miércoles, 28 de abril de 2010

Carta a Elie Wiesel: Su Jerusalén contra la Jerusalén real


28-04-2010
Jerusalén Justa
CounterPunch
Traducido para Rebelión por LB


Más de un centenar de activistas del movimiento Sheikh Jarrah han publicado una carta abierta a Elie Wiesel en respuesta a la carta que éste publicó la semana pasada en varios diarios estadounidenses. Éste es el texto completo de la carta:
Estimado Sr. Wiesel,

Nos dirigimos a usted desde Jerusalén para expresarle nuestra frustración, rayana en la indignación, por la carta que ha publicado recientemente sobre Jerusalén. Somos judíos de Jerusalén, habitantes por elección de una ciudad maltratada, usada y abusada, saqueada una y otra vez, primero por conquistadores extranjeros y ahora por sus propios políticos. Somos incapaces de reconocer nuestra ciudad en la abstracción sentimental que usted denomina con ese nombre.

Nuestra Jerusalén es concreta, sus colinas están cubiertas de casas de piedra caliza y pinos, sus calles llenas de sinagogas, mezquitas e iglesias. Su Jerusalén es un ideal, un objeto de oraciones y un reposorio de la memoria colectiva de un pueblo cuyos miembros portan en realidad muchas memorias individuales. Nuestra Jerusalén la habitan personas —jóvenes y mayores, hombres y mujeres— que desean que su ciudad sea un símbolo de dignidad, no un emblema de arrogancia, desigualdad y discriminación. Usted habla de la Jerusalén celestial, nosotros vivimos en la terrenal.

Hace ya más de una generación que la ciudad terrenal a la que llamamos nuestro hogar se desmorona bajo el peso de su propia idealización. Su carta nos inquieta, no sólo porque está repleta de datos erróneos y falsas representaciones, sino porque preconiza una adhesión a una ciudad ultraterrena que pretende suplantar los intereses de las personas que viven en la ciudad terrenal. Dice usted que para todo judío una visita a Jerusalén es un regreso a casa; sin embargo, es nuestro compromiso el que hace que su regreso sea posible. Preferimos los rigores que entraña obrar la ciudadanía en esta ciudad a la comodidad de simplemente anhelarla.

En efecto, su afirmación de que Jerusalén está por encima de la política es doblemente escandalosa. En primer lugar, porque la Jerusalén contemporánea fue creada en virtud de una decisión política y porque solo la política la mantiene formalmente unificada. Las tortuosas lindes municipales de la Jerusalén actual fueron trazadas por generales y políticos israelíes poco después de la guerra de 1967. Fingiendo unificar una ciudad antigua, crearon un monstruo inmanejable, rodeando decenas de aldeas palestinas que nunca fueron parte de Jerusalén. Extendiéndose desde las afueras de Ramallah en el norte hasta los límites de Belén en el sur, la Jerusalén que el gobierno israelí maquinó neciamente es más grande que París. Su centro histórico, ese nexo de recuerdos y de significados religiosos a menudo denominado como "la cuenca sagrada", ocupa apenas el 1% de su superficie. Ahora le llaman ‘Jerusalén’ a esta fabricación artificial para evitar cualquier posibilidad de aproximación a la paz.

En segundo lugar, su intento de mantener a Jerusalén por encima de la política significa despojarnos a nosotros de futuro, pues estar por encima de la política significa estar desprovisto de la facultad de dar forma a la realidad de la vida de cada individuo. Como auténticos jerusalemitas que somos, no podemos permanecer impasibles viendo cómo nuestra amada ciudad, algunas de cuyas partes permanecen totalmente descuidadas, está siendo utilizada como trampolín por políticos taimados y populistas sentimentales que proclaman que Jerusalén está por encima de la política y de la negociación mientras que se afanan como posesos a "judaizar" Jerusalén Oriental para transformar su geopolítica hasta hacerla irreconocible.

Le invitamos a que venga a nuestra ciudad para ver con sus propios ojos los efectos catastróficos del frenesí constructivo. Será testigo de que, contrariamente a lo que afirman algunos informes de prensa, a los árabes no se les permite construir sus casas en cualquier parte de Jerusalén. Descubrirá la gran desigualdad existente en la asignación de recursos y servicios municipales entre el Este y el Oeste de la ciudad. Lo llevaremos a Sheikh Jarrah, donde las familias palestinas están siendo expulsadas de sus casas para hacer sitio a un nuevo barrio judío, y a Silwan, donde decenas de casas se enfrentan a la demolición por la negativa de la municipalidad de Jerusalén a emitir permisos de construcción para los palestinos.

Nosotros, el pueblo de Jerusalén, no podemos seguir siendo sacrificados en interés de las fantasías de esos que aman nuestra ciudad desde lejos. Esta Jerusalén terrenal debe ser compartida por gente de las dos naciones que residen en ella. Sólo una ciudad compartida estará a la altura de la visión del profeta: "Sión será rescatada por la justicia". Tal como cantamos semanalmente en nuestras vigilias en Sheikh Jarrah: "¡Nada puede ser santo en una ciudad ocupada!"

Respetuosamente, Activistas de JERUSALÉN JUSTA (Sheikh Jarrah)

Fuente: http://www.counterpunch.org/just04262010.html

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