esa parte del mundo.

¿Fuera en julio de 2011? No apostemos el rancho en ello: para ese momento estaremos ya en las “áreas tribales” de Pakistán e invadiendo Uzbekistán.

Me encantó cómo Obama buscó encuadrar como “centrista” su postura, colocando a los extremistas a cada lado: los que piden la retirada y “los que se oponen a identificar un plazo adecuado de transición a la responsabilidad afgana.

En efecto, algunos exigen una escalada más espectacular y abierta de nuestros esfuerzos bélicos, una que nos comprometa con un proyecto de construir una nación de hasta una década de duración”.
Su posición es desde luego la razonable posición media: pragmática, imperturbable, deliberativa. Un error absoluto.

Error porque, en contra de lo que afirma Obama, asegurar Afganistán no responde a ningún “interés vital nacional”, es algo periférico y marginal.
Esos infames “puertos seguros” no son ni puertos ni seguros, y tienen poco que ver, si es que tienen algo, con el lanzamiento de ataques terroristas contra la zona continental de Estados Unidos.

Los ataques del 11/S se planearon y ejecutaron sobre suelo estadounidense por individuos que entraron legalmente en este país: incluso aunque Osama bin Laden hubiera de algún modo hallado todo lo relativo a un misil guiado antes del 11/S, los ataques –que estaban ya completamente planeados y en marcha- se habrían producido

Al Qaida, que ha funcionado siempre de forma descentralizada y organizada siguiendo la pauta de un concepto parecido a “resistencia sin líderes”, es ahora incluso más amorfa e indefinida que nunca. ¿Cree realmente Obama que eliminando unos cuantos campos de entrenamiento en Pakistán va a lograr decapitar a la hidra?

Toda la racionalidad empleada para justificar la continuación de la ocupación de Afganistán resulta poco convincente, por eso este discurso de Obama es el peor. Lejos de concentrar al país en torno a una guerra cada vez más impopular, sólo sirve para subrayar la debilidad de su posición.

Si estos son los mejores argumentos que puede ofrecer el Equipo de Obama, entonces va a facilitarme mucho mi trabajo, pero el de Obama va a ser mucho más duro, seguro que sí.

El momento más bajo de toda esta pesada perorata fue el alarmante descubrimiento de que Obama añora los viejos buenos días de la era Bush, cuando todos estaban unidos por el miedo:
“Es fácil olvidar que cuando empezó esta guerra estábamos unidos y vinculados por la memoria reciente de un ataque espantoso y por la determinación de defender nuestra patria y los valores que nos son tan queridos.
Me niego a aceptar la idea de que no podemos evocar de nuevo esa unidad.
Creo, con todas las fibras de mi ser, que nosotros –como estadounidenses- podemos todavía agruparnos tras un objetivo común”.

Sí, el asesinato masivo es sin duda un objetivo común.
El objetivo común de todos los ejércitos de agresión.
Pero ése es un objetivo que la gente decente no puede asumir.
Al contrario de Obama, yo no añoro el regreso de los días más negros de los años de Bush, cuando el miedo impregnaba el aire como una niebla ponzoñosa, y todos los que rompían la sagrada “unidad” del momento eran denunciados por “traidores” y “quintacolumnistas” por la Unidad de Difamación.

¿Pensaban, pues, que Obama iba a ser diferente, que iba a representar el “cambio”? Bien, al final, les llegó la misma sangre, el mismo trueno, la retórica estereotipada común a todos los demagogos:
“Estamos atravesando una época de gran prueba. Y el mensaje que enviamos en medio de estas tormentas debe llegar claro: que nuestra causa es justa y nuestra resolución inquebrantable.
Seguiremos adelante en la confianza de que la razón hace la fuerza, y con el compromiso de forjar unos EEUU más seguros, un mundo más seguro y un futuro que represente la más alta de las esperanzas y no el más profundo de los temores”.

La resolución de los fanáticos y de los locos es perpetuamente “inquebrantable”.
Los agresores y matones siguen siempre “adelante”. Y los poderosos están siempre absolutamente seguros de la justeza de su causa. Proclaman que sólo quieren “seguridad”, y su llamamiento representa siempre, invariablemente, la “más alta de las esperanzas”.
Pero siempre acaba en océanos de sangre.

Fuente: http://original.antiwar.com/justin/2009/12/01/obamas-war-speech-an-unconvincing-flop/

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La Victoria del Frente Amplio Refuerza la Izquierda Latinoamericana


Fatima Fakih
Al-Manar
04/12/2009

La Corte Electoral de Uruguay proclamó este jueves oficialmente a los candidatos a la presidencia y vicepresidencia del progresista Frente Amplio, José "Pepe" Mujica y Danilo Astori, respectivamente, como ganadores de los comicios presidenciales celebrados el pasado domingo.

La fórmula frenteamplista se adjudicó un 52,39 por ciento de los votos, según los resultados oficiales, mientras que sus rivales del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga, consiguieron un 43,51 por ciento.

Luego de culminarse el recuento de los votos emitidos por los funcionarios, entre policías y militares, que no pudieron sufragar por encontrarse laborando en el operativo de logística de las elecciones, a la fórmula Mujica-Astori sumó un millón 197 mil 638 votos de los dos millones 285 mil 958 emitidos.

Dentro de los resultados se destacó que 2,32 por ciento de los votos fueron en blanco y el 1,75 por ciento resultaron nulos.

El ministro de la Corte Electoral uruguaya, Edgardo Martínez Zimarioff, indicó que estos resultados finales tienen pocas variaciones con respecto a los proporcionados por la entidad a principios de la semana.

El Frente Amplio fue el partido que consiguió más votos en los departamentos menos poblados y en las zonas rurales de Uruguay.

Zimarioff, destacó que la institución que representa pronto comenzará a trabajar en los comicios universitarios que se realizaran en marzo 2010 y en las elecciones departamentales.

Mujica, de 74 años, asumirá la presidencia el primero de marzo de 2010 hasta el 2015 tras suceder a su compañero de partido Tabaré Vázquez primer mandatario de izquierda en la historia del país suramericano.

El presidente electo de Uruguay, José "Pepe" Mujica, y su compañero de fórmula, el vicepresidente, Danilo Astori, han mantenido ya reuniones con distintas personalidades del país para continuar con la estructuración del gabinete definitivo que asumirá el 1 de marzo de 2010.
Mujica desmintió versiones periodísticas sobre la supuesta composición del Consejo de Ministros, aclarando que apenas han hablado de dos o tres nombres, agregando que aún “tenemos que conversar con muchísimos compañeros”, dijo.
La comunidad internacional felicitó este lunes al presidente electo de Uruguay, José "Pepe" Mujica, luego de su triunfo el domingo en la segunda vuelta de las elecciones con un 51,9 por ciento de los votos escrutados y le ofreció su respaldo.

Los primeros países en saludar el triunfo del Frente Amplio (FA) fueron Brasil, Ecuador y Venezuela, y posteriormente el Gobierno francés, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay y Bolivia, ofrecieron su apoyo al nuevo mandatario.
El escritor uruguayo, Eduardo Galeano, se mostró complacido por la victoria que, durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo, logró en Uruguay el candidato del Frente Amplio, José "Pepe" Mujica, por considerar que este partido está conformado por todas las corrientes políticas y sociales que tiene el país suramericano.
El gobierno venezolano felicitó el domingo al presidente electo de Uruguay, José Mujica, por su victoria en la segunda vuelta electoral con 51,9 por ciento de los votos escrutados, y consideró el resultado como una "histórica victoria de la izquierda".
Finalmente, el Presidente Hugo Chávez envíó su salutación fraterna al Presidente Tabaré Vásquez, “precursor del proceso de transformación que hoy se abre nuevos horizontes en la hermana República Oriental, y a quien las mujeres y los hombres del continente comprometidos con la causa de los pueblos, rendimos, en este día de júbilo, nuestro más sincero tributo,” dijo Chávez.

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El títere Obama: El hombre menos poderoso del mundo


05-12-2009
Paul Craig Roberts
Information Clearing House
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El lobby de Israel no tardó mucho en meter en vereda al presidente Obama respecto a su prohibición de establecer más asentamientos ilegales israelíes en tierra palestina ocupada.
Obama descubrió que un simple presidente estadounidense carece de autoridad cuando se enfrenta al lobby de Israel y que simplemente a EE.UU. no se le permite hacer una política para Oriente Próximo separada de la de Israel.

Obama también descubrió que tampoco puede cambiar casi nada más, por si algún día hubiera tenido la intención de hacerlo.

El lobby militar y de seguridad tiene en su orden del día la guerra y un Estado policial en el interior, y un simple presidente estadounidense no puede hacer nada al respecto.

El presidente Obama puede ordenar el cierre de la cámara de tortura en Guantánamo y que se detengan los secuestros, las entregas y la tortura, pero nadie cumple las órdenes.

En lo esencial, Obama es irrelevante.

El presidente Obama puede prometer que va a traer a los soldados a casa, y el lobby militar dice: “No, los va a enviar a Afganistán, y mientras tanto inicie una guerra en Pakistán y conduzca a Irán a una posición que sirva de excusa para otra guerra. Las guerras son demasiado lucrativas como para que le permitamos que las detenga.” Y el simple presidente tiene que decir: “¡Sí, señor!”

Obama puede prometer atención sanitaria a 50 millones de estadounidenses sin seguro, pero no puede pasar por encima del veto del lobby de la guerra y el lobby de los seguros. El lobby de la guerra dice que sus beneficios con la guerra son más importantes que la atención sanitaria y que el país no se puede permitir al mismo tiempo la “guerra contra el terror” y la “medicina socializada.”

El lobby de los seguros dice que la atención sanitaria tienen que suministrarla los seguros privados de salud; de otra manera, no nos la podemos permitir.

Los lobbies de la guerra y de los seguros agitaron sus registros de donaciones para las campañas electorales y convencieron rápidamente al Congreso y a la Casa Blanca de que el verdadero propósito de la ley de atención sanitaria era ahorrar dinero reduciendo las prestaciones de Medicare y Medicaid, “controlando las prerrogativas.”

Prerrogativas es una palabra derechista utilizada para denigrar las pocas cosas que hizo el gobierno, en un pasado distante, para los ciudadanos. La Seguridad Social y Medicare, por ejemplo, se denigran como “prerrogativas.” La derecha no para de hablar sobre la Seguridad Social y Medicare como si fueran dádivas de asistencia social a gente poco diligente que se niega a cuidar de sí misma, mientras en realidad los ciudadanos pagan de más, por las miserables prestaciones, con un impuesto de un 15% sobre sus ingresos.

Por cierto, desde hace decenios el gobierno federal financia sus guerras y sus presupuestos militares con el excedente de los ingresos cobrados por el impuesto de Seguridad Social.

Afirmar, como hace la derecha, que no nos podemos permitir lo único en todo el presupuesto que ha producido consistentemente un excedente de ingresos, indica que el verdadero objetivo es despachurrar al simple ciudadano.

Las verdaderas prerrogativas nunca se mencionan. El presupuesto de “defensa” es una prerrogativa del complejo militar y de seguridad acerca del cual el presidente Eisenhower nos advirtió hace 50 años. Una persona tiene que ser demente para creer que EE.UU., “la única superpotencia del mundo” protegida por océanos al este y al oeste y por Estados títeres al norte y al sur, necesita un presupuesto de “defensa” mayor que los gastos militares del resto del mundo en su conjunto.

El presupuesto militar no es otra cosa que una prerrogativa del complejo militar y de la seguridad. Para ocultar este hecho, la prerrogativa se disfraza de protección contra los “enemigos” y pasa a través del Pentágono.

Yo digo que eliminen al intermediario y simplemente asignen un porcentaje del presupuesto federal al complejo militar y de la seguridad. Así no tendremos que inventar razones para invadir otros países e ir a la guerra para que el complejo militar y de la seguridad obtenga su prerrogativa. Sería mucho más barato darles el dinero directamente, y se ahorrarían muchas vidas y dolor en el país y en el exterior.

La invasión estadounidense de Iraq no tuvo absolutamente nada que ver con los intereses nacionales de EE.UU. Tuvo que ver con los beneficios de la industria de armamentos y con la eliminación de un obstáculo a la expansión territorial de Israel. El coste de la guerra, aparte de los 3 billones de dólares, fue de 4.000 estadounidenses muertos, más de 30.000 estadounidenses heridos y mutilados, decenas de miles de matrimonios estadounidenses rotos y carreras destruidas, un millón de iraquíes muertos, cuatro millones de iraquíes desplazados, y un país destruido.

Todo esto se hizo en función de los beneficios del complejo militar y de la seguridad y para que Israel, paranoico, armado de 200 armas nucleares, se sienta “seguro”.

Mi propuesta enriquecería aún más al complejo militar y de la seguridad, ya que las compañías recibirían el dinero sin tener que producir las armas. En su lugar, todo el dinero se podría destinar a bonificaciones multimillonarias y a pagos de dividendos a los accionistas. No habría que matar a nadie, dentro o fuera del país, y al contribuyente le iría mejor.

Ningún interés nacional estadounidense necesita la guerra de Afganistán. Como reveló el ex embajador del Reino Unido, Craig Murray, el propósito de la guerra es proteger el interés de Unocal en el gasoducto Trans-Afganistán. El coste de la guerra es muchas veces mayor que la inversión de Unocal en el gasoducto. La solución obvia es comprar Unocal, dar el gasoducto a los afganos como compensación parcial por la destrucción que hemos infligido a ese país y a su población, y traer a los soldados a casa.

El motivo por el cual mis soluciones sensatas no pueden ser realizadas es que los lobbies piensan que sus prerrogativas no sobrevivirían si fueran obvias. Piensan que si el pueblo estadounidense supiera que las guerras se libran para enriquecer a las industrias de armamentos y del petróleo, la gente pondría fin a las guerras.

En realidad, el pueblo estadounidense no tiene voz ni voto en lo que hace “su” gobierno. Los sondeos públicos muestran que la mitad o más del pueblo estadounidense no apoya las guerras en Iraq o Afganistán y no apoya la escalada de la guerra en Afganistán del presidente Obama. Sin embargo, las ocupaciones y las guerras continúan. Según el general Stanley McChrystal, los 40.000 soldados adicionales bastan para estabilizar la guerra, es decir, que siga para siempre, la situación ideal para el lobby de los armamentos.

La gente quiere atención sanitaria, pero el gobierno no escucha.

La gente quiere puestos de trabajo, pero Wall Street quiere mejores precios para las acciones y obliga a las firmas estadounidenses a exportar los puestos de trabajo a países con mano de obra más barata.

El pueblo estadounidense no tiene efecto en nada. No puede afectar nada. Se ha hecho tan irrelevante como Obama. Y seguirá siendo irrelevante mientras los grupos de intereses organizados puedan comprar al gobierno de EE.UU.

La incapacidad de la democracia estadounidense para producir cualesquiera resultados deseados por los votantes es obvia. La total indiferencia del gobierno ante el pueblo es la contribución del conservadurismo a la democracia de EE.UU. Hace algunos años hubo un esfuerzo por devolver el gobierno a manos del pueblo limitando la capacidad de grupos de intereses organizados de invertir enormes cantidades de dinero en campañas políticas y, por lo tanto, comprometer al funcionario elegido con quienes subvencionaron su elección. Los conservadores dicen que toda limitación sería una violación de la garantía de libertad de expresión de la Primera Enmienda.

Los mismos “protectores” de la “libertad de expresión” no objetaron la aprobación por el lobby de Israel de la ley de “expresión de odio”, que criminalizó la crítica del trato genocida de Israel hacia los palestinos y el continuo robo de sus tierras.

En menos de un año, el presidente Obama ha traicionado a todos sus partidarios y roto todas sus promesas. Es un cautivo total de la oligarquía de los grupos de intereses dominantes. A menos que lo salve un acontecimiento orquestado del tipo 11-S, Obama será un presidente de un solo período. Por cierto, el colapso de la economía lo condenará, sin tener en cuenta un “evento terrorista.”

Los republicanos están preparando a Palin. Nuestra primera presidenta, después de nuestro primer presidente negro, completará la transición a un Estado policial estadounidense mediante el arresto de críticos y manifestantes contra las políticas inmorales exteriores e interiores de Washington, y ella completará la destrucción de la reputación de EE.UU. en el extranjero.

Putin, de Rusia, ya ha comparado a EE.UU. con la Alemania nazi, y el primer ministro chino ha comparado a EE.UU. con un deudor irresponsable y despilfarrador.

Cada vez más, el resto del mundo ve a EE.UU. como la única fuente de todos sus problemas. Alemania ha perdido al jefe de sus fuerzas armadas y a su ministro de defensa, porque EE.UU. convenció o presionó, por las buenas o por las malas, al gobierno alemán para que violara su Constitución y enviara tropas a combatir por los intereses de Unocal en Afganistán. Los alemanes pretendieron que sus tropas no estaban realmente combatiendo, sino que estaban involucradas en una “operación de mantenimiento de la paz.” Esto funcionó más o menos hasta que los alemanes pidieron apoyo aéreo que asesinó a 100 mujeres y niños que hacían fila para conseguir combustible.

Los británicos están investigando a su principal criminal, el ex primer ministro Tony Blair, y cómo engañó a su propio gabinete a fin hacer lo que quería Bush y suministrar alguna cobertura para su invasión ilegal de Iraq. Los investigadores británicos no pueden presentar acusaciones criminales, pero el tema de la guerra basada enteramente en un engaño orquestado y en mentiras está obteniendo una audiencia. Resonará en todo el mundo, y el mundo tomará nota de que no hay una investigación equivalente en EE.UU., el país que originó la Guerra Falsa.

Mientras tanto, los bancos de inversión de EE.UU., que destruyeron la estabilidad financiera de muchos gobiernos, incluido el de EE.UU., siguen controlando, como han hecho desde el gobierno de Clinton, la política económica y financiera de EE.UU. El mundo ha sufrido terriblemente gracias a los gánsteres de Wall Street, y ahora mira a EE.UU. con ojo crítico.

EE.UU. ya no cuenta con el respeto con el que contaba bajo el presidente Ronald Reagan o el presidente George Herbert Walker Bush. Los sondeos mundiales demuestran que EE.UU. y su titiritero están considerados como las dos mayores amenazas para la paz. Washington e Israel superan en la lista de los más peligrosos al régimen demente de Corea del Norte.

El mundo comienza a ver a EE.UU. como un país que debe abandonar su posición. Cuando el dólar está sobre-inflado por un Washington incapaz de pagar sus cuentas, ¿el mundo se motivará por la codicia y tratará de salvarnos para proteger sus inversiones, o dirá, gracias a Dios, ¡buen viaje!?

……….

Paul Craig Roberts fue secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Reagan. Es coautor de The Tyranny of Good Intentions. Para contactos, escriba a: PaulCraigRoberts@yahoo.com

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El llamado histórico de Hugo Chávez para conformar una V Internacional Socialista


03-12-2009
Federico Fuentes
Rebelión

Hablando a los delegados del Encuentro International de Partidos de Izquierda realizado en Caracas, el presidente venezolano, Hugo Chávez señalo “que llegó la hora de que convoquemos a la Quinta Internacional. Frente a la crisis capitalista y la amenaza de guerra, que ponen en peligro el futuro de la humanidad, la unidad de partidos de izquierda y revolucionarios, dispuestos a luchar para el socialismo “es un clamor del pueblo,” dijo Chávez.

Como su llamado en 2005 a construir el “Socialismo de Siglo XXI” y su anuncio de la construcción de un partido de la revolución al final del 2006, el llamado de Chávez a unificar la izquierda en torno a la Quinta Internacional representa en hecho histórico.
Se basa en la experiencia de los cuatro previos "internacionales" socialistas, la primera creada por Karl Marx en 1964, que colapso. La Segunda Internacional fue creada en 1889, pero fracasó cuando varios de los partidos afiliados tomaron la posición de apoyar a sus propios gobiernos en el derramamiento de sangre que fue la Primera Guerra Mundial.
La Tercera Internacional fue fundada a raíz de la Revolución Rusa. Sin embargo, como Chávez dijo este se “degenero” bajo el estalinismo y “traiciono” las luchas por el socialismo en todo el mundo.
Leon Trotsky fundó la Cuarta Internacional en 1938. Sin embargo, Trotsky murió en 1940 y sus seguidores nunca consiguieron un apoyo de masas.
La presente convocatoria para una nueva internacional también es histórica, por la autoridad política del propio Chávez: el líder de un movimiento revolucionario compuesto de millones que luchan por una sociedad socialista.

Al culminar el Encuentro, realizado entre el 19 al 21 de noviembre, y donde se aprobó la propuesta de ir hacia la construcción de la Quinta Internacional Socialista “como una instancia de los partidos y corrientes socialistas y movimientos sociales del mundo, en la cual armonicemos una estrategia común para la lucha antiimperialista, la superación del capitalismo por el socialismo,” Chávez reafirmo su llamado, esta vez en su discurso de apertura como presidente del partido en I Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Frente a los 772 delegados elegidos desde las bases, en un proceso inédito donde participaron cerca de un millón de militantes del partido, solicitó que se incluyese la propuesta de crear la Quinta Internacional Socialista en la agenda de debate de Congreso:
“Pido a este I Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que incluya en su agenda de debate, la propuesta de convocar a los partidos políticos y corrientes socialista a crear la Quinta Internacional Socialista como una nueva organización que se adecué al tiempo y a los desafíos que vivimos, y se convierta en un instrumento de unificación y articulación de la lucha de los pueblos para salvar a este planeta”, señaló Chávez.

La propuesta ahora será discutida dentro del marco de este Congreso Extraordinario, que se desarrollará durante los próximos cuarto meses, finalizando en Abril, para cuando está previsto el Congreso fundacional de la Quinta Internacional.

Discusión que no solamente debe quedarse entre los delegados - denominados “mi vanguardia” por Chávez - sino que “deben trascender al pueblo, a las organizaciones sociales, y demás formas de participación popular del país.”

Como también seguramente será discutido internacionalmente entre los partidos y corrientes de izquierda, quienes tendrán que tomar partido frente a esta propuesta transcendental, y que seguramente será adoptada como suya por un partido revolucionario de masas en construcción.

Unidad frente la contraofensiva imperialista
El eje de discusión del primer día fue el tema de la ofensiva imperialista en la región, particularmente la expansión de bases militares y el golpe en Honduras.

Estuvieron presentes delegados de 55 partidos de más de 30 países, representado elementos de la vieja y nueva izquierda emergente, incluyendo un número de partidos comunistas y social demócrata de Asia y Europa, fuerzas de liberación nacional de África y el Oriente Medio, nuevos partidos de izquierda como Die Linke (Alemania), Bloco de Esquerda (Portugal), Partido de Izquierda (Francia), y fuerzas radicales y de izquierda de América Latina, algunas viejas, como el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y algunos nuevos, como el Movimiento al Socialismo (Bolivia) y, por supuesto, el PSUV.

Casi todos los intentos de construir un nuevo modelo de sociedad en el Siglo XX fueron destruidos por la fuerza del imperialismo, explico Nicolás Maduro, de la dirección nacional del PSUV y Canciller de la República Bolivariana. “Solamente hubo una experiencia que tuvo la suficiente fuerza política, militar y popular, y una dirección revolucionaria, para sobrepasar todos los planes del imperialismo: la Revolución Cubana.”

Con el comienzo del Siglo XXI, emergieron nuevos movimientos revolucionarios y nuevos sujetos y dirigencias políticos, que cambiaron la situación en la región. La elección de Obama creo muchas expectativas y esperanza en gran parte de la población de unas nuevas relaciones de dialogo en el continente. Pero la ilusión fue rápidamente desmontado por la realidad de sus acciones, dijo Maduro.

Mientras el ALBA avanzaba como un “proyecto sólido de integración y unión de nuestros países y pueblos,” incorporando a Ecuador y varios países caribeños, ocurrió el golpe en Honduras. Un golpe dirigido contra el ALBA y sostenido por el EE.UU, explico Maduro.

Luego vino el anuncio del acuerdo con Colombia para la instalación de 7 nuevas bases militares, “un poderoso amenaza contra los movimientos revolucionarios en nuestro continente,” agrego.

Frente esto, es necesaria la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda para crear un movimiento por la paz y justicia y para convertir al continente en un “territorio libre de bases militares estadounidenses” señalo Maduro.

Jorge Marti, jefe del departamento de relaciones internacionales del Partido Comunista de Cuba, intervino explicando que “debemos decir que, por ahora, la izquierda no esta a la altura del desafío,” por lo cual, era necesario definir claramente una estrategia de lucha común.

Frente la posibilidad de la victoria de fuerzas de derecha en las elecciones próximamente a realizarse en países como Chile y Brasil, Nidia Díaz, de la dirección del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, planteó que “si solamente pensamos en victorias electorales y no en la acumulación de fuerzas sociales para el cambio, será fácil pintar una imagen negativa.” Por eso es necesario impulsar las bases de paz, propuesta de Chávez, para la acción y movilización de nuestros pueblos.

“Nosotros somos simples voceros de nuestros pueblos que hoy en día resisten” explico la Cancillera de Honduras, Patricia Rodas. Nuestro deber es construir un espacio común de partidos para consolidar la unión de nuestros pueblos “y hacer posible la creación de una fuerza inédita, diversa,” porque ellos quieren “destruir esa misma democracia por la cual bajamos nuestras armas.”

Finalizando las intervenciones, Héctor Navarro, de la dirección nacional de PSUV, afirmó que “el problema no son las bases, el problema es la crisis estructural del capital… Lo que enfrentamos es la supervivencia de la humanidad.”
Este escenario de encuentro de fuerzas de izquierda debe ser visto como un teatro de operación para desatar una lucha para la defensa de la humanidad. Debe surgir un espacio de coordinación en el corto plazo, por que “el imperio no nos va a dar tiempo para prepáranos.”

Un Internacional Socialista para el Siglo XXI
El segundo día arranco la discusión sobre qué tipo de coordinación era necesario establecer.
Valtar Pomar, secretario de relaciones internacionales de Partido de los Trabajadores de Brasil, expuso que lo fundamental era la defensa de la línea de integración regional, o dicho de otra manera, la lucha antiimperialista, como estrategia para la unidad de la izquierda. Si vemos el tema del socialismo como el punto mínimo de acuerdo, esto podría llevarnos a la división. Por esto el PT seguirá priorizando el Foro de Sao Paulo, señalo Pomar.
La izquierda necesita un espacio de coordinación, que debe ser más dinámico y activo que el FSP, respondió Aristóbulo Isturiz, uno de los vicepresidentes regionales del PSUV.
El FSP se constituyó en los años noventa como una iniciativa del PT para reagrupar la izquierda latinoamericana en el contexto de la caída de la Unión Soviética. Hoy en día, el Foro, al igual que el PT, se ha desviado mucho de sus raíces más radicales, para convertirse en un espacio de puro discusión, dominado por las fuerzas reformistas

Cuando las diferencias empezaron a emerger, fue la intervención de Chávez más tarde ese día la que partió aguas. “El imperialismo yanqui esta preparando una guerra en America Latina….Casi siempre ha sido el caso que los Estados Unidos ha salido de situaciones de crisis vía la guerra” alertó.
Pero, al mismo tiempo, las condiciones para construir el socialismo están dadas, argumento Chávez.
Por eso pidió que: “me dejen seguir adelante junto con los que quieren acompañarme,” en la creación de la Quinta Internacional Socialista.
"Una Internacional sin manuales" explico Chávez, "donde los matices son bienvenidos y donde no debe haber temor algún de que nosotros queramos dominarla."

Criticó duramente el ejemplo del Partido Comunista de la Unión Soviética, que impuso sus dogmas tales como “el socialismo en un solo país” a sus partidos satélite a nivel internacional.
Esto llevo a que muchos PCs en America Latina rechazaran al Che Guevara, debido a sus diferencias con el dogmatismo soviético, dijo Chávez.
Un Internacional nuevo que, frente el fracaso del socialismo real y la social democracia, incorpore el espíritu y la acumulación de patrimonio que dejaron a la humanidad los fundadores de los cuarto internacionales previos: Carlos Marx, Federico Engels, Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, José Carlos Mariategui y León Trotsky.
Y que también incorpore las ideas del pensamiento latinoamericano de Simon Bolívar, Francisco Morazán, Maurice Bishop, y Sandino, entre otros, junto con las ideas del nuevo socialismo del Siglo XXI.

"Un nuevo proyecto de coordinación de la izquierda debe ser internacional para confrontar el imperialismo, derrotar el capitalismo y luchar por el socialismo." señaló. "Donde se debe trabajar en la elaboración de un manifestó para unificar los criterios en torno al socialismo en el Siglo XXI."

Frente la intervención de uno de los delegados que planteo que ya existen otras organizaciones de coordinación entre partidos, la respuesta de Chávez fue contundente: "Existen muchos espacios de discusión pero ninguno de acción concreta, por la cual muchos de ellos hoy en día están muertos."

“Se ha perdido mucho tiempo, y se sigue perdiendo tiempo y a veces buscando excusas para la inactividad. Yo considero eso una traición a la esperanza de nuestros pueblos. Lo que necesitamos es coordinación de partidos de izquierda, pero de izquierda de verdad.”
“Nos toca a nosotros asumir papel de vanguardia”

Mientras varios partidos hicieron notar sus reservas al día siguiente, planteando que solamente era posible una unidad sobre puntos específicos, y que era necesario debatir temas programáticos antes de poder asumir la propuesta, la respuesta a favor del planteamiento de Chávez tuvo mucho echo.

“No podemos seguir simplemente debatiendo…necesitamos definir claramente que es lo que queremos, y el proyecto alternativo para America Latina es el socialismo” afirmó Salvador Sánchez Ceren del FMLN y vicepresidente de El Salvador, en su intervención a favor de la propuesta.

Los comentarios de Sánchez provocaron una reacción del presidente salvadoreño, Mauricio Funes, un independiente elegido en la lista del FMLN, quien distanció su posición personal y el de su gobierno, de cualquier apoyo para el Socialismo del Siglo XXI.

La delegación del Movimiento al Socialismo de Bolivia relató que se habían comunicado con la dirección de su partido y con presidente Evo Morales, quienes tomaron la posición de apoyar la propuesta y participar activamente en todas las comisiones para la preparación del Congreso.

Ricardo Patiño, de Alianza País y Ministro de Gobierno en Ecuador, también anuncio la decisión de su partido de participar.
Comprometiendo el apoyo activo “de la resistencia,” Rodas también hablo en favor de la propuesta.

Es decir, los liderazgos políticos de los movimientos más importantes para el cambio - a los que hay que añadir el Partido Comunista de Cuba que no expreso una posición formal en la reunión - expresaron su voluntad y deseo de trabajar para una organización de coordinación internacional.

Junto con la aprobación de una resolución especial para “crear un Grupo de Trabajo conformado por aquellos partidos y corrientes socialistas y movimientos sociales que suscriben esta iniciativa, para preparar un agenda donde se definan los objetivos, contenidos y mecanismos de esta instancia mundial revolucionaria” se aprobó el Compromiso de Caracas.

El documento reafirma que frente a la “crisis estructural del capital, donde se combina la crisis económica, con una crisis ecológica, una crisis alimentaría y una crisis energética, que en su conjunto representa una amenaza mortal a la humanidad y a la madre tierra” la única alternativa posible es “el Socialismo del Siglo XXI.”

Otra vez revindicando las primeras cuatro internacionales, esta vez en el Congreso del PSUV, señaló que el problema fue que las anteriores “se quedaron en el camino por distintas razones. Algunas tomaron fuerzas y otras se apagaron con el tiempo, pero ninguna pudo alcanzar los grandes fines de los grandes convocantes.”
Agrego que este Internacional tenía que ser una para la victoria de las fuerzas socialista.

“Además todas fueron convocadas desde Europa, donde nació con fuerza esa tesis del socialismo científico al calor de grandes luchas populares, obreras, y el dominio de la burguesía", recalcó.
"Pero, hoy en día, creo que es posible decir que “el epicentro de las luchas revolucionarias, de las luchas socialistas, hoy en el mundo, comenzando el siglo XXI, está aquí en nuestra América y a Venezuela le toca ser epicentro en esa batalla. Nos toca a nosotros asumir el papel de vanguardia y tenemos que asumirlo así, compañeros, compañeras para que nos demos cuenta y tomemos conciencia de la gigantesca responsabilidad que tenemos sobre nuestros hombros.”

* Federico Fuentes y Kiraz Janicke fueron delegados de la Alianza Socialista (Australia) en el Encuentro Internacional de Partidos de Izquierda

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Comentario de Cuarenta hadices -XLVI


Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní


Traducción de Raúl González Bórnez

Octavo hadíz
Chovinismo (Asabiya)


Con una cadena de transmisión que llega a Muhammad Ibn Yaqub al-Koleyni, de Ali ibn Ibrahím, de An-Nawfal, de As-Sakúní, de Abu Abdel lah, el Imam Yafar As-Sádeq, la paz sean con él, que dijo:
Dijo el Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios sean con él y su familia: Quien tenga en su corazón un sentimiento chovinista, aunque sea del tamaño de un grano de mostaza, será resucitado por Dios el Día del Juicio Final con los beduinos de los tiempos de la ignorancia, anteriores a la llegada del Islam.

Aunque jardal es una expresión de uso corriente en la lengua persa actual para referirse al grano de mostaza, en el persa antiguo se denominaba espandan. Se dice que el grano de mostaza posee numerosas cualidades medicinales y también se usa en la elaboración de emplastes.
Asabí se dice de la persona que protege a sus familiares incluso si cometen algo injusto. Y asabah son los familiares por parte de padre, ya que ellos son quienes le rodean y le fortalecen. Asabiat y ta‘asub significa favorecer y defender, según los lexicógrafos.
Este servidor opina que asabíyah es un sentimiento que lleva a la persona a defender y favorecer a sus familiares y a aquellos con quien mantiene una relación cercana, sea religiosa, sectaria o ideológica. Puede darse también entre personas de una misma nacionalidad o en las relaciones profesionales, o entre maestro y alumno y cosas semejantes y es una mala cualidad, un defecto moral y fuente de otros numerosos defectos morales.
Es en sí misma una actitud condenable aunque se utilice en defensa del bien o de los asuntos religiosos. Aunque aparente ser una defensa de la verdad y la justicia la verdadera intención es la victoria personal o la de los compatriotas o familiares.
La defensa de la verdad y el derecho y la difusión de los mismos y su establecimiento y servicio o no es asabíyah o no es una clase de asabíyah condenable. La diferencia estriba en las diferentes intenciones que mueven una y otra y si se utiliza en beneficio personal y de Satanás o la verdad y del Misericordioso. O, dicho de otra manera, si cuando una persona favorece y defiende a sus familiares y amigos lo hace por el deseo de establecer la justicia y la verdad y de combatir y rechazar la injusticia, su asabíyah es encomiable y la mejor de las cualidades de que puede adornarse la persona, ya que la defensa de la verdad y el derecho es uno de los atributos de los santos y de los mensajeros divinos. Aquello que la distingue es que se pone al servicio de quienes defienden la verdad y el derecho, sean quienes sean, aunque no sean de sus amigos sino de sus enemigos. Tal persona es un verdadero defensor y amante de la verdad y debe ser considerado uno de los defensores de la virtud y de la sociedad virtuosa y uno de los miembros virtuosos de la comunidad y de los reformadores que combaten la corrupción social.
Pero si lo que mueve a una persona son los instintos egoístas y tribales, de tal manera que aunque vea a sus familiares y amigos cometiendo injusticias se pone de parte de ellos y les favorece, tal persona padece el vicio del chovinismo propio de la ignorancia y es uno de los miembros corruptos de la sociedad y un corruptor de la buena moral y debe ser considerado uno más de los beduinos que vivían en el desierto en los tiempos de la ignorancia anteriores a la llegada del Islam, en los que triunfaban las injusticias y la opresión y entre los cuales este defecto moral se manifestaba en su más alto grado. E incluso en la actualidad este defecto moral se manifiesta entre los árabes, exceptuando a aquellos que están guiados por la luz del Islam, en mayor grado que en el resto de los pueblos.
Tal y como ha sido transmitido en un noble hadíz de Emir al-Muminín Ali, la paz sea con él, en el que dice que Dios Altísimo castiga a seis grupos con seis cosas: a los árabes con el chovinismo, a los granjeros con el orgullo, a los gobernantes con la opresión, a los doctores de la ley con la envidia, a los comerciantes con la traición y a los pueblerinos con la ignorancia.

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Honduras: la política de «doble vía» de Estados Unidos y Canadá

El arte de la incoherencia

por Arnold August*
3 de diciembre de 2009
Montreal (Canadá)

Para lograr someter a los hondureños, el Imperio anglosajón está recurriendo al clásico método del «policía malo y el policía bueno». Por un lado, acción secreta y golpe militar, y por el otro, diplomacia y cortinas de humo. Ambas vías se mantienen abiertas simultáneamente mientras que Estados Unidos y Canadá se reparten los papeles como mejor les conviene. Arnold August observa sin embargo que, en este caso, el objetivo de la diplomacia no es garantizar el respeto del derecho internacional sino, por el contrario, enmascarar la violación de ese derecho. En ese sentido, Washington y Ottawa reclaman oficialmente el regreso del presidente Zelaya a sus funciones, pero también lo exhortan a no regresar a su país para no provocar enfrentamientos con los militares.

El primer ministro canadiense, Stephen Harper, recibe al presidente colombiano Álvaro Uribe: ¿Cómo condenar el golpe de Estado en Honduras apoyando a los golpistas?


El 28 de junio pasado, Peter Kent, ministro de Relaciones Exteriores (para las Américas) del gobierno del Partido Conservador de Stephen Harper, hizo una declaración previa a la reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), encuentro que se iba a celebrar un poco más tarde, aquel mismo día, a las 15 horas. El señor Kent declaró que «Canadá condena el golpe de Estado que tuvo lugar este fin de semana [28 de junio] en Honduras [1] y pide a todas las partes implicadas que den muestras de serenidad y que busquen una solución pacífica a la actual crisis, una solución que respete las normas democráticas y haga prevalecer el derecho, así como la Constitución hondureña.»

Al día siguiente (el 29 de junio), el National Post, importante diario canadiense de derecha, de circulación nacional, comentó favorablemente la declaración del gobierno, indicando que «[…] reflejaba la creciente oposición al golpe de Estado, pero sin nombrar al señor Zelaya ni exigir claramente su regreso al poder».

El 29 de junio, durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente colombiano Álvaro Uribe –de visita en Estados Unidos–, el presidente Obama declaró que «[…] el golpe de Estado no es legal» y que «el presidente Zelaya sigue siendo el presidente de Honduras, electo democráticamente». Esa declaración indica un cambio en la manera en que la política estadounidense enuncia la cuestión. Al día siguiente (el 30 de junio), los 192 Estados miembros de la Asamblea General de Naciones Unidas se reunieron para discutir el caso de Honduras y adoptaron unánimemente una resolución que exige «la restauración inmediata e incondicional del gobierno legítimo y constitucional del presidente de la República, señor José Manuel Zelaya Rosales».

Evidentemente, la delegación de Canadá votó de la misma manera que los otros 191 Estados miembros de la ONU. Una vez más, el National Post expresó lo que parecía ser su aprobación, en su edición del 30 de junio, al indicar que:
«La decisión de Canadá de unirse a los patrocinadores de las medidas adoptadas por la ONU representa una evolución de la posición [de Canadá] sobre el secuestro del señor Zelaya, el domingo, por las fuerzas armadas hondureñas […] Hasta el martes [30 de junio], Canadá había pedido la continuación del proceso democrático en Honduras, pero no sin llegar a exigir la reinstalación del señor Zelaya en el poder. Estados Unidos parecía haber adoptado una posición similar, hasta que el presidente americano Barack Obama afirmó el lunes [29 de junio] que Washington cree que el señor Zelaya ‘sigue siendo el presidente democráticamente electo […]’».

El 1º de julio, la Organización de Estados Americanos (OEA), incluyendo a Canadá, resolvió unánimemente «condenar el golpe de Estado» y «reafirmar que el Presidente Zelaya es el presidente constitucional de Honduras y exigir que regrese a sus funciones constitucionales de forma inmediata, segura e incondicional» [2].

El 2 de julio, el National Post escribía lo siguiente: «Aunque Canadá imitó a Venezuela y otros países sudamericanos de izquierda al exigir la reinstalación del señor Zelaya en el poder, Peter Kent, el ministro de Relaciones Exteriores para las Américas, afirmó que Ottawa concentraba su apoyo principalmente en el trabajo de la OEA […] Todo hace pensar que algunos responsables en el seno del [actual] gobierno admitirán que realizaron un gesto inaceptable y que tienen que ponerse nuevamente del lado de la democracia […] Aunque el señor Kent dijo que la reinstalación del señor Zelaya tenía que ser incondicional, [también] indicó que su conducta antes de su secuestro tampoco había sido pasada por alto.» El diario cita entonces al señor Kent: «El [gobierno provisional] (Los corchetes en esta frase son del National Post. NdlR.) tiene primero que restablecer el orden democrático mediante la instauración del reino del derecho.

Después de cumplir con esa tarea, la población de Honduras y los miembros del gobierno [provisional] (Los corchetes en esta frase son del National Post. NdlR.) pueden tener la certeza de que la OEA los está vigilando y que está perfectamente conciente de las transgresiones que ha cometido cada una de las partes.’» Esta declaración representa un nuevo retroceso en relación con las resoluciones adoptadas por la ONU y la OEA, adoptadas ambas con la aprobación del gobierno canadiense, resoluciones que exigían esencialmente el regreso inmediato, seguro e incondicional del presidente Zelaya.

El 4 de julio, o sea el día antes del incidente del aeropuerto de Honduras que enfrentó al presidente Zelaya y el pueblo hondureño, por un lado, con el gobierno militar, Peter Kent, según un cable de Reuters, declaró en la asamblea de la OEA: «‘En las actuales condiciones no se puede garantizar en lo absoluto su seguridad a su llegada’». La CNN confirmó aquel estado de cosas el mismo 4 de julio al reportar que «el delegado canadiense en la asamblea de la OEA recomendó en la tarde del sábado [4 de julio] que el señor Zelaya no regrese inmediatamente al país debido a los peligros a los que pudiera verse expuesto».

Es evidente, en efecto, que, en las condiciones que prevalecían el 5 de julio, la llegada del presidente Zelaya al aeropuerto internacional de la capital hondureña hubiera sido peligrosa para él, para sus acompañantes y para las decenas de miles de simpatizantes que lo esperaban, debido al despliegue de las fuerzas armadas y a la represión militar. Pero, ¿qué uso hizo el gobierno canadiense de su influencia y su prestigio para ayudar a obligar al gobierno militar de facto a ceder? ¿Se unió Canadá a los países de Centroamérica y de Latinoamérica para garantizar la estricta aplicación de las resoluciones de la OEA [3] y de las Naciones Unidas [4]?

Recomendarle a Zelaya que se abstuviera de regresar a su país equivale a alentar casi directamente al régimen militar y a culpar al presidente Zelaya por la violencia o la carnicería que pudiesen derivarse de la aplicación de las resoluciones internacionales.

El 6 de julio, el vocero del Departamento de Estado estadounidense, Ian Kelly, tuvo un encuentro con la prensa sobre Honduras y otros temas. Al referirse a Honduras en sus palabras iniciales, el señor Kelly declaró que «nuestro objetivo sigue siendo la restauración del orden democrático en Honduras». Un reportero no pudo evitar señalar que había en aquello algo muy nebuloso y ambiguo. Teniendo en cuenta que la definición estadounidense de la democracia, muy nebulosa, establece un doble rasero, un reportero hizo entonces una pregunta muy pertinente:
«¿Entienden ustedes? […] cuando ustedes dicen que desean la restauración del orden democrático, ¿han logrado ustedes entender lo que eso quiere decir?» El señor Kelly respondió: «Bueno, yo creo que eso significa –en el caso que nos ocupa actualmente–, eso significa el regreso del presidente electo democráticamente a Tegucigalpa [capital de Honduras].»

Si aquel reportero no hubiera planteado la interrogante, esa demanda clave de la población mundial no hubiese sido expresada de forma explícita, ni siquiera verbalmente. Otra de las cuestiones que los reporteros plantearon al señor Kelly tenían que ver con la ayuda que aporta Washington a Honduras y los vínculos los unen. La imprecisa respuesta no despejó la incógnita ya que, al ser interrogado sobre la cuestión, el señor Kelly respondió de forma evasiva diciendo que Estados Unidos seguía proporcionando parte de su ayuda mientras que otras partes habían sido interrumpidas o estaban en proceso de evaluación o de eliminación.

En cuanto a los vínculos entre el ejército estadounidense y el gobierno de facto, el señor Kelly respondió a las preguntas de los reporteros diciendo que «el SouthCom ha minimizado los contactos con el ejército hondureño». O sea, los contactos se mantienen. Sólo han sido «minimizado(s)», sin más precisión [5].

Pero las precisiones vinieron solas cuando los reporteros preguntaron sobre la base militar estadounidense de Soto Cano, en territorio hondureño. Un reportero preguntó: «¿Se ha hablado de permitir que el avión del señor Zelaya aterrice allí, en la base militar estadounidense?» Respuesta del señor Kelly: «[…] Esa base está bajo control de las autoridades hondureñas. No nos corresponde a nosotros conceder a nadie más el derecho de aterrizar allí.» ¡Muy conveniente!

Estados Unidos practica, desde hace décadas, una política exterior «de doble vía» en América latina: por un lado, intervención directa que incluso implica el uso de las fuerzas armadas, y por el otro, diplomacia y negociación «suaves», utilizadas estas últimas a la vez abiertamente y a puertas cerradas. El encuentro con la prensa del 6 de julio, anteriormente mencionado, demuestra de qué manera el actual gobierno de Washington utiliza al mismo tiempo la Vía 1 y la Vía 2.

Que el señor Kelly haya declarado el 6 de julio que el Departamento de Estado se reuniría el 7 de julio con el presidente Zelaya y no con el gobierno de facto, aunque un representante de éste último vendría posteriormente a Washington, es una buena noticia. Pero, como ya había sucedido anteriormente, ese compromiso no surgió hasta que uno de los reporteros planteó la cuestión.

Los pueblos esperan que el uso de la diplomacia en las negociaciones de Costa Rica –que tienen como mediador al presidente de Costa Rica y como madrina a Hillary Clinton, la secretaria de Estado estadounidense– lleve a la solución de la crisis. Pero los instigadores del golpe de Estado siguen en el poder. Y siguen reprimiendo las manifestaciones populares [6] que se desarrollan actualmente en Honduras en todos los sectores populares de la sociedad y desde hace ya casi dos semanas, situación enteramente silenciada por los medios de prensa en países como Canadá, Francia y Estados Unidos [7].

En ese contexto, los comentarios del presidente venezolano Hugo Chávez resultan cada vez más pertinentes con cada minuto que pasa: «¿Por qué el gobierno estadounidense no adopta sanciones políticas y económicas contra los instigadores del golpe de Estado…?» Esa declaración tuvo lugar durante una conferencia de prensa desarrollada el 10 de julio en Caracas, según un reporte de Associated Press (AP).

Es evidente que existen contradicciones entre instituciones estadounidenses como la Casa Blanca, el Departamento de Estado, la CIA, el FBI, el Pentágono y la extrema derecha de la sur de la Florida (etc.), pero la política estadounidense ante Honduras, incluyendo lo sucedido desde el 28 de junio hasta el 11 de julio, corresponde precisamente la política de la «doble vía». Primero la Vía 1, o sea la implicación directa o indirecta en el golpe de Estado militar con un apoyo apenas disimulado del ejército. Y después la Vía 2, o sea el uso simultáneo de la discusiones y la diplomacia para «suavizar» la situación… Pero, ¿a quién beneficia todo eso?

Por un lado, se hacen ofrecimientos llenos de sabiduría sobre la restauración de la democracia y del presidente electo. Pero, por el otro lado, se pone prácticamente en condiciones de igualdad a los instigadores del golpe de Estado y al presidente secuestrado.

Los gobiernos canadienses fueron durante años voceros de la Vía 2, aunque hubo excepciones como el difunto primer ministro Pierre Elliot Trudeau, quien tendió sinceramente la mano a Cuba y a Latinoamérica durante su visita a Cuba, en 1976, reflejando así el sentir de la gran mayoría de la población de Québec y de los canadienses. Se supone que el compromiso y la diplomacia exenta de segundas intenciones deben prevalecer en Ottawa y que Canadá se distancie así de la brutal política estadounidense de intervención, que casi siempre ha prevalecido por sobre la Vía 2. La gran mayoría de los canadienses y de la población de Québec desprecian las políticas de intervención y de agresión. El actual gobierno canadiense forma parte de la corriente de derecha.

A pesar de ello, esa corriente no ofrece un terreno fértil a los neoconservadores que tratan de exacerbar las políticas de la Vía 1, como los exilados cubanos y venezolanos en el sur de la Florida. Lo más parecido a ellos sería el National Post, guardián del orden establecido, y la capa de dirigentes que ese diario representa. Sin embargo, como ya hemos visto anteriormente, al Partido Conservador y a la rama conservadora del círculo dirigente les cuesta trabajo adaptarse a seguir simultáneamente la Vía 1 y la Vía 2, como lo demuestra la cuestión de Honduras, aún cuando la política exterior cambie como un camaleón, de un día para otro.

Comparado con el gobierno conservador de Canadá, se supone que el gobierno de Obama sea de centroizquierda y que se oponga a las políticas de derecha de la época de Bush. Pero la Vía 1 y la Vía 2 son en esencia los dos flancos de una misma política basada en la dominación y el control, sólo se trata de saber cuál es la más eficaz, cuál de la dos es la que «funciona». Las dos Vías son útiles, tanto para los «conservadores» como para los «liberales», y ambas pueden fundirse de un momento a otro.

Una de las lecciones que tiene que aprender el gobierno canadiense, y en base a la cual tiene que actuar inmediatamente, consiste en reconocerse a sí mismo como responsable de haber infringido las resoluciones de la OEA y de la ONU. Los conservadores tienen que cambiar de posición en lo adelante, uniéndose a los vastos movimientos surgidos en Sudamérica. En el seno del parlamento, algunos políticos (como el Bloque Quebequense) ya se han pronunciado valiente y honorablemente en contra de la política que el gobierno canadiense está aplicando desde el 28 de junio en el caso de Honduras. No hay tiempo que perder.

Hay que obligar al gobierno hondureño de facto a retroceder inmediatamente y a que permita el regreso del presidente democráticamente a su país. Si al gobierno canadiense le preocupan tanto los peligros que esperan al presidente en caso de regresar a Honduras, la solución no es alejarlo sino más bien obligar a los usurpadores a abandonar el poder, según lo estipulado en las resoluciones y posiciones adoptadas en el plano internacional. Por mi parte, yo creo que el golpe de Estado en Honduras es una afrenta directa a los movimientos de soberanía y progreso de todos los pueblos latinoamericanos.

Los pueblos del mundo entero, y en particular los de Sudamérica, deben permanecer vigilantes y oponerse a la política imperialista de la doble vía de los países del norte. Durante los últimos 50 años, los pueblos de Sudamérica han creado sus propios conceptos de soberanía y democracia, lo que han tenido que pagar con luchas y sacrificios, y por lo tanto merecen el apoyo total de los pueblos de Norteamérica, así como de Europa.

La cuestión planteada el 10 de julio por Hugo Chávez desenmascara la hipocresía de la política de la doble vía: «¿Por qué el gobierno de Estados Unidos no adopta sanciones políticas y económicas contra los instigadores del golpe de Estado…?»
Más tarde, ese mismo 10 de julio, Fidel Castro escribía en una de sus Reflexiones: «Zelaya sabe que no sólo está en juego la Constitución de Honduras, sino también el derecho de los pueblos de América Latina a elegir a sus gobernantes.»

Notas:
[1] Sobre el golpe de Estado en Honduras, ver: «Le SouthCom prend le pouvoir dans un État membre de l’ALBA», por Thierry Meyssan; y Honduras: «Les "intérêts USA" encore aux mains des militaires de la Joint Task Force Bravo», por Manlio Dinucci, Réseau Voltaire, 29 de junio de 2009.

[2] «No cambió la OEA, sino América Latina», por Néstor Núñez, Red Voltaire, 4 de junio de 2009.

[3] «Résolution de l’OEA relative à la suspension du Honduras», Réseau Voltaire, 4 de julio de 2009.

[4] «Résolution de l’Assemblée générale de l’ONU sur la situation au Honduras», Réseau Voltaire, 30 de junio de 2009.

[5] «El primer golpe de Estado de Obama», por Eva Golinger, Red Voltaire, 28 de junio de 2009.

[6] Sobre la dimensión social del golpe de Estado y su ocultamiento por parte de los medios de prensa, ver los dos artículos de Nikolas Kozloff: «The Coup in Honduras» y «Spinning the Honduran Coup», Voltaire Network, 29 de junio y 5 de julio de 2009.

[7] «Miles salen a las calles a condenar golpe de Estado en Honduras», Red Voltaire, 28 de junio de 2009.

Arnold August

Autor/periodista/conferencista especializado en Cuba. Libro Democracy in Cuba and the 1997-98 Elections Capítulo titulado: “Socialism and Elections” en Cuban Socialism in a New Century: Adversity, Survival and Renewal (University Press of Florida 2004, editado por los profesores Max Azicri y Elsie Deal. Próximo libro Cuba: Democracia Participativa y Elecciones en el Siglo XXI (español, inglés, y francés en otoño 2010). Miembro de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA).




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