viernes, 13 de marzo de 2009

Estrategia ciudadana contra el apartheid y la guerra

Tres ideas simples para poner fin al apoyo político a los crímenes israelíes
por Jean Bricmont

10 de marzo de 2009

Mientras Israel prosigue sus bombardeos contra la población palestina y los paramilitares del general Mohamed Dahlan esperan en la frontera egipcia la orden de penetrar en Gaza para masacrar a las familias del Hamas, la opinión pública europea se siente impotente. A pesar de su envergadura, las manifestaciones siguen sin tener impacto en la actitud de los responsables políticos. El profesor Jean Bricmont propone una estrategia simple para cambiar la correlación de fuerzas en Europa y poner fin al apoyo del que goza el régimen del apartheid israelí.

Somos sin dudas millones los que estamos siendo en estos días testigos, indignados e impotentes, de la destrucción de Gaza, mientras que tenemos que soportar además el discurso mediático sobre la «respuesta al terrorismo» y el «derecho de Israel a defenderse». Pero, como señala el periodista británico Robert Fisk, los que lanzan cohetes contra el sur de Israel son, a menudo, los descendientes de las habitantes de esa misma región, de la que sus antecesores fueron expulsados en 1948 [1]. Mientras no se reconozca esa realidad fundamental ni se repare esa injusticia, nada serio se habrá dicho o hecho a favor de la paz.
Pero, ¿qué hacer? ¿Organizar nuevos diálogos entre judíos progresistas y musulmanes moderados? ¿Esperar que aparezca una nueva iniciativa de paz? ¿O esperar aún por nuevas declaraciones de los ministros de la Unión Europea?
¿Acaso no han durado ya lo suficiente todas esas comedias? Los que quieren hacer algo sustentan a menudo exigencias irrealistas: pedir la creación de un tribunal internacional que juzgue a los criminales de guerra israelíes o solicitar una intervención eficaz de la ONU o de la Unión Europea. Todo el mundo sabe perfectamente que nada de eso sucederá, por ejemplo, porque los tribunales internacionales no hacen más que reflejar la correlación de fuerzas existente en el mundo, que es actualmente favorable a Israel. Lo que tenemos que cambiar es la correlación de fuerzas y eso sólo puede hacerse poco a poco. Es cierto que el problema de Gaza es «urgente», pero es cierto también que si nada puede hacerse hoy en día, es precisamente porque el paciente trabajo que había que realizar en el pasado no se hizo.
Dos de las proposiciones aquí expuestas se sitúan en el plano ideológico y la otra en el plano práctico.
1. Deshacerse de la ilusión de que Israel es «útil»
Mucha gente, sobre en el seno de la izquierda, siguen creyendo que Israel no es más que peón en la estrategia estadounidense, capitalista o imperialista, de control del Medio Oriente. Eso es totalmente falso. Israel no es útil prácticamente para nadie, a no ser con excepción de sus propias fantasías de dominación. No hay petróleo ni en Israel ni en Líbano. Las llamadas guerras del petróleo, de 1991 y de 2003, las realizó Estados Unidos sin ayuda alguna de parte de Israel y, en 1991, con el pedido explícito por parte de Estados Unidos de que no hubiera intervención israelí, para evitar el derrumbe de la coalición árabe que Washington había forjado. O sea que, el papel de Israel como «aliado estratégico» no fue precisamente brillante.
No cabe la menor duda de que las petromonarquías prooccidentales y los regímenes árabes «moderados» consideran una catástrofe que Israel siga ocupando las tierras palestinas, lo cual radicaliza a buena parte de la población de dichas tierras. Es Israel, con sus políticas absurdas, quien provocó el surgimiento del Hezbollah y del Hamas, además el responsable indirecto de buena parte del fortalecimiento del «islamismo radical».
Es necesario entender también que los capitalistas en su conjunto (porque no todos son fabricantes de armas) se benefician más con la paz que con la guerra. No hay más que ver las fortunas que los capitalistas occidentales amasaron en China y en Vietnam después del restablecimiento de la paz en esos países, en contraste con la época de Mao y con la de la guerra de Vietnam. A los capitalistas no les importa qué «pueblo» tiene a Jerusalén como «capital eterna» y si hubiera paz irían corriendo a Cisjordania y a Gaza para explotar allí una fuerza de trabajo calificada que carece de muchos otros medios de subsistencia. Finalmente, cualquier estadounidense preocupado por la influencia mundial de su país es capaz de darse cuenta de que ganarse la enemistad de mil millones de musulmanes por satisfacer los caprichos de Israel no es precisamente una inversión racional en términos de futuro [2].
Son a menudo los que se consideran marxistas quienes se niegan a ver en el apoyo a Israel una simple emanación de fenómenos generales como el capitalismo o el imperialismo (el propio Marx era muchos menos cuadrado en cuanto a la cuestión del reduccionismo económico). Mantener ese tipo de posición no ayudará en nada al pueblo palestino. El sistema capitalista, nos guste o no, es demasiado fuerte como para depender de forma significativa de la ocupación de Cisjordania. La salud del capitalismo como sistema es, por cierto, muy buena en Sudáfrica a pesar del desmantelamiento del régimen del apartheid.
2. Liberar la palabra de los no judíos sobre la cuestión palestina
Si los intereses económicos o estratégicos no son la razón principal del apoyo a Israel, ¿qué explica entonces el silencio y la complicidad? Se puede pensar en la indiferencia hacia hechos que están sucediendo «allá lejos». Esto puede resultar cierto en lo que concierne a la mayoría de la población, pero no en lo tocante al medio intelectual dominante, rebosante de críticas hacia Venezuela, Cuba, Sudán, Irán, el Hezbollah, el Hamas, Siria, el Islam, Serbia, Rusia o China. Sobre todos esos temas son comunes y aceptadas hasta las más burdas exageraciones.
Otra explicación de la indulgencia hacia Israel es la «culpabilidad» occidental en lo tocante a las persecuciones antisemitas del pasado, en particular en los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Sobre ese tema, se señala a veces que los palestinos no tienen la culpa de aquellos horrores y que no deben pagar por los crímenes de otros, lo cual es totalmente cierto. Pero lo que casi nunca se dice a pesar de ser evidente es que la inmensa mayoría de los franceses, de los alemanes o de los sacerdotes católicos de hoy en día son tan inocentes como los palestinos de lo que pasó durante aquella guerra, por la simple razón de que nacieron después o de que eran niños. Ya en 1945 la noción de culpabilidad colectiva era algo altamente discutible, pero la idea de transferir esa culpabilidad a los descendientes es una noción casi religiosa.
Resulta además curioso que fuera precisamente en la época en que la iglesia católica renunciaba a la noción de pueblo asesino de Jesús cuando se empezó a imponer la noción de responsabilidad casi universal por el exterminio de los judíos. Lo que sucede es que esa «culpabilidad» sirve de justificación a una enorme hipocresía. Se supone que nosotros tenemos que sentirnos culpables de crímenes cometidos en el pasado, crímenes que ya no podemos evitar, mientras que prácticamente no debemos sentirnos culpables por los crímenes que nuestros aliados estadounidenses e israelíes están cometiendo hoy en día, ante nuestros ojos, y sobre los cuales pudiéramos, como mínimo, expresar nuestro desacuerdo.
Y, aunque se dice constantemente que el recuerdo del holocausto no debe servir de justificación a la política israelí, resulta evidente que es precisamente entre las poblaciones más culpabilizadas por ese recuerdo (alemanes, franceses y católicos) que el silencio es más absoluto (cuando sucede lo contrario entre las poblaciones negras y árabes y entre los británicos).
Lo anterior es una banalidad, pero se trata de una banalidad que no resulta fácil de decir. A pesar de ello, hay que repetirla hasta que se reconozca ese hecho, si queremos que los no judíos puedan expresarse libremente sobre la cuestión palestina. Quizás el slogan más apropiado para las manifestaciones sobre Palestina no sea «Todos somos palestinos», slogan lleno de buenas intenciones pero que no refleja en lo absoluto la realidad de nuestra situación o de la situación de los palestinos, sino «Nosotros no somos culpables del holocausto», algo que sí tenemos en común con los palestinos.
Pero la principal razón del silencio no puede ser solamente la culpabilidad, precisamente porque esta última es muy artificial, sino el miedo. Miedo a la calumnia, a la difamación o a los juicios, cuya única acusación es siempre la misma: el antisemitismo. Si no está usted convencido de esto último, busque a un periodista, un político o un editor, enciérrense juntos en una habitación donde él pueda verificar que no hay ni cámara escondida ni micrófonos y pregúntele si él dice abiertamente todo lo que realmente piensa de Israel. Y si responde que no (que es en mi opinión la respuesta más probable), pregúntele entonces por qué se calla. ¿Por miedo a perjudicar los intereses de los capitalistas en Cisjordania? ¿A debilitar el imperialismo estadounidense? ¿A afectar el aprovisionamiento en petróleo o los precios del crudo? ¿O más bien por miedo a las organizaciones sionistas, a tener que arrostrar sus persecuciones y calumnias?
Me parece evidente, luego de decenas de discusiones con personas de origen no judío, que la respuesta correcta es la última. Es por miedo a ser tildado de antisemita que no se dice lo que se piensa del Estado que se proclama a sí mismo como «Estado judío». Ese sentimiento se refuerza más aún por el hecho que la mayoría de la gente que se estremecen ante la política israelí sienten verdadero horror por lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial y son realmente hostiles al antisemitismo.
Debido a lo anterior, casi todo el mundo ha interiorizado la idea de que el discurso sobre Israel, más aún, sobre las organizaciones sionistas, constituye un inviolable tabú, y eso es lo que mantiene un clima de miedo generalizado. Es importante señalar que los mismos que, en privado, imparten «consejos de amigo» (¡Cuidado! No mezclen las cosas, no exageren, islamismo…, extrema derecha…, Dieudonné, etc.) generalmente son los primeros que declaran en público que no tienen miedo de nada y que las presiones no existen. Lo hacen, por supuesto, porque reconocer la existencia del miedo sería la mejor manera de empezar a liberarse de él. Por consiguiente, lo primero que hay que hacer es luchar contra ese miedo. Eso es algo que no siempre entienden los militantes de la causa palestina ya que, dada la naturaleza misma de su propia acción, ellos demuestran que no tienen miedo.
Se trata a menudo de gente muy dedicada y que no busca posición alguna de poder en el seno de la sociedad. Pero deberían ponerse en el lugar de los que ocupan o esperan ocupar ese tipo de posiciones (gente que está, por tanto, en posición de influir sobre las decisiones políticas) y que, precisamente debido a sus ambiciones, es vulnerable a la intimidación. El único medio de actuar es crear un clima de «desintimidación» apoyando a cada político, a cada periodista, a cada escritor que se atreva a escribir una frase, una palabra, una coma de crítica a Israel. Y hay que hacerlo con todos, sin limitarse a apoyar solamente a los que tienen posiciones «correctas» sobre otros temas (según el eje izquierda-derecha) o a los que asumen posiciones «perfectas» sobre el conflicto.
Para terminar, más que hablar de «apoyo» a la causa palestina, como hacen muchas organizaciones, apoyo al que, por muy doloroso que parezca, nunca se adherirá la mayoría de la población de nuestros países, habría que presentar la cuestión palestina a la luz de los intereses bien entendidos de Francia y de Europa. Efectivamente, nosotros no tenemos ninguna razón para enemistarnos con el mundo árabe y musulmán o asistir al aumento del odio contra Occidente y para nosotros resulta catastrófico el surgimiento de un conflicto suplementario con la parte de la población «proveniente de la inmigración» que, a menudo, simpatiza con los palestinos.
En ese sentido, hay que subrayar que no fue predicando un apoyo irrestricto a Israel que los sionistas obtuvieron sus logros sino más bien gracias a un lento trabajo de identificación entre la defensa de Occidente (en cuanto al aprovisionamiento en petróleo y la lucha contra el islamismo) y la del propio Israel (resulta por cierto deplorable que muchos discursos de izquierda sobre la utilidad de Israel en el control del petróleo así como discursos laicos sobre el Islam continúen reforzando esa identificación).
3. En cuanto a las iniciativas prácticas, pueden resumirse en tres letras: BDS (boicot, desinversión, sanciones)
La mayoría de las organizaciones propalestinas exigen la adopción de sanciones [3] pero, como ese tipo de medidas es prerrogativa de los Estados, todo el mundo sabe que eso no se hará a corto plazo. Las medidas de desinversión pueden ser adoptadas por organizaciones poseedoras de fondos que invertir (sindicatos, iglesias), y la decisión compete entonces a sus propios miembros, o por empresas que colaboran estrechamente con Israel y que únicamente cambiarán su política como consecuencia de acciones de boicot, lo cual nos conduce a la discusión de esa forma de acción, que apunta no sólo a los productos israelíes sino también a las instituciones culturales y académicas de ese Estado [4].
Hay que señalar que esa práctica fue utilizada contra Sudáfrica y que las dos situaciones son muy parecidas: el régimen del apartheid e Israel son (o eran) «legados» del colonialismo europeo que (contrariamente a la mayoría de la opinión pública aquí en Europa) no aceptan que esa forma de dominación es cosa del pasado. Las ideologías racistas subyacentes en ambos proyectos resultan insoportables para la mayoría de la humanidad y crean interminables odios y conflictos. Se puede decir incluso que Israel no es más que otra Sudáfrica a la que se ha agregado la explotación de la memoria del holocausto.
En el caso del boicot cultural y académico, existe a veces la objeción de que hay víctimas inocentes, gente con buenas intenciones, que desea la paz, etc., argumento ya utilizado por cierto en la época de Sudáfrica (y pudiera utilizarse el mismo argumento a favor de los trabajadores de las empresas víctimas del boicot económico). Pero el propio Israel reconoce que hay víctimas inocentes en Gaza, lo cual no le impide continuar la matanza. Nosotros no proponemos matar a nadie. El boicot es una acción perfectamente ciudadana y no violenta. Sólo que hasta ese tipo de acción puede provocar daños colaterales –en este caso, los artistas y científicos bien intencionados que serían víctimas del boicot.
Ese tipo de acción es comparable a la objeción de conciencia ligada al servicio militar o a la acción de desobediencia civil –Israel no respeta ninguna de las resoluciones de la ONU que tienen que ver con su caso, y nuestros gobiernos, en vez de tomar medidas para forzar la aplicación de dichas medidas, no hacen más que fortalecer sus vínculos con Israel. Como ciudadanos (cuya opinión, aunque no se oiga, es probablemente mayoritaria o seguramente lo sería si pudiera establecerse un debate abierto) nosotros tenemos derecho a decir NO.
Lo importante en las sanciones, específicamente en el plano cultural, es precisamente su aspecto simbólico (más que el aspecto económico). Es como decir a nuestros gobiernos que no aceptamos su política [de cooperación con Israel] et, a fin de cuentas, es una forma de decirle a Israel que es lo que ha escogido ser: un Estado que se ha puesto al margen de la ley internacional.
Un argumento frecuente contra el boicot es que lo rechazan israelíes progresistas y algunos palestinos «moderados» (aunque tiene el apoyo de la mayoría de la sociedad civil palestina). Pero no se trata en este caso de saber lo que ellos quieren, sino de qué política exterior queremos nosotros para nuestros propios países. El conflicto israelí-árabe va más allá del ámbito local y alcanza una resonancia mundial. Tiene que ver incluso con la cuestión fundamental del respeto del derecho internacional. Nosotros, como habitantes de Occidente, podemos perfectamente querer unirnos al resto del mundo, que rechaza la barbarie israelí, y eso es ya razón suficiente a favor del boicot.
Jean Bricmont
Figura destacada del movimiento antiimperialista, Jean Bricmont es profesor de física teórica en la Universidad de Lovaina (Bélgica). Acaba de publicar Impérialisme humanitaire. Droits de l’homme, droit d’ingérence, droit du plus fort ? (Éditions Aden, 2005).
Los artículos de esta autora o autor
1] «Remettre dans son contexte le tir de représailles sur Najd (Sderot)», por Um Khalil, The International Solidarity Movement, 15 de noviembre de 2006.
[2] Para una discusión más detallada sobre las verdaderas razones de la ayuda estadounidense a Israel, ver John J. Mearsheimer, Stephen M. Walt, Le lobby pro-israélien et la politique étrangère américaine, La Découverte, 2007.
[3] «Cessons de tergiverser: il faut boycotter Israël, tout de suite!», por Virginia Tilley; «Aucun État n’a le droit d’exister comme État raciste», entrevista con Omar Barghouti; Réseau Voltaire, 6 de septiembre de 2006, 6 de diciembre de 2007.
[4] Ver, de Naomi Klein, «Israel: Boycott, Divest, Sanction», que aporta una excelente respuesta a las principales objeciones sobre esa táctica (The Nation, 26 de enero de 2009.

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sábado, 7 de marzo de 2009

Estados Unidos juega en Polonia la carta de los misiles Patriot





Andrei Fediashin (RIA NOVOSTI)

3 de marzo de 2009


Por lo visto, la Administración del presidente estadounidense Barack Obama se prepara para vender a Rusia a un precio bastante elevado la negativa de emplazar en el territorio de la república Checa y de Polonia elementos del su sistema nacional antimisiles DAM.
Por lo visto, la Administración del presidente estadounidense Barack Obama se prepara para vender a Rusia a un precio bastante elevado la negativa de emplazar en el territorio de la república Checa y de Polonia elementos del su sistema nacional antimisiles DAM.La Administración del presidente anterior George W. Bush tenía planes de instalar para el año 2013 diez cohetes interceptores en Polonia y una central de radar en la República Checa para contener supuestos ataques con misiles lanzados desde Irán.Obama todavía no ha anulado los planes de Bush, pero a nivel oficial, que dice que esa iniciativa se encuentran en una fase de "reconsideración", en el sentido de que hay que analizar con detalle su eficacia y la necesidad real de su emplazamiento y también una revisión desde el punto de vista de su justificación económica.En el lenguaje de la Casa Blanca o del Departamento de Estado, esa anunciada "reconsideración" puede significar prácticamente cualquier cosa.Desde la renuncia definitiva a los planes de la DAM en Europa o su ratificación y realización completa o parcial.Aunque queda también una tercera variante que se traduce en las posibles ventajas que se pueden obtener de la renuncia de los planes de la Administración anterior sobre todo si esas ventajas compensan los gastos realizados.La reciente visita de tres días a Washington del Ministro de Asuntos Exteriores de Polonia Radoslaw Sikorski indican de que la Casa Blanca ha optado por probar la tercera variante.Al concluir conversaciones con la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton el 25 de febrero, Sikorski declaró que independientemente de que EEUU instale o no los diez misiles interceptores en el territorio de su país, en Polonia se instalarán baterías con misiles Patriot, análogos a los sistemas de defensa antiaérea y antimisiles rusos S-300.Todavía bajo el mandato del ex presidente Bush en agosto del año pasado, en Varsovia se firmó el acuerdo correspondiente para el emplazamiento de Patriot en el norte de Polonia, cerca a la localidad de Redzikovo, a cuatro kilómetros de la ciudad de Slupsk, donde se instalarán los cohetes interceptores de la DAM.La propuesta de instalar en Polonia baterías con misiles fue promovida más que todo por el Gobierno polaco argumentando la necesidad de medidas adicionales de defensa para su país y también para los misiles interceptores de la DAM, que supuestamente, quedarían vulnerables ante posibles ataques.Tras firmar los acuerdos, las partes acordaron que las baterías con misiles Patriot serán trasladadas desde Alemania, en una primera etapa en régimen temporal.Es necesario destacar que la información sobre el emplazamiento de los Patriot en Polonia (independientemente de la DAM) proviene exclusivamente de la parte polaca.Incluso antes, el Ministerio de Defensa de Polonia informó que los Patriot serán emplazados temporalmente hasta el año 2013 y después de esa fecha permanecerán en el territorio polaco de forma definitiva y se suspenderá el traslado de ese armamento desde Alemania.Después de la visita de ministro polaco a Washington, ninguna fuente oficial de la secretaria de Estado o del Pentágono confirmó o desmintió las declaraciones de Sikorski.Para el Gobierno polaco, el emplazamiento de la DAM y los misiles Patriot es un asunto ventajoso desde punto de vista económico, porque en las negociaciones sobre la autorización para emplazar los cohetes interceptores de la DAM en su territorio, los polacos pidieron 20 millones de dólares para modernizar sus Fuerzas Armadas y ahora en condiciones de crisis es mucho dinero.Pero EEUU tiene otras razonas para continuar con el juego de los Patriot en Polonia.La Casa Blanca ha insinuado que en calidad de retribución a la renuncia a la DAM en Polonia y la República Checa, les gustaría recibir una pronta respuesta de Moscú a la propuesta de reducir el arsenal estratégico nuclear de Rusia y EEUU en un 80 %, es decir, que el tope mínimo de ojivas nucleares sea de 1.000 ojivas nucleares para cada país.Rusia tiene pocas razones para responder con entusiasmo a la propuesta estadounidense que entre otras cosas porque la oferta todavía no ha sido expuesta de forma concreta y oficial.Teniendo en cuenta que la estrategia militar del Pentágono actualmente hace énfasis en la DAM y en el desarrollo de los misiles nucleares de alcance medio (hasta 3.000 kilómetros) a Moscu no le conviene renunciar a su arsenal nuclear estratégico.Sobre todo en estos momentos cuando puso en marcha un programa para modernizar el "parque de misiles balísticos".La opinión que prevalece en Moscú es que si se acepta la propuesta estadounidense de reducir el arsenal estratégico, se producirá un desbalance en el equilibrio nuclear entre ambos países. Ese desbalance automáticamente proporcionaría a EEUU una enorme ventaja en cohetes de alcance medio y en defensa antimisiles.Cualquier sistema de armamentos, incluidos los sistemas antimisiles emplazados en las zonas fronterizas al denominado escenario de confrontación entre las potencias nucleares (con la DAM Polonia se convierte en una de esas zonas) automáticamente se convierte en instrumentos de interacción geopolítica y los Patriot no pueden ser una excepción.Porque EEUU necesita los Patriot en Polonia como una carta que puede garantizar el triunfo en el asunto iraní.A mediados de febrero, en declaraciones al diario polaco Rzeczpospolita, el jefe del Pentágono Robert Gates abiertamente declaró que el destino de la DAM y los Patriot en Polonia depende directamente de la postura de Moscu con respecto a Irán.Si Rusia acepta el punto de vista estadounidense y presiona a Teherán con una postura fuerte que obligue al Gobierno persa renunciar a su programa nuclear, la DAM y los Patriot ya no serán necesarios en Polonia.Pero es poco probable que Rusia cambie su postura con respecto a Irán. Moscú ya concluyó la construcción de la central nuclear de Bushehr, y se prepara a firmar otros contratos para continuar la cooperación nuclear, y presionar a Teherán significa perder todos esos contratos.A propósito, si EEUU renuncia a la DAM automáticamente desaparece la necesidad de los Patriot, puesto que Polonia ya está protegida con el sistema de defensa antiaéreo de la OTAN.

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Barack Obama y su juego geoestratégico




4 de marzo de 2009


La decisión del gobierno de Barack Obama, de retirar las tropas norteamericanas de Irak , y dar empuje a la guerra en Afganistán causó frustración en todos los que creyeron en la retórica pacifista del carismático líder.


Vicky Peláez (EL DIARIO, Nueva York. Especial para ARGENPRESS.info)


“Para los EE.UU. la derrota de la URSS en Afganistán fue más importanteque el surgimiento de talibanes y su consecuencia”(Z. Brzezinski, 1996)


La decisión del gobierno de Barack Obama, de retirar las tropas norteamericanas de Irak , y dar empuje a la guerra en Afganistán causó frustración en todos los que creyeron en la retórica pacifista del carismático líder.Así, a medida que pasan los días se aclara más la siempre viva agenda del Gran Patrón por el dominio del mundo, y que después de una ligera cirugía estética a su viejo esqueleto, deja intacto su original contenido. Pero no es solo eso, en el libro “Obama, The Postmodern Coup, the Making of a Manjurian Candidate” el famoso historiador norteamericano Webster Tarpley advierte que detrás de Barack Obama están globalizadores como Zbigniew Brzezinski, George Soros, Richard Holbrooke entre muchos, cuyos planes son más ambiciosos y peligrosos que los de los neoconservadores.Para ellos Afganistán es el corazón de Asia que abre acceso a Rusia y China. Al fracasar todo intento de conquistarlo, la Rusia zarista, el imperio británico y los chinos, siempre lo utilizaron como ‘país valla’ para proteger sus intereses, a base de sobornos y presiones militares. Durante la Guerra Fría, los norteamericanos asesorados por el jefe del servicio secreto francés Alexandre de Marenches crearon condiciones para que los soviéticos entren en Afganistán en 1979. Después, financiaron y armaron una cruzada musulmana gastando más de 10 mil millones de dólares para combatir a los soviéticos.Mientras Nancy Reagan marchaba a la cruzada “Dile No a la Droga”, su marido autorizaba a la CIA iniciar la Operación Mosquito para aumentar la producción de opio en Afganistán, en zonas cercanas a las bases soviéticas, y de paso inducir su uso a los habitantes de la URSS.Así, con mujahidines, armas sofisticadas y droga lograron derrotar a los soviéticos, y tras la retirada de éstos, los norteamericanos se olvidaron de Afganistán que se convirtió en el primer productor del opio, hachis y heroína en el mundo. Tampoco les importó que los talibanes lleguen al poder, es más, corporaciones estadounidenses, como Unocal, firmaron contratos de construcción de gasoductos a través de su territorio. Solamente se acordaron de su existencia, cuando decidieron poner fin a la esfera de influencia rusa en Asia Central. Para muchos éste fue el real pretexto de la invasión a Afganistán en 2001. Las consignas de lucha contra el nunca hallado Osama bin-Laden, talibanes, terrorismo, al-Qaeda, narcotráfico etc., sólo fue cobertura.Con Afganistán bajo su control, EE.UU. podría sacar el gas y el petróleo de Asia Central, y de Irán al Mar Árabe sin acudir a los gasoductos y oleoductos rusos, e instalar sus bases militares en los ex países socialistas para encerrar a Rusia, no solamente en Europa sino en Asia. De paso también, controlarían el suministro de recursos energéticos a China. Los analistas dicen que Afganistán es también punto clave para controlar Pakistán, aliado cercano de China. Dicen que para fortalecer su poder en la región, también necesitarán distanciar a Irán de Rusia.El Gran Patrón está siguiendo la premisa de Brzezinski, “el control del mundo es imposible sin dominio de Rusia y China”, pero los indomables afganos son la piedra en su camino.

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Sobre Temps sionista




Es muy significativo que el movimiento comunista haya unido históricamente los conceptos izquierda y laicismo militante.
Las revoluciones o los procesos revolucionarios que se dan en Irán, Venezuela o Paraguay, por poner unos pocos ejemplos, no todos, demuestran claramente que esa ecuación es falsa. Se puede ser antiimperialista y anticapitalista y al mismo tiempo ser creyente. Es más, la revolución social está abocada a un callejón sin salida si no contempla la dimensión espiritual del ser humano y el contenido moral del mensaje divino. Todo el paradigma revolucionario esta modificándose.
La posición actual anti islámica de los intelectuales de izquierda históricos no puede llegar a ser entendida si se desconoce el papel fundacional que los ideólogos judíos laicistas han tenido en el mismo.
Cuando los viejos intelectuales de “izquierda” se posicionan contra los movimientos islámicos revolucionarios, precisamente por ser islámicos, están sacando a la luz su verdadera y principal lealtad al sionismo ateo, laicista y anti islámico.
Coinciden en ello con la actitud vaticana contra la teología de la liberación.
Es evidente que, en este nuevo siglo, se está produciendo un nuevo alineamiento de las fuerzas revolucionarias caracterizado por su defensa de valores morales y religiosos y de las fuerzas reaccionarias, caracterizado por su posicionamiento antirreligioso y, sobre todo, anti islámico. Aquí, desde luego habría que hacer una precisión en el sentido que la hizo Imam Jomeini: existe un Islam revolucionario y un Islam americanizado, que el sistema acepta como un mal menor. Ese análisis también podría hacerse extensible al cristianismo y, parece, parece, que a un incipiente judaísmo antisionista.

Para compensar el carácter telegráfico de mi nota, he rescatado de mi archivo de noticias este artículo, bastante esclarecedor de una militante de izquierdas europea:


Intervención en el Foro Internacional de Beirut para la resistencia, el antiimperialismo, la solidaridad de los pueblos y las alternativas.
La posición de la izquierda europea ante las resistencias al imperialismo

Nadine Rosa-Rosso
Rebelión
27-01-2009

La pregunta clave de este foro es el apoyo a las resistencias al imperialismo en todas partes del mundo. Como militante comunista belga, independiente, quisiera abordar el problema de la posición de la izquierda europea ante este tema.
Las manifestaciones masivas en las capitales y en las grandes ciudades de Europa en apoyo al pueblo de Gaza han puesto de relieve otra vez el problema central: la gran mayoría de la izquierda, incluyendo a los comunistas, acepta apoyar al pueblo de Gaza ante la agresión israelí pero se niega a apoyar sus expresiones políticas como son Hamas en Palestina o Hezbollah en el Líbano.
No solamente la izquierda no las apoya sino que las denuncia y las enfrenta. Su apoyo al pueblo de Gaza se sitúa en el plan humanitario y no en el plan político. En cuanto a Hamas y a Hezbollah, la principal preocupación de la izquierda es el apoyo de las masas árabes a estas formaciones y no la intención deliberada y altamente proclamada de Israel de aniquilarlas.
En el plan político podemos afirmar sin exagerar que el deseo (más o menos confesado) de la izquierda se ubica en la misma línea que la del gobierno israelí: liquidar el apoyo popular a Hamas o a Hezbollah. Este asunto no solamente se debate en Medio Oriente sino en el seno de las capitales europeas, ya que la gran masa de los manifestantes de Bruselas, Londres o París la constituye poblaciones provenientes de la inmigración marroquí.
Las reacciones de la izquierda ante estas manifestaciones son todo un síntoma. Les citaré tan solo algunas, si bien son decenas los ejemplos. El sitio de Res Publica, en Francia, titulaba así después de la gran manifestación parisina del 3 de enero :
«¡Nos negamos a ser engañados por los islamistas del Hamas, del Jihad islamista y del Hezbollah!».
«Algunos militantes de izquierda o de ultraizquierda (quienes movilizaron a muy poca gente) se encontraron literalmente ahogados por una muchedumbre cuyas opiniones están en las antípodas de lo que encarna el movimiento republicano francés y de lo que pregona la izquierda del siglo XXI. Más del 90% de los manifestantes defendían una visión del mundo integrista, comunitarista, fundada en la guerra de civilizaciones, antilaica, anti-republicana, y han pregonado un relativismo cultural del cual ya conocemos todas las derivas nefastas, incluyendo en Inglaterra».
Res Publica no es marxista ni tampoco comunista, pero buscaríamos en vano en los sitios marxistas una sola palabra positiva sobre Hamas. Encontraremos afirmaciones tales como «Sea lo que sea que uno pueda pensar sobre Hamas, hay algo indiscutible: la población lo eligió democráticamente para dirigir Gaza en elecciones que se desarrollaron bajo control internacional (1).» Y cuando uno busca más lejos sobre «lo que se puede pensar de Hamas», encontramos tanto en el sitio del Partido Comunista Francés como del Partido del Trabajo de Bélgica un artículo titulado «Cómo Israel puso a Hamas en el poder». Nos explican que Hamas fue apoyado por Israel, los EEUU y la Unión Europea, punto y raya. Subrayo que este artículo fue puesto en línea el 2 de enero al cabo de una semana de bombardeos de Israel intensivos y en vísperas de una ofensiva terrestre cuyo objetivo proclamado era la destrucción de Hamas.
Vuelvo sobre la cita de Res Publica ya que resume bastante bien la actitud general de la izquierda no solo en relación con la resistencia palestina sino también con las masas árabes musulmanes en Europa.
Lo más interesante de esta cita se encuentra en el paréntesis: la izquierda y la ultraizquierda (que movilizaron a muy poca gente). Podríamos esperar, tras tal confesión, un balance algo autocrítico de esta ausencia de movilización en plena masacre del pueblo palestino.
Pero no, toda la carga se dirige contra la masa de los manifestantes (90%) a quienes se les reclama por llevar a cabo la «guerra de civilizaciones».
En todas las manifestaciones en las cuales participé en Bruselas, pedí a los manifestantes que me tradujeran los lemas en árabe y lo hicieron cada vez con gusto. Escuché mucho apoyo a la resistencia palestina y mucha denuncia a los gobiernos árabes, en particular al gobierno del presidente egipcio Mubarak, a los crímenes de Israel, al silencio ensordecedor de la comunidad internacional o a la complicidad de la Unión Europea. A mi juicio son lemas perfectamente apropiados a la situación. Pero a lo mejor algunos solo escuchan «¡Allahu Akbar !» y se forjan su opinión en base a este solo elemento.
El hecho mismo de que los lemas sean gritados en árabe basta a veces para enfadar a la izquierda. Así el comité organizador de la manifestación del 11 de enero estaba preocupado por los idiomas que se fueran a usar. ¡Pero no se podría simplemente difundir las traducciones de estos lemas ¿Seria un posible primer paso en la comprensión mutua. Cuando marchábamos e 1973 contra el golpe militar pro-norteamericano de Pinochet en Chile, nadie se habría preocupado por decir a los manifestantes latinoamericanos “Griten en francés por favor¡” Para llevar a cabo ese combate habíamos aprendido algunos lemas en castellano y aquello no chocaba a nadie.
El problema si está dentro del paréntesis: ¿por qué la izquierda y la ultraizquierda movilizan a tan poca gente? O para ser más claro ¿serán la izquierda y la ultraizquierda aún capaces de movilizar sobre estos temas?
El problema ya era obvio cuando se produjo la invasión israelí del Líbano en el verano 2006. Me gustaría citar a un israelí anti sionista que encontró un refugio en Londres, el músico de jazz Gilad Atzmon, quien ya decía a seis meses de la invasión : «Desde hace bastante tiempo queda claro que la ideología de izquierda se debate desesperadamente para encontrar su vía en medio de la batalla que emerge entre Occidente y Medio Oriente. Los parámetros de lo que se suele llamar el "choque de civilizaciones" están tan claramente instalados que el militante de izquierda “racional” y “ateo” se ve condenado sin lugar a dudas a encontrarse más cercano a Donald Rumsfeld que a un religioso musulmán».
Sería difícil plantear el problema con mayor claridad.
Entre los parámetros quisiera considerar brevemente dos que paraliza literalmente a la izquierda en su apoyo a la resistencia palestina, libanesa y más generalmente árabe y/o musulmana: la religión y el terrorismo.
La izquierda y la religión
Aterrada por los sentimientos religiosos presentes entre las masas populares provenientes de la inmigración, la izquierda, marxista o no, cita a menudo la frase famosa de Marx «La religión es el opio del pueblo». Piensa así agotar el tema. Procede a someter al pueblo a una seria cura de desintoxicación y ello antes de cualquier otra cosa. Voy a leerles la cita de Marx quien llega a esa conclusión y si cito a Marx no es para esconderme detrás de su autoridad sagrada sino porque espero poder llevar a reflexionar al menos a los que lo reivindican.
«La religión es la teoría general de este mundo, (..) su lógica bajo la forma popular, su punto de honor espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su comportamiento solemne, su razón general de consuelo y de justificación (…) La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y por otra parte la protesta contra esa miseria. La religión es el suspiro del ser afligido, el corazón de un hombre sin corazón como es el espíritu de los tiempos desprovistos de espíritu. Es el opio del pueblo … ».
Siempre fui atea y lo sigo siendo pero no me asombra para nada el auge de los sentimientos religiosos entre los pueblos. En el mundo de hoy, a la mayoría de los políticos, incluyendo a los de izquierda, les gusta proclamar su impotencia: nada pueden en contra de la superioridad militar de los EEUU, no pueden nada, o cuasi nada, contra las especulaciones financieras o la lógica de la ganancia que arruinan, reduce al hambre y matan a miles y miles de seres humanos de este planeta. Todo aquello es «la mano invisible del mercado». Pero cual será la diferencia entre una «mano invisible» y «la intervención divina»? La única diferencia está en que la teoría de la «mano invisible» desarma totalmente las masas en su sed de justicia social y económica y que la «intervención divina» parece a menudo ayudarlos a aguantar y a resistir. Nos guste o no, no es escupiendo a los millardos de seres humanos que vamos a acercarnos a ellos.
La izquierda hace exactamente lo mismo que lo que critica a los islamistas: no analiza la situación sino en términos religiosos. Se niega a escuchar a los discursos religiosos como «una protesta contra la miseria». Y podríamos añadir hoy en día contra el imperialismo, el colonialismo y el neo-colonialismo. Y con este rechazo se corta totalmente de una inmensa parte de las masas populares. Y no puedo decir mejor que Gilad Atzmon cuando afirma «En lugar de imponer nuestras creencias a los demás deberíamos mejor aprender a entender en que creen los demás.» Porque si seguimos negándonos a aprender a entender pasaremos el resto de nuestras vidas lamentándonos sobre los sentimientos religiosos de las masas en lugar de juntarnos a ellas en su lucha por la paz, la independencia y la justicia social y económica.
Hablando de la religión es importante añadir que la suerte reservada a la religión musulmana es muy diferente de la que se reserva, aun por la izquierda, a la religión cristiana.. Nunca he percibido ninguna reticencia de parte de la izquierda para solidarizarse con los obispos latinoamericanos de la teología de la liberación en la lucha contra el imperialismo yankee en los años 70 o con el catolicismo declarado de la resistencia irlandesa en lucha contra el imperialismo británico. Nuca escuché a la izquierda criticar a Martin Luther King por sus referencias al evangelio que fueron una poderosa palanca para movilizar a las masas de trabajadores norteamericanos privados de todos los derechos políticos, económicos y sociales en los EEUU de los años sesenta. La diferencia de tratamiento, la desconfianza sistemática hacia los musulmanes, todos sospechados, sin distinción, de querer imponernos la Sharia, no se puede explicar sino por la impronta indeleble del colonialismo en nuestras conciencias. Nunca olvidemos que los comunistas, como los del Partido Comunista Belga, llegaron a valorar los méritos de la colonización comportados con entusiasmo por los misioneros cristianos. Así en 1948, al salir de una resistencia heroica de los partidos comunistas contra el ocupante nazi, podíamos leer en el programa del Partido Comunista de Bélgica para Congo :
a) Realización de una entidad única Bélgica-Congo ;
b) Desarrollo de los intercambios con la colonia y valoración de sus recursos nacionales ;
c) Nacionalización de las riquezas y de los trusts empresarios en Congo ;
d) Desarrollo del colonato blanco, del campesinado y de la artesanía negros ;
e) Extensión progresiva a las poblaciones negras de los derechos y de las libertades democráticas ;
Fue esta clase de educación política de los trabajadores que llevó a la cuasi total ausencia de reacción ante el asesinato de Patrice Lumumba y de Pierre Mulele, como de decenas de dirigentes y militantes africanos antiimperialistas. Pues nuestra “civilización cristiana” es algo civilizada, no es así ? Y no podemos extender los derechos y libertades democráticas a las masas del tercer mudo sino de forma «progresiva», ya que son demasiado bárbaras para hacer un buen uso de ellas.
Es exactamente este tipo de razonamiento político colonial que hace que la izquierda se muerda los dedos hoy en día por haber apoyado unas elecciones democráticas en Palestina. Qué lástima. Debió ser más «progresivo» ya que la mayoría votó a favor de Hamas. Peor aún, la izquierda critica a Occidente por haber «forzado la mano de la OLP para organizar elecciones legislativas en 2006 cuando todo indicaba que Hamas iba a triunfar». Es lo que podemos leer hoy en el sitio del Partido Comunista Francés y del Partido del Trabajo de Bélgica.
Si dejáramos de focalizarnos sobre las convicciones religiosas podríamos quizás «aprender a entender» porque las masas árabes y musulmanas que marchan hoy en día gritan «cero» a un dirigente árabe y musulmán como Mubarak y vitorea el nombre de Chávez, un dirigente latinoamericano y cristiano. No será que la lectura que expresan esas masas no es, en primer lugar, la religión sino la posición ante el imperialismo norteamericano y sionista?
¡Y si la izquierda plantease radicalmente el problema en esos términos, no podría volver a encontrar algo del apoyo popular que hizo su fuerza?
La izquierda y el terrorismo
La segunda causa mayor de parálisis de la izquierda en el combate antiimperialista es la angustia ante la idea de ser asimilada al terrorismo.
El presidente de la Cámara de representantes alemana, Walter Momper, dirigente de la fracción de los verdes, Franziska Eichstädt-Bohlig, un jefe del Linke, Klaus Lederer, y otros más marcharon en Berlín en apoyo a Israel bajo el lema «Alto al terror del Hamas». Hay que saber que la formación alemana de izquierda Die Linke es considerada por muchos como una alternativa creíble y novedosa para la izquierda.
Toda la historia de la colonización y de la descolonización es una historia de tierras robadas por la fuerza militar y reconquistadas por la fuerza. De Argelia a Vietnam, de Cuba a Sudáfrica, de Congo a Palestina, ninguna potencia colonizadora renunció a través de la negociación o del diálogo político a su dominación. Este es también el sentido que Gilad Atzmon acaba de dar la semana pasada a los disparos de cohetes de Hamas : «Esta semana supimos algo mas sobre el arsenal balístico de Hamas. Es obvio que Hamas ha demostrado cierta moderación en relación a Israel desde hace mucho tiempo. Hamas se abstuvo de extender el conflicto al conjunto del Sur de Israel. Me vino a la mente que los vuelos de cohetes que se abatieron esporádicamente sobre Sderot y Ashkelon no eran en realidad nada sino un mensaje de los palestinos encarcelados. Era primero un mensaje a la tierra, a los campos y a los vergeles robados: ’Nuestra tierra adorada, no te hemos olvidado, seguimos combatiendo por ti, volveremos lo antes posible, retornaremos en el punto donde nos detuvimos». Lo que puede entender un judío nacido en el suelo de Israel permanece incomprensible y en todo caso indefendible para la izquierda europea: la necesidad y el derecho de los pueblos a recuperar por la fuerza lo que les fue quitado por la fuerza..
Porque desde el 11 de septiembre 2001, todo uso de la fuerza en la lucha anticolonial y antiimperialista entra en la categoría del «terrorismo» ; ya no cabe la duda al respecto.
Habría que recordar que Hamas fue colocado por los EEUU en la lista de las organizaciones terroristas mucho antes del 11 de septiembre. Fue en 1995. En enero 1995 los EEUU elaboraron la «Specially designated terrorist List (SDT)» en la cual se volvía a encontrar prácticamente a todos los movimientos, partidos y organizaciones del tercer mundo que recurrieron a la lucha armada contra el imperialismo. Pero fue sobre todo después del 11 de septiembre, y con el lanzamiento de la «global war on terror (GWAT)», la guerra global contra el terrorismo, de la administración Bush, que la capitulación de gran parte de la izquierda empezó. El temor de ser catalogado entre los terroristas o de ser considerado como simpatizantes del mismo ya no es solamente política o ideológica, también es práctica. La directiva de la Unión europea sobre la lucha contra las organizaciones terroristas fue traducida en la mayoría de las legislaciones nacionales por un «cortar-pegar» que permite a los tribunales perseguir a un número de militantes de los que se sospecha que puedan apoyar el terrorismo. En Londres, militantes que vendían folletines incluyendo un análisis marxista de Hamas fueron detenidos y sus publicaciones decomisadas. En otros términos, informarse o informar a los demás sobre el programa político o las actividades de Hamas o de Hezbollah se vuelve una empresa ilegal.
Cada uno se ve pues invitado, para vivir en paz, a tomar sus distancias como mínimo y si es posible a condenar sin reservas estas formaciones políticas. En estas condiciones se ve mal como la lucha política entre la izquierda y estas corrientes podría llevarse de forma sana.
Tengo `pues una propuesta muy concreta que hacer: tenemos que lanzar un llamado para sacar a Hamas de la lista de las organizaciones terroristas. Tenemos que oponernos a los actuales intentos europeos de añadir Hezbollah a la lista. Es lo menos que podemos hacer si pretendemos apoyar la resistencia palestina, libanesa y árabe. Es la condición democrática mínima para que un apoyo a la resistencia sea posible y que una confrontación de las corrientes políticas diferentes en el seno de la resistencia al imperialismo se vuelva posible. Es la condición política indispensable para que la izquierda tenga la oportunidad mínima de hacerse escuchar por las masas en lucha contra el imperialismo.
Tengo plena conciencia de que mis convicciones políticas son minoritarias en la izquierda y en particular entre los comunistas europeos. Esto me preocupa profundamente, no tanto por mi propia suerte, pues no soy sino una militante entre otras, sino por el porvenir del ideal comunista que significa abolir la explotación del hombre por el hombre, y desde luego, ineluctablemente, la abolición de la opresión imperialista, colonialista y neo-colonialista.


Traducción : Thierry Deronne

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El Temps sionista


El Temps sionista




Pepe Gutiérrez-Álvarez (Para Kaos en la Red) 2009-02-15 14:26:28


Resulta inquietante que una revista catalanista, situada en el área de la izquierda tripartita, redoble sus alegatos sionistas. Y que estos además vengan de una señora tan respetable como Marta Pessarrodona
No hay que decir lo que El Temps significa para la cultura catalana, y aunque habría mucho que hablar de su vocación de izquierda (lejana y cada vez más adaptada), pero, aún y así, uno no puede por menos que reconocer que representa una tradición, que se trata de la única editada en lengua catalana con caras y ojos, que se pueden leer con interés muchos de sus colaboradores y colaboradores, y sobre todo porque de tanto en tanto hace uno gesto memorable como que el de darle un apoyo inequívoco a la Comisió de la Veritat, y todo ello desde la Baviera española, esa Valencia gobernada por neoliberales corruptos capaces de arrasar territorios enteros.
Cierto que alo tendrá que ver esa izquierda que es como la otra mano de la derecha, discretamente instalada en las instituciones, incapaz de movilizar por las cuestiones más elementales, ni tan siquiera por algo tan clamoroso como el "Guernica" de Gaza, y de ahí también que El Temps puede hacer gala de las mejore relaciones con las autoridades sionistas, y que, invariablemente, de su amplio espacio derechista cubierto por personajes de la estirpe de Pilar Rahola, a la que cedió el monopolio acostumbrado para su diatriba incluso en casos tan ignominioso como el de la acusación de "judeofobia al trabajo…"Els republicans i les republicanes en els camps de concentració nazis. Testimonis i recursos didáctics per a l'ensenyament secundari, escrito por Joan Pagès junto con Montserrat Casas, ambos profesores de DCS de la UAB, libro –insisto- que recopila didácticamente los testimonios republicanos en los campos de exterminio, y que por la gracia de "lobby" sionista ha acabado en los sótanos perdidos del Ayuntamiento barcelonés.
Y todo hay que decirlo: con muy pocas voces con ganas de defender la causa de los republicanos…
Dicho "lobby" no está solamente ubicado en el área convergente. También tiene sus poderosas ramificaciones en el PSC, y de ahí que su principal órgano de expresión, La Vanguardia, aprovechara que el Pisuerga pasa por Valladolid para entrevistar (17-1-09) a uno de sus "barones", José Zaragoza, secretario de organización, primero para explicar que la "sociovergencia" es posible, pero también para que los periodistas dejaran claro que "Usted no estuvo en la manifestación del sábado bajo el lema "Paremos la masacre en Gaza. Boicot a Israel", a lo que el Señor Zaragoza respondió: "En este tema comparto las posiciones de Joan B. Cullá (defensor de las tesis israelitas). A Cullá le amenazan por lo que dice: Lo sé es, inaceptable". La verdad es que no sé de qué amenazan al Sr. Cullá, un antiguo militante del PSUC ahora convertido en un historiador conservador, más anticomunista que cualquier otra cosa. Zaragoza viene a decir que apoya el "derecho" de Israel a defenderse, lo que es lo mismo que afirmar que apoya el terrorismo de Estado y su total impunidad. El señor Zaragoza se tendría que preocupar de Cullá sí este señor fuera un mero palestino de Gaza.
Leyendo estas cosas, uno se pregunta, ¿pero es que no hay dentro de la intelligentzia catalana nadie que hable por las víctimas? Pues para que no, que no la hay, es más que las plumas que escriben en El Temps no parece diferenciarse de la señora Rahola, y la muestra la tuvimos el 3 de febrero con un articulo (Memòria personal de l´exili) la escritora Marta Pessarrodona, con un "curriculum" cultural de primera como "Poetessa i crítica literària", autora de una vasta producción literaria que no he tenido tiempo de cultivar, y de la que únicamente guardo en casa un Homenatge a Walter Benjamin (1988), amén de sus biografías de mujeres radicales y emblemáticas, estoy hablando concretamente de Montserrat Roig: un retrat, Maria Aurèlia Capmany: un retrat i Frederica Montseny: un retrat. Trazos que en mi pequeña configuración, me hacía relacionarla con posiciones políticas y sociales avanzadas, aunque la verdad es que dicha memoria data de los setenta, y que luego mis atenciones han pasado por otros lugares.
Algo ha cambiado, pongo su nombre en el Google, y aparece una entrevista de Marta sobre Doris Lessing, y me encuentro de súbito con unas notas sobre el "comunismo" en la que responde que no se podía decir que fuese comunista porque había denunciado a Stalin en 1962. Deliro cuando además leo que esto entonces no lo hacía casi nadie. Debo de venir de otro planeta, primero porque las denuncias de stalin y desde el estalinismo se dieron ya "en el huevo", y la Marta debe haber oído hablar en familia de un tal Andreu Nin aunque solamente fuese porque tuvo un efímero y tórrido romance con Mercè Rodoreda, o porque influyó en la evolución de Joan Sales al que, según contaba su viuda en El Temps, informó sobre lo que se estaba convirtiendo la URSS. Y en consecuencia debería saber que ser comunista implica ser antiestalinista al igual que ser cristiano significa ser antifranquista, o ser liberal ser antibush…Al menos en el buen sentido de las palabras.
Marta nos recuerda que el aniversario de la ocupación franquista de Barcelona es el 26 de enero, un día antes del día del Holocausto. La entiendo cuando habla de aquel tiempo en el que temía que no se le viera demasiado la estrella de David, no me tiene que convencer que "hace medio siglo, era tan tabú hablar de aquella guerra como del genocidio nazi". Ciertamente, bajo el franquismo la judeofobia formaba parte de las tradicionales que se tanto se exaltaban. En mi infancia, sentí muchas veces la expresión "judiada" como equivalente a una canallada sucia, la empleaba mi santa abuelita que no sabía lo que significaba. Nosotros jugábamos a la cántara, un divertimento infantil que encerraba a las víctimas en un círculo en el suelo, y los que quedaban dentro tenían que escapar a los salivazos de los quedaban fuera. Cuando el salivazo le alcanzaba, entonces los de fuera le "chuleaban": ¡judío, judío, judío¡.
El antisemitismo era una seña de identidad de las tradiciones del régimen, y quizás alguien lo pueda comprobar leyendo la biografía que un joven Pedro Laín Entralgo dedicó a Marcelino Menéndez Pelayo y que estaba en la magnifica colección Austral. No he tenido ocasión de repasar su contenido, pero recuerdo que en sus páginas se exaltaba al ilustre conservador (al final parece que dejó bastante de serlo), al látigo de los heterodoxos, porque ya él había planteado algunas de las ideas que estaban haciendo grande Alemania…
Esta lectura coincidió con mi descubrimiento del holocausto a través del cine, concretamente de dos películas emblemáticas, El diario de Ana Frank, y El juicio de Nüremberg, que aquí se tituló ambiguamente ¿Vencedores o vencidos?. Películas que me dejaron clavados en el asiento, y que me llevaron a la lectura de dos obras sobre la cuestión, de las primeras que llegaron a nuestras librerías: Treblinka, de Jean-François Steiner, y sobre todo, La indagación, de Peter Weiss. En 1966, este sentimiento me llevó a dirigir (sin apenas experiencia teatral) dos capítulos de Terror y miseria en el III Reich, de Brecht, que habían sido editadas por la revista Primer Acto. No fue hasta por entonces que el régimen aflojó un poco la censura, y se pudieron ver películas antinazis, no sin censura. Si echamos un vistazo a algunas producciones cinematográficas "nacional-católicas" como Alba de América, se podrá comprobar el antisemitismo dominante. Marta no olvida aquellas "carracas" con que "picaban en los bancos eclesiásticos, mientras nos predicaban que los judíos eran malísimos, porque habían crucificado a Cristo. La explicación no incluía que Cristo era también judío, claro está".
Peo sí bien es verdad que lo que cuenta Marta va a misa, como lo es que la derecha española se manifestó como negacionista (recuerdo un debate televisivo con ocasión del pase de la serie Holocausto, y la intervención del insigne representante de la "España nacional" Vizcaíno Casas), un discurso que, ¡oh sorpresa¡ ha cambiado radicalmente como ha cambiado el de la Francia antiDreyfus, y ahí está Le Pen, admirando el Estado de Israel. Mata pasa por encima de este cambio como sobra ascuas, y sin mayores análisis desemboca en la "judeofobia occidental que padecemos actualmente", una judeofobia sobre la que no ofrece ninguna precisión, pero que, obviamente, no puede ser la de los gobiernos, de Estados Unidos o de la Unión Europea. No puede referirse a Bush, Berlusconi, Sarkozy o Aznar. Solamente puede referirse a los que se manifiestan contra el "Guernica" de Gaza.
Como una profesional de la política cualquiera, como una émula de Pilar Rahola, la biógrafa de Montserrat Roig y Federica Montseny, dice lamentar "el gran número de muertos palestinos en Gaza", pero indica que los muertos israelitas han sido "silenciados", lo que me recuerda aquel periodista de la Vanguardia que hablando sobre los muertos de la guerra del Vietnam se había olvidado…de los vietnamitas. Lo mismo es uno que mil. Mark Twain escribió en una ocasión, "Malditos judíos, son tan canallas como nosotros", y esa es la clave de la cuestión. Hablar de los asesinos de Cristo, o incluso del Holocausto para legitimar el Estado sionista erigido sobre la expulsión de los "fariseos", me parece obsceno. Primero, porque el Holocausto fue una coproducción europea con el consentimiento del Vaticano y la abierta complicidad de las democracias imperiales. Segundo, porque los palestinos no pusieron ni un grano de arena en su ejecución. Tercero, porque haber sido victima (los que lo fueron, una minoría exigua en la población del actual Israel), no le da derecho a apoderarse de tierras ajenas, y menos a practicar el genocidio.
Marta nos dice que Israel es un "Estado que hace tres años que soporta ataques que, seguramente, no elevaría ninguno de los nuestros, por decirlo así". Olvida que los ataques palestinos son una bagatela comparado con la política de gran potencia en la zona, y olvida que ninguno de nuestros Estados se ha compuesto en base a la ocupación. Nadie imagina que os ocupantes de la Alemania derrotada se hubieran quedado y hubieran echado a los alemanes hacia tierras baldías…Efectivamente, estos judíos pueden ser tan canallas como nosotros.
Marta, la estrella de David la llevan hoy los palestinos. La tuya es la estrella de los privilegios.

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viernes, 20 de junio de 2008

La ley de Bush






La reconstrucción de justicia de América


Fecha publicación: 20/06/2008

Un escándalo de dimensiones políticas internacionales y de graves consecuencias para el gobierno de George W. Bush se produjo cuando Eric Lichtblau, periodista que obtuvo el prestigiado premio Pulitzer en el año 2006 por la publicación en el New York Times de sus reportajes que denunciaron las ilegales e inconstitucionales escuchas e interferencias telefónicas realizadas por la Agencia de Seguridad Nacional, la CIA y otras agencias desde el mes de octubre de 2001, por órdenes secretas y directas de la Administración Bush. Ahora, Lichtblau por medio de la editorial Pantheón ha publicado el libro “La Ley de Bush: La Reestructuración de Justicia de América”, obra en la que narra las peripecias que tuvo que pasar para que se le permitiera publicar sus trabajos en el New York Times primero y después para editar su libro que, el 4 de abril pasado, fue comentado con elevado acierto por el profesor de Derecho de la Universidad G. Washington, Jeffrey Rosen.Los Estados Unidos, durante mucho tiempo y gracias a una eficaz propaganda difundida por las grandes empresas de comunicación social en todo el mundo, han sido considerados, casi siempre, como un paradigma de la democracia occidental, de las libertades públicas y de los derechos humanos, pero desde el 9/11 de 2001, fecha de los “ataques terroristas” -hoy seriamente cuestionados por investigadores y científicos estadounidenses- gracias a la decisión de Bush y de su equipo halcón, la situación de la democracia, libertades y derechos humanos, cambió radicalmente, al expedir la Patriot Act que suprime o condiciona muchos derechos, como la inviolabilidad de correspondencia, el derecho a no ser juzgado por tribunales de excepción, el derecho al debido proceso, el derecho a una justicia oportuna y sin dilaciones, el derecho a libertad de expresión del pensamiento y opinión sin ningún tipo de censura, el derecho del pueblo a la información, el derecho a no ser detenido arbitraria, ilegal e inconstitucionalmente, y peor aún a ser sometido a torturas, tratos crueles y denigrantes o el derecho a la legítima defensa, entre otros derechos, lesionados, disminuidos, negados o sistemáticamente violados por Bush y sus guerreristas.En el año 2004, en vísperas de la elección presidencial, el periodista James Risen en su libro “Estado de Guerra” ya denunció el arbitrario e ilegal programa de la Agencia de Seguridad Nacional para intervenir los teléfonos y escuchar las conversaciones privadas de los propios ciudadanos estadounidenses y, en especial, las comunicaciones con personas naturales o jurídicas del extranjero. James Risen y Eric Lichtblau, se jugaron la vida al conocer y difundir los vericuetos de las múltiples formas de espionaje de la NSA, CIA y demás agencias de inteligencia para invadir la privacidad de los estadounidenses y con mayor razón de extranjeros residentes o visitantes o de ciudadanos de cualquier parte del mundo que, para esas tétricas organizaciones, resulten sospechosos de terrorismo.Lichtblau considera que Estados Unidos vive una etapa difícil, similar a la de la década de los 50, cuando los servicios secretos y de inteligencia, el FBI de Hoover y el Gobierno Federal se dedicaron a perseguir a los “comunistas” conforme con los patrones de conducta establecidos por Mc Carthy. Bush con su equipo integrado por el vicepresidente Cheney, Ashcroft. González, Rumsfeld, Powell, Rice y otros, resucita esa época de negro terror y de inseguridad jurídica, cuando declara la guerra global contra el terrorismo, pretexto para organizar guerras y reestructurar el Pentágono, el Departamento de Justicia, CIA y NSA a fin de que sirvan a los propósitos e intereses económicos y políticos del grupo en el poder.Lichtblau en su calidad de periodista del Times que cubría el Departamento de Justicia y James Risen de Los Angeles Times que cubría los servicios de inteligencia, por separado, en el año 2004, comenzaron a escuchar rumores cada vez más insistentes, sobre las ilegales escuchas e intervenciones telefónicas que efectuaba la NSA a ciudadanos estadounidenses, desde octubre del 2001, fuera de todo control y por encima de la Ley, con el recurrido pretexto de combatir al terrorismo internacional.El autor del libro explica que conocida la historia del ilegal espionaje, hubo una serie de cabildeos en el New York Times para dilucidar si se debía o no publicar el contenido de investigación. La decisión de difundir la historia demoró trece meses, desde octubre o noviembre de 2004 hasta fines de 2005, tanto por el nerviosismo de los editores y responsables del periódico como por la presión que ejerció la Administración Bush para que no se publicara la denuncia. Según Richtblau, las deliberaciones dentro del New York Times encabezadas por Bill Keller fueron angustiosas porque algunos pensaban como Bush y sus secuaces: La publicación de la denuncia de las escuchas telefónicas podían poner en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.El mismo editor Keller y otros directivos del periódico New York Times acompañaron a Richtblau a una serie de reuniones que se realizaron en la Casa Blanca con varias personalidades del Gobierno entre las que se encontraban el abogado de Dick Cheney, Condoleezza Rice, el Consejero de la Casa Blanca Harriet Miers y otras; pero todas con la intencionalidad y el propósito de impedir la publicación de los resultados de la investigación efectuada por Richtblau sobre las famosas “escuchas telefónicas” por la Agencia de Seguridad Nacional, decididas unilateralmente por Bush y sin previa autorización del Departamento de Justicia.Los funcionarios de la Administración Bush insistieron en un argumento central: Si el Times decidía publicar la historia investigada por Richtblau, sin duda se pondría en riesgo la seguridad nacional, pues el daño sería muy grande por lo que las escuchas telefónicas no autorizadas legalmente, debían mantenerse en secreto, pues, además, la publicación podría causar muy graves perjuicios financieros a las compañías telefónicas. Otro de los argumentos de los burócratas de Bush consistía en advertir que si los terroristas conocían el secreto de las escuchas telefónicas dejarían de usar teléfonos y todo el esfuerzo habría sido inútil. El mensaje de la Casa Blanca para el Times y Richtblau era: “Si el New York Times sigue adelante y publica la historia, debemos compartir la culpa del siguiente ataque terrorista”. Insistieron en que el Times tendría las manos manchadas de sangre. Era todo un chantaje, seguramente como un homenaje a la tan cacareada libertad de expresión del pensamiento, liberad de opinión, libertad de prensa y derecho del pueblo a la información.Bush y sus halcones jamás pudieron responder la pregunta: ¿Por qué el New York Times no debe permitir que los ciudadanos estadounidenses sepan que el Presidente de Estados Unidos, George W, Bush había autorizado a la Agencia de Seguridad Nacional a ejecutar un vasto programa de escuchas telefónicas a sus propios conciudadanos, por encima de la Ley Federal, la Constitución Política y sin órdenes judiciales?Finalmente el Times decidió publicar las denuncias investigadas por Richtblau, sólo después de que James Risen publicara, valientemente, la denuncia sobre la violación de los derechos humanos en la Administración Bush, con el justificativo de la guerra contra el terrorismo internacional.Las peripecias que pasó el Times y los obstáculos y temores que tuvo que vencer Eric Lichtblau para publicar sus trabajos sobre la inmoral e ilegal intervención en las conversaciones telefónicas privadas, para difundir las denuncias sobre los variados sistemas de espionaje que usa Bush con la intencionalidad de controlar a la población estadounidense, es sólo un sórdido capítulo del trabajo sucio que ejecutan la Agencia de Seguridad Nacional, la CIA, DEA y demás organismos de inteligencia. Ya existen miles y miles de víctimas estadounidenses de los servicios secretos yanquis y a nivel mundial son millares y centenares de millares las víctimas de la guerra sucia contra el terrorismo internacional: secuestros de ciudadanos por la CIA en cualquier parte del mundo para enterrarlos en cárceles secretas y clandestinas, miles de “prisioneros de guerra” encerrados en cárceles imperiales que son torturados y sometidos a tratos crueles y denigrantes y miles de detenidos sin fórmula de juicio, sin derecho a una justicia sin dilaciones, con total violación a los principios del debido proceso y sin ningún derecho a la defensa.Los pueblos libres y democráticos del mundo corren un inminente peligro con ese tipo de acciones indecentes, inmorales e ilegales practicadas por el imperio durante la Administración Bush.Quito, Junio de 2008Tribunal Dignidad, Soberanía, Paz contra la Guerra

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jueves, 19 de junio de 2008

¿Cambio? ¿Qué cambio?





17-06-2008
Alexander Cockburn
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández



El martes 3 de junio, Barack Obama reclamó el mayor premio que el Partido Demócrata puede ofrecer, a saber, su nominación como candidato a la presidencia. Al siguiente día, el vendedor del “cambio” regresó desde Minnesota a Washington para ponerse públicamente a los pies de una organización cuya principal misión es asegurar que ningún gobierno de EEUU presione nunca al estado de Israel para obligarle a cambiar sus políticas. Los términos de la rendición de Obama explotaron como retóricas bombas de racimo por todo Oriente Medio. Ante Israel y sus vecinos, lo que seguramente significó fue que quienquiera que fuese el que llegara a la Casa Blanca el próximo enero, no habría diferencia alguna con el papel desempeñado por Bush como garante de la intransigencia israelí.
Las conferencias del American Israel Public Affairs Committee (AIPAC) se han convertido en escaparates del peso político de este grupo de presión. La influencia es real. Un político que enoje al Lobby contemplará de inmediato cómo la financiación de su campaña se queda seca y se ve obligado a afrontar toda una serie de desafíos-sorpresa por parte de opositores bien financiados. Retrocediendo hasta septiembre de 1991, nos encontramos con que el Presidente George Bush padre se enfrentó al Lobby señalando que EEUU gastaba casi 1.000$ al año por cada israelí, sugiriendo que eso representaba una extorsión de manos del AIPAC. “Estoy en contra de algunas fuerzas poderosas”, dijo en una conferencia de prensa. “Tenemos hasta 1.000 miembros del lobby trabajando en el Capitolio en el otro aspecto de la cuestión. Y aquí tan sólo un pequeño chico solitario”. Quiso emprender esa particular batalla, pero hay quien señala la consiguiente hostilidad del AIPAC como uno de los factores importantes que al año siguiente contribuyó a su derrota frente Clinton. Si realmente fue así, desde luego que George hijo se aprendió bien la lección.
Mientras congresistas y senadores estadounidenses y sus equipos se arracimaban en los pasillos del centro de convenciones, toda una audiencia de 7.000 funcionarios judíos provenientes de todos los lugares de EEUU no paraban de jalear mientras, uno tras otro, los tres aspirantes se dirigían a la tribuna para hacer las políticamente provechosas declaraciones de lealtad a Israel.
Antes de dar comienzo a su campaña para la nominación, Obama puso especial cuidado en conseguir el apoyo de influyentes judíos estadounidenses de Chicago, como la familia Crown, asociada con la firma aeroespacial General Dynamics.
Como escribí aquí en febrero, hubo un tristemente célebre escándalo durante los años de Kennedy en el que se vio implicado su Secretario de Defensa, Robert McNamara, quien desautorizó cualquier inspección experta y cualquier recomendación de adquisición, insistiendo en que fuera General Dynamics en vez de Boeing quien fabricara el desastroso F-111. Lo que se sospecha es que Henry Crown, de Chicago, hizo alguna llamada para conseguir algún que otro favor por el papel jugado a la hora de decidir en 1960 el voto por JFK en el Condado de Cook, Illinois, ante la furia impotente de una Hillary Clinton adolescente, que era entonces observadora, por Nixon, en el recuento de votos. Crown, de Chicago Sand and Gravel, tenía 300 millones de dólares de la mafia en bonos de General Dynamics, y después del desastre del Convair, General Dynamics necesitaba el F-111 para evitar irse a pique, llevándose así consigo los 300 millones de dólares de la mafia.
Henry Crown pasó ya al gran paraíso venal en el cielo, pero sus descendientes en el clan Crown son devotos contribuyentes de Obama, dándole decenas de miles de dólares, como puede atestiguarse rápidamente echando una ojeada a la página de Internet del Center for Responsive Politics. La familia Crown sigue aún profundamente implicada en los asuntos de General Dynamics. Lester y James Crown han conseguido sendos puestos en la junta de la compañía en años recientes. General Dynamics está muy involucrada con contratistas militares israelíes. En un panfleto de 2003 de la empresa General Dynamic citado por Chicago Indymedia se proclamaba “una alianza estratégica con Aeronautics Defense Systems Ltd.”, una firma israelí con sede en Yavne. Aeronautics Defense Systems Ltd. es la firma que desarrolló el dispositivo de vigilancia aérea Unmanned Multi-Application System (UMASa) que el ejército israelí utiliza para “proporcionar un panorama ‘a vista de pájaro’ en tiempo real de la zona vigilada a los comandantes de combate y a los puestos del mando aéreo”. La historia de Indymedia citaba al entonces Viceprimer Ministro israelí Ehud Olmert declarando que el acuerdo entre General Dynamics y Aeronautics Defense Systems para unir a “ambas compañías de tecnología punta en defensa y seguridad interior” era “la prueba adicional de los beneficios comerciales y tecnológicos que las alianzas entre industrias estadounidenses e israelíes podían producir”. Un ojo en el cielo de Gaza se convierte en un dólar en la “caja de guerra” de Obama.
El 11 de enero de este año, pegado a los talones de un editorial alabando a Obama como Amigo de Israel en el rabiosamente sionista New York Sun, Lester Crow hizo circular una recomendación para la comunidad judía, expresando su impaciencia por “compartir con vosotros mi confianza en que el historial estelar del Senador Barack Obama en relación con Israel me asegura con gran alivio que, como Presidente, será el amigo de Israel que todos queremos ver en los incondicionales de la Casa Blanca para la defensa de la seguridad de Israel y comprometido en ayudar a que Israel consiga la paz con sus vecinos. Pocas figuras públicas inspiran tanta esperanza y optimismo como Barack Obama. Por favor, pasen este mensaje a todos aquellos que puedan estar interesados”.
Preocupado por los rumores avivados por la campaña de Clinton de que seguía siendo musulmán en secreto, Obama insistió en que antes de las primarias del 22 de abril en Pensilvania, un estado con un voto judío políticamente significativo, su campaña abrió un blog en lengua judía en Israel.
Por eso, Obama llegó este año a la conferencia del AIPAC determinado a eliminar todas las dudas que pudieran quedar de que él es Amigo de Israel. “Utilizaremos todos los elementos del poder estadounidense para presionar a Irán”, aseguró al AIPAC. “Haré todo lo que esté en mi poder para impedir que Irán consiga armas nucleares. Todo lo que esté en mi poder. Y con todo, quiero decir todo”. Juró que no hablaría con Hamas, los representantes elegidos del pueblo palestino. Ante el estruendoso aplauso, declaró: “Jerusalén permanecerá como la capital indivisa de Israel”.
Como Uri Avnery, el veterano escritor y activista por la paz israelí protestó furiosamente a raíz de esa última sentencia:
“Ahora llega Obama y recupera del basurero el gastado lema de ‘una Jerusalén indivisa como capital de Israel para toda la eternidad’. Desde Camp David, todos los gobiernos israelíes han comprendido que ese mantra constituye un obstáculo insuperable para cualquier proceso de paz. Por eso ha desaparecido –sigilosamente, casi en secreto- del arsenal de consignas oficiales. Ningún palestino, ningún árabe, ningún musulmán hará jamás la paz con Israel si el complejo de Haram-al-Sharif (también llamado Monte del Templo), uno de los tres lugares santos del Islam y uno de los más destacados símbolos del nacionalismo palestino, no se transfiere a soberanía palestina. Ese es uno de los meollos del conflicto. Por esa misma cuestión, se puso fin a la conferencia de Camp David de 2000”.
Los asesores de política exterior de Obama se desgarraron las vestiduras y al siguiente día su campaña emitió una aclaración: “Jerusalén es una cuestión del estatuto final, lo que significa que tiene que ser negociada entre las dos partes” como parte de “un acuerdo con el que ambas puedan vivir”. Más o menos es lo mismo, insistían en que Jerusalén, a los ojos de Obama, debe ser la capital de Israel.
El talento que salta a la vista de Obama es su capacidad para adaptar su retórica con una velocidad inquietante para despejar cualquier sospecha que pueda surgir entre los poderosos asegurándoles que, aunque pueda parecer que se sale de madre, no deben preocuparse. Al principio de su campaña fue criticado por no llevar la bandera estadounidense en un alfiler en la solapa. En la conferencia del AIPAC llevaba un alfiler doble con las banderas estadounidense e israelí. ¿Hay un “Obama verdadero” esperando aparecer, una vez que haya superado el turbio negocio de agradar a los votantes? Realmente no. La fabricación del “auténtico” Obama es un proyecto en curso, y el AIPAC es un evaluador importante de la evolución de “cambio”.
Aunque la humillación de Obama tuvo amplia cobertura por todo el Oriente Medio, la prensa aquí, desde el New York Times al “Democracy Now” de Amy Goodman (véase el artículo de Mumhammad Idrees de la pasada semana) guardaron silencio. Fue evidentemente considerado como un regalo, indigno de un comentario editorial, que un hombre que podía muy bien ser el próximo presidente, estuviera desactivando la política de “cambio” precisamente cuando más necesaria era a instancias de los hombres que Jon Stewart ridiculizó en su show con tono de voz crispado llamándolos “los sabios de Sion”. Stewart disparó algunos comentarios bastante mordaces sobre el AIPAC, para mi sorpresa, porque no soy precisamente un gran fan suyo, después de comprobar que se ha convertido en un programa de culto, a la mayor gloria de Stewart, de manera muy parecida a los devotos de “Democracy Now” y de Goodman, quienes esperan sus emisiones como si fueran una variante más de una experiencia religiosa.
El secuestro al pueblo estadounidense de las noticias importantes del mundo es una de las tareas principales de la prensa aquí. Hace un par de semanas, Patrick Cockburn escribió dos importantes primicias [*], en las que perfilaba los términos precisos del “acuerdo” secreto que EEUU está intentando hacer tragar con embudo a los iraquíes sobre las bases militares permanentes. Constituía una inmensa historia política de Oriente Medio, especialmente de Iraq. Los medios europeos le dieron cobertura. Encontré un relato detallado en las primicias de Patrick, con comentarios inteligentes, sobre el papel dirigente de la Santísima Trinidad. Pero no encontré nada aquí en casa. Ni en el New York Times, ni en el Washington Post, ni en las cadenas de radio y televisión. El 12 de junio, Goodman y Gonzalez le hicieron una útil entrevista a Patrick en “Democracy Now”. Y el viernes 13 de junio, CSPAN tuvo a Patrick en su programa Washington Journal y los televidentes supieron lo que su gobierno está tramando.
Furia asiática hacia Laura Bush
De las Primeras Damas se espera que cojan un problema y lo hagan suyo. Ladybird Johnson trabajó duro para hacer más bellos los EEUU. Nancy Reagan dijo NO a las drogas. Laura Bush ha metido a Myanmar, también conocida como Birmania, en su corazón. Pero ahora está tratando de meter la pata allí.
A raíz del terrible ciclón, la Primera Dama dijo que los EEUU considerarían el envío de ayuda a Birmania sólo si la junta militar birmana aceptaba la llegada de un equipo estadounidense de respuesta ante el desastre para asesorar sobre el alcance de la devastación causa por el ciclón Nargis. Muchos en la región creen que el principal papel de tal equipo sería preparar a la opinión internacional para una “intervención humanitaria”. “Las exigencias políticas de la primera dama estadounidense fueron inadecuadas” dijo Aung Naing Oo, un analista político birmano exiliado. “En estos momentos en que las personas están muriendo y sufriendo tanto, si EEUU quiere realmente ayudar, puede hacerlo sin formular exigencias políticas”.
La cínica forma estadounidense de respuesta ante el ciclón asesino y el resentimiento que esto ha causado es objeto del fascinante informe en la nueva edición de nuestro boletín.
N. de la T.:
[*] Véase en Rebelión la traducción de los dos artículos de P. Cockburn referidos:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68481

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68619
Fuente: http://www.counterpunch.org/cockburn06132008.html
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lunes, 16 de junio de 2008

Jugando con dinero ajeno




Los tahúres de Wall Street

Ralph Nader
CounterPunch
16-06-2008
Traducido para Rebelión por S. Seguí


Las Vegas está ya demodé. Los grandes tahúres se encuentran en Wall Street y están jugando con dinero ajeno: el de usted, lector; el de su pensión; el de sus medios de vida.
A diferencia de los casinos de Las Vegas, se supone que los grandes bancos de inversiones, bancos comerciales y grandes firmas de corretaje bursátil de Wall Street tienen una relación fiduciaria con el dinero de los demás. Se supone que son depositarios del dinero que usted ha puesto confiadamente en sus manos, y que deben avisarle cuando realicen inversiones arriesgadas.
Pero a medida que Washington DC se ha ido convirtiendo, cada vez más, en territorio ocupado por las corporaciones, los chicos de Wall Street han ido corriendo riesgos cada vez mayores con el dinero ajeno. A medida que aumentan los ciclos de quiebra de los que son responsables, aumentan también los emolumentos que los directivos se atribuyen, aprovechando unos consejos de administración donde sus decisiones se aprueban sin debate.
Con cada ciclo de quiebras, crece la carga de los rescates que realiza el Gobierno, lo que significa deuda, déficits y dinero para el contribuyente. El cierre de Savings and Loans, a finales de los ochenta, con un coste de más de 500.000 millones de dólares –antes de la amortización de los instrumentos de rescate– parece de poca importancia en comparación con lo que está sucediendo hoy.
¿Por qué nunca aprenden, estos jefazos financieros? Porque nunca tienen que pagar sus apuestas. A veces tienen que dejar sus puestos –como sucedió recientemente con los presidentes-directores generales de Merril Lynch y Citigroup–, pero salen de los restos del naufragio cargados con el oro de las compensaciones y las indemnizaciones por despido. Una parte de ese dinero es claramente el tributo que pagan por su silencio los colegas que siguen en sus cargos.
Y en éstas llega el último capítulo de esta desastrosa gestión empresarial, a cargo del venerable banco de inversiones de Wall Street Lehman Brothers. Con unas acciones en caída libre debida a una especuladora asunción de riesgos con dinero ajeno junto a unas remuneraciones corporativas enormes, las miradas de los empleados de Lehman Brothers se vuelven ahora hacia su jefe, Richard S. Fuld. Durante mucho tiempo, éste y sus colegas ejecutivos derrochaban confianza en su capacidad de gestión de sus peligrosos instrumentos financieros, en comparación con sus timoratos competidores.
Esta semana se ha hecho patente que el emperador Lehman está desnudo. Fuld informó de unas desastrosas pérdidas de 2.800 millones de dólares en el segundo trimestre, con lo que se superan las más negativas predicciones. Hasta los fondos de inversión con los que Lehman solía atemperar sus pérdidas en las inversiones en materia de hipotecas se vinieron abajo, contribuyendo a las pérdidas.
Apenas el pasado abril, Fuld anunciaba que en su opinión “lo peor había ya pasado” en los mercados financieros. Por este tipo de gestión, Fuld recibió el año pasado 40 millones de dólares, es decir casi un millón por semana, sin contar las vacaciones.
Los chicos de Wall Street, como buenos charlatanes, inventan términos y frases con que vestir sus prácticas de megatahures. Por ejemplo, afirman que intentan evitar una crisis de confianza cuando estos supuestos capitalistas se dirigen al Estado para pedir un rescate socializante. Lo que sólo contribuye a incrementar el riesgo moral –otro eufemismo– y prepara la jugada para otra ronda de irresponsables gigantes de Wall Street que entran dentro de la categoría de demasiado-grandes-para-dejarlos-caer. Uno de los más agudos analistas de Wall Street, Henry Kaufman, considera que este fenómeno del demasiado-grandes-para-dejarlos-caer socava la disciplina de mercado y fomenta que las empresas más pequeñas se fusionen con las mayores, a fin de aprovecharse también ellas de los criterios de rescate vigentes en Washington.
En un artículo del Wall Street Journal, el pasado mes de agosto, Kaufman pasaba revista con perspicacia al crecimiento de instrumentos financieros cada vez más complejos y abstractos, ajenos a cualquier fundamento empírico en la economía, acelerados a su vez por la centelleante rapidez de las transacciones computerizadas. En dicho artículo, pedía una mayor supervisión de las instituciones y mercados financieros.
Hubo un tiempo en que la supervisión tenía el nombre de regulaciones federales. Con cualquiera de sus nombres, Kaufman es pesimista. “En los mercados de hoy día, no hay apenas voces claras que pidan estas medidas. Al contrario, los mercados están contra ellas, y los políticos demuestran escaso interés, a veces ninguno. Por su parte, los bancos centrales –es decir, la Reserva Federal– no tienen una visión clara de cómo proceder en aras de una supervisión financiera más efectiva.”
Aunque revestido de un lenguaje amable y no normativo, se trata de un grave diagnóstico de la intransigencia corporativa y la parálisis regulativa. Desde agosto de 2007, la situación ha empeorado y los chicos de Wall Street han seguido produciendo grandes e incluso mayores pérdidas, además de falsas evaluaciones de activos.
Hace unas semanas, el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volker leyó una conferencia en Nueva York en la que mostraba parecidas preocupaciones y exigencias de supervisión, en la línea de lo pedido por Kaufman, aunque siempre en su propio e inimitable estilo.
Otros astutos ex chicos de Wall Street, como el ex presidente del SEC Arthur Levitt y William Donaldson, han dado la voz de alarma en relación con los mercados de acciones y derivados. Antes que ninguna otra, sonó la cauta e informada voz de John Bogle, pionero de la indexación del mercado de valores y creador del Vanguard Fund. Véase al respecto su nuevo libro The Little Book of Common Sense Investing: The Only Way to Guarantee Your Fair Share of Stock Market Returns (Pequeño manual para una inversión sensata: la única manera de conseguir una parte justa de las ganancias del mercado de valores).
Sin embargo, Washington sigue sin moverse y sin tomar medidas reguladoras, ni siquiera en beneficio de los consumidores como sería la regulación del New York Mercantile Exchange (NYMEX), donde una especulación rampante –no la oferta y la demanda– decide cuánto tiene usted que pagar por la gasolina y el combustible de calefacción.
Con unos políticos que deambulan como sonámbulos por Washington, mientras sus bolsillos rebosan de dinero de Wall Street, ¿no es ya hora de que el pueblo estadounidense despierte cívica y políticamente? Actúen antes de que el sector financiero, utilizando el dinero de todos ustedes, se haga añicos bajo el peso de su propia y desmesurada codicia, y su mala gestión suicida.
Para empezar, comiencen a exigir más a sus políticos, ¡mucho más!
* * *
Ralph Nader es candidato independiente a la Presidencia de Estados Unidos.
http://www.counterpunch.com/nader06112008.html
S. Seguí pertenece a los colectivos de Rebelión y Cubadebate.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar el nombre del autor y el del traductor, y la fuente.


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El think tank secreto Bilderberg y su relación con el candidato Barack Obama




Andrew G. Marshall
Global Research
16-06-2008
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Antecedentes sobre Bilderberg
El domingo 8 de junio de 2008, marcó el último día de la reunión anual de este año de Bilderberg, que tuvo lugar en Chantilly, Virginia, EE.UU. Los Amigos Estadounidenses de Bilderberg, un grupo de fachada estadounidense que organiza la lista de participantes estadounidenses para la conferencia anual Bilderberg, publicaron un raro comunicado de prensa este año. Declaró que: “La Conferencia tratará sobre todo de un mundo libre de armas nucleares, del ciberterrorismo, África, Rusia, finanzas, proteccionismo, relaciones EE.UU.-UE, Afganistán y Pakistán, Islam e Irán. Asistirán aproximadamente 140 participantes.” [1]
Bilderberg, que se ha estado reuniendo anualmente desde 1954, es un ‘think-tank’ internacional extremadamente secreto y, hay quien dice, un grupo de formulación de políticas compuesto de representantes de Norteamérica y Europa Occidental, que fue fundado por Joseph Retinger, el príncipe Bernardo de Holanda, y el primer ministro belga Paul Van Zeeland. El Comité Directivo Bilderberg, compuesto de unas 30 personas (sin que haya disponible una lista oficial), “decidió que invitaría cada año a 100 de las personas más poderosas en Europa y Norteamérica para reunirse tras puertas cerradas en un centro de vacaciones diferente de cinco estrellas. El grupo enfatiza el secreto: Lo que se dice en una conferencia Bilderberg queda dentro de una conferencia Bilderberg.” [2]
Usualmente, la Conferencia Bilderberg es realizada en Europa durante tres años seguidos, y en el cuarto año hay una reunión en Norteamérica. Sin embargo, la reunión previa norteamericana tuvo lugar en 2006 en Ottawa, Canadá. ¿Por qué entonces rompieron con la tradición para realizar este año la conferencia en Norteamérica? La especulación abunda sobre una discusión de un posible ataque contra Irán, la crisis global financiera centrada en EE.UU., así como las actuales elecciones presidenciales en EE.UU.
Primera reunión de los Bilderberg en 1954
Bilderberg ha sido desde hace tiempo un importante foro para políticos jóvenes y prometedores de naciones occidentales para que sean introducidos a la elite financiera global; los jefes de las principales corporaciones multinacionales, bancos internacionales, instituciones financieras mundiales, organismos, órganos de gobierno globales, ‘think-tanks’, e individuos poderosos como David Rockefeller y varios monarcas europeos, incluyendo a la reina Beatriz de Holanda, hija del miembro fundador, príncipe Bernardo, así como la reina Sofía y el rey Juan Carlos de España.
Según The Globe and Mail, primeros ministros canadienses han, en el pasado, (a menudo antes de llegar a ser primeros ministros), asistido a una Conferencia Bilderbeg, incluyendo a Pierre Trudeau, Jean Chretien, Paul Martin y Stephen Harper. [3] Tony Blair asistió a Bilderberg antes de llegar a ser primer ministro, [4] así como el actual primer ministro británico, Gordon Brown, quien también pidió recientemente que se estableciera un “nuevo orden mundial.” [5]
Es interesante, como informó el Washington Post, que Vernon E. Jordon, un poderoso ejecutivo estadounidense, quien participa en varios consejos de administración corporativos, entre ellos American Express, Xerox, J.C. Penney, Dow Jones, y Sara Lee, para nombrar unos pocos, también sea un amigo muy cercano del ex presidente Bill Clinton. Sin embargo, “fue Jordon, quien introdujo primero al entonces gobernador Clinton a los líderes mundiales en su anual reunión de Bilderberg en Alemania en 1991. Muchos gobernantes tratan de llegar a esa escena; sólo Clinton fue tomado en serio en esa reunión, porque Vernon dijo que estaba bien.” [6] Subsiguientemente Clinton llegó a presidente.
Barack y Bilderberg
Recientemente ha habido mucha discusión sobre que Barack Obama posiblemente había participado en la reciente conferencia Bilderberg en Virginia. Esta especulación comenzó cuando Barack Obama y Hillary Clinton se escabulleron a una reunión reservada mientras estaban en Virginia. Como informó Associated Press: “Reporteros que viajaban con Obama sintieron que algo podría estar sucediendo entre la pareja cuando llegaron al Aeropuerto Internacional Dulles después de un evento en Virginia del Norte y Obama no estuvo a bordo del avión. En aquel entonces, cuando le preguntaron por el paradero del senador por Illinois, Gibbs [Robert, portavoz de Obama] sonrió y se negó a comentar.” [7]
Los periodistas que viajaban con Obama no se percataron de la reunión secreta hasta que el avión en el que suponían estaría presente Obama se iba moviendo por la pista de despegue, provocando muchas preguntas contrariadas de la prensa al portavoz de Obama, Robert Gibbs. Un periodista preguntó a Gibbs: “¿Por qué no nos informaron sobre esa reunión hasta que estuvimos en el avión, las puertas estaban cerradas y el avión estaba a punto de deslizarse por la pista para despegar?” a lo que él respondió: “El senador Obama tuvo el deseo de tener algunas reuniones, otros tuvieron el deseo de reunirse esta noche con él en privado y es lo que estamos haciendo.” Esto precedió a otra pregunta: “¿Hay más de una reunión, hay más de una persona con quien se reúne?” Gibbs simplemente respondió: “No voy a entrar en todos los detalles de la reunión.” Más tarde volvió a repetirlo: “Hubo el deseo de hacer algunas reuniones esta noche, él estaba interesado en hacerlas, otros estaban interesados en hacerlas, y hacerlas de un modo que era privado.” [8]
El viernes 6 de junio, se informó que el rastreador de Bilderberg, Jim Tucker, “llamó hoy a la oficina de Obama para preguntar si había asistido a Bilderberg. Una portavoz de la campaña se negó a discutir el tema, pero no desmintió que Obama haya asistido a Bilderberg.” [9]
Bilderberg escogerá al vicepresidente de Obama
Como informó Financial Times en mayo de este año, Barack Obama nombró a James A. Johnson, el ex presidente de Fannie Mae, “para que dirija un comité secreto para preparar una preselección para su postulante vicepresidencial.” Una preselección fue discutida en el artículo, que enumeraba, aparte de Hillary Clinton, "a Jim Webb, el ex secretario de la armada, veterano de Vietnam y senador por Virginia; Tim Kaine, gobernador de Virginia, John Edwards, ex candidato presidencial en 2004; Ted Strickland, gobernador de Ohio; y Kathleen Sebelius, gobernadora de Kansas." Otros potenciales postulantes incluyen a: "Sam Nunn, ex presidente del comité de servicios armados del Senado; y Wesley Clark, ex jefe de la OTAN en Europa.” [10]
James A. Johnson, el hombre al que Obama pidió que escogiera su candidato a vicepresidente, hizo lo mismo para John Kerry en 2004, y seleccionó a John Edwards. Como informó el New York Times: “Varias personas indicaron que la oculta y exclusiva conferencia Bilderberg de unas 120 personas que este año atrajo a gente como Henry A. Kissinger, Melinda Gates y Richard A. Perle a Stresa, Italia, a comienzos de junio, como ayuda para que [Edwards] conquistara el corazón del señor Kerry. Edwards habló tan bien en un debate con el republicano Ralph Reed sobre política estadounidense que los participantes rompieron las reglas de Bilderberg para aplaudir antes del fin de la sesión.” El Times informó además que: “Su presentación en Bilderberg fue importante,” dijo un amigo del señor Kerry que estuvo allí. “Informó directamente a Kerry. Hubo otros informes sobre su presentación. Hayan sido directos o indirectos, no me cabe duda de que al señor Kerry le llegó la información de lo bien que lo hizo.” [11]
James A. Johnson, vicepresidente de Perseus, una firma de banca de inversiones, es también director de Goldman Sachs, Forestar Real Estate Group, Inc., KB Home, Target Corporation y UnitedHealth Group Inc., también es miembro de los Amigos Estadounidenses de Bilderberg, del Consejo de Relaciones Exteriores [CFR por sus siglas en inglés], de la Comisión Trilateral y es fideicomisario honorario de la Brookings. [12] Es probable que el candidato a vicepresidente de Obama sea escogido por Johnson en la Conferencia Bilderberg de este año.
Entre los invitados a Bilderberg de este año se destaca la gobernadora de Kansas, Kathleen Sebelius, quien según informó el Financial Times estaba en la preselección de postulantes de Johnson. De hecho, Sebelius es la única persona mencionada como posible postulante vicepresidencial en el artículo del Financial Times que fue oficialmente mencionada en la lista de participantes de Bilderberg. [13] ¿Podría ser una señal de que ella pueda ser la elegida? El tiempo lo dirá. Sin embargo, otro político demócrata presente en la reunión fue Tom Daschle, así que tal vez esté abriéndose camino para volver a la política.
No olvidéis a McCain
El que la popularidad de Obama eclipse la de McCain no es razón suficiente para ignorar al otro candidato. Después de todo, la elite nunca ignora a ambos candidatos y, de hecho, se asegura de tener a ambos bien metidos en sus bolsillos traseros. Entre los invitados a la reunión Bilderberg de este año, estaban el gobernador republicano de Carolina del Sur, Mark Sanford, así como la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, [14] la que sería una hábil selección de McCain, que se enfrenta al primer candidato presidencial negro.
McCain también ha recibido apoyo de los ex Secretarios de Estado, Henry Kissinger, del general Alexander Haig, Lawrence Eagleburger y George P. Shultz. [15] No son personas sin influencia, ya que Henry Kissinger y George Shultz también estuvieron presentes en la reunión de este año. [16] También es interesante señalar que George P. Shultz “se asoció temprano con la presidencia de Bush, al introducir al gobernador de Texas a Condoleezza Rice en la Hoover Institution en 1998." ¿Podría ser que Condi esté siendo preparada para un puesto más elevado, o está simplemente en la reunión para discusiones de política exterior?
También importa señalar, que McCain tuvo una reunión de recolección de fondos para su campaña, que fue realizada “por amable permiso de Lord Rothschild OM GBE [Orden del Mérito y Caballero de la Gran Cruz del Imperio Británico] y el Honorable Nathaniel Rothschild.” Como informó Washington Post: “Entradas para el evento sólo por invitación cuestan entre 1.000 y 2.300 dólares.” [18] El Post informó posteriormente: “Auxiliares se negaron a hablar sobre el evento de recolección de fondos, o a decir cuánto dinero fue reunido, y McCain salió corriendo bajo la lluvia lejos de los periodistas después de salir. Un invitado dijo que hubo unas 100 personas en el almuerzo. Si todos dieron el máximo, el evento habría recolectado unos 230.000 dólares para la campaña.” [19]
NOTAS
1 Comunicado de Prensa, Bilderberg Announces 2008 Conference. Yahoo Finance: 5 de junio de 2008:
http://biz.yahoo.com/bw/080605/20080605006246.html?.v=1
2 CBC News Online, Informal forum or global conspiracy? CBC News: 13 de junio de 2006:
http://www.cbc.ca/news/background/bilderberg-group/
3 Alexander Panetta, Secretive, powerful Bilderberg group meets near Ottawa. The Globe and Mail: 8 de junio de 2006: http://www.theglobeandmail.com/servlet/story/RTGAM.20060608.wbilder0608/BNStory/National/home
4 WND, Bilderbergers set to meet in D.C. World Net Daily: 4 de junio de 2008:
http://www.wnd.com/index.php?fa=PAGE.view&pageId=66198\
5Steve Watson, So Who Is Gordon Brown? Infowars.net: 17 de mayo de 2007:
http://www.infowars.net/articles/may2007/170507_Gordon_Brown.htm
6 Marc Fisher, Jordan Is Comfortable With Power. And With Himself. The Washington Post: 27 de enero de 1998:
http://www.washingtonpost.com/wp-srv/politics/special/clinton/stories/jordan012798.htm
7 AP, Obama and Clinton meet, discuss uniting Democrats. The Associated Press: 6 de junio de 2008:
http://ap.google.com/article/ALeqM5g-qGLDs-gAnZiUXD2NU51ry3j3dwD914B1O00
8 Steve Watson, Press Let Rip At Obama Spokesman Over Exclusion From Secret Meeting. Infowars.net: 6 de junio de 2008: http://infowars.net/articles/june2008/060608Exclusion.htm
9 Paul Joseph Watson, Obama’s Office Won’t Deny Senator Attended Bilderberg. Prison Planet: 6 de junio de 2008:
http://www.infowars.com/?p=2572
10 Edward Luce, Running mate speculation gathers pace. The Financial Times: 23 de mayo de 2008:
http://us.ft.com/ftgateway/superpage.ft?news_id=fto052320080508021175&page=2
11 Jodi Wilgoren, THE 2004 ELECTION: THE PROCESS. New York Times: 7 de julio de 2004:
http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9F0CE0D9143BF934A35754C0A9629C8B63&sec=&spon=&pagewanted=2
12 Goldman Sachs, About Us: Board of Directors: James A. Jonhson.
http://www2.goldmansachs.com/our-firm/about-us/leadership/board-of-directors.html#JamesA.Johnson
13 AFP, BILDERBERG 2008 ATTENDEE LIST. American Free Press: 2008:
http://www.americanfreepress.net/html/bilderberg_list_2008.html
14 AFP, BILDERBERG 2008 ATTENDEE LIST. American Free Press: 2008:
http://www.americanfreepress.net/html/bilderberg_list_2008.html
15 Klaus Marre, McCain gets support from former secretaries of state. The Hill: 10 de abril de 2007:
http://thehill.com/campaign-2008/mccain-gets-support-from-former-secretaries-of-state-2007-04-10.html
16 AFP, BILDERBERG 2008 ATTENDEE LIST. American Free Press: 2008: http://www.americanfreepress.net/html/bilderberg_list_2008.html
17 Daniel Henninger, Father of the Bush Doctrine. The Wall Street Journal: 29 de abril de 2006:
http://www.opinionjournal.com/editorial/feature.html?id=110008308
18 Matthew Mosk, Senator's Supporters Are Invited to Lunch With a Lord. The Washington Post: 15 de marzo de 2008: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2008/03/14/AR2008031403897.html
19 Michael D. Sheer, Americans Dash Through Rain to McCain's London Fundraiser. The Washington Post: http://blog.washingtonpost.com/the-trail/2008/03/20/americans_dash_through_rain_to.html
Andrew G. Marshall contribuyó a romper el consenso del Cambio Climático en un celebrado artículo en 2006 intitulado “Global Warming A Convenient Lie,” en el que cuestionó los resultados subyacentes al documental de Al Gore. Según Marshall ‘en cuanto la gente comienza a señalar que “el debate se acabó,” cuidado, porque la base fundamental de todas las ciencias es que el debate nunca se acaba’ Andrew Marshall también ha escrito sobre la militarización de África Central, temas de seguridad nacional y el proceso de integración de Norteamérica. También colabora con GeopoliticalMonitor.com
Actualmente es investigador en el Centro para la Investigación sobre la Globalización (CRG) en Montreal y estudia ciencias políticas e historia en la Universidad Simon Fraser, British Columbia.
© Copyright Andrew G. Marshall, Global Research, 2008
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=9270

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