domingo, 20 de diciembre de 2009

El refugio dorado y la lenta caída del dólar


CHINA, EL ALBA, LAS POTENCIAS EUROPEAS Y LAS EMERGENTES DISCUTEN LA HEGEMONÍA DE LA DIVISA ESTADOUNIDENSE

Los analistas consideran que varios países se posicionan para asaltar la hegemonía del dólar. El oro puede ser un puente si se produce la anunciada guerra de divisas en 2010.
Pablo Elorduy, RedacciónMartes 15 de diciembre de 2009.

Ilustración: Iván Solbes

El Black Friday en Estados Unidos es el día de las compras. Mientras el consumo daba un respiro a EE UU durante esas 24 horas, los más pudientes compraban oro. En 2002 la onza de este metal costaba 300 dólares; hoy supera los 1.217 dólares.

“Cualquier inversionista entiende que el oro es mucho mejor que comprar acciones de IBM”, exponía el experto Chris Pia en CNN. Y así lo han entendido China o India. En abril, el Banco Central de China anunció que había aumentado un 43% sus reservas de oro desde 2003. En noviembre fue India quien se hizo con 200 toneladas de un lote de 400 que el FMI vendió para ganar liquidez. El motivo, según el Banco Central Indio, es “el colapso de las economías de EE UU y la UE”. Sube como la espuma el precio del oro, pero la producción baja. En 2008 descendió un 3,6% en todo el mundo. Según el grupo Barrick Gold, primer productor global, “la producción minera de oro está en declive desde 2001, disminuye en cerca de un millón de onzas anuales y prevemos que continuará cayendo pese al alza de precios”.

Quizá por este motivo China ha expresado su miedo a que se esté creando otra burbuja en torno al metal. No obstante, este país podría jugar a dos bandas. El periodista de The Independent Robert Fisk ha planteado la tesis de que el aumento del oro obedece a una estrategia de algunos emiratos del golfo, junto con China, Rusia, Japón y Francia “para acabar con el dólar” en un plazo aproximado de nueve años. “El instrumento monetario de transición para sustituir al dólar, según fuentes bancarias chinas, podría ser muy bien el oro”, anuncia Fisk. De momento, China sigue siendo la primera acreedora de deuda pública estadounidense, por lo que parece poco probable que este país provoque a corto plazo una caída libre del dólar. Y más allá de la fuerza de China, la realidad es que, según el FMI y el Banco Mundial, más de un 70% de las reservas mundiales se conservan en esta moneda. Voces como la del investigador Manuel Freytas opinan que el derrumbe de la divisa estadounidense arrastraría a todo el sistema: “Si se cayeran EE UU y el dólar sería como si una bomba nuclear estallase en la economía capitalista, nadie podría escapar con vida de la radiación que se desataría por efecto encadenado”. Frente a un posible colapso, bancos como la Societé Générale han recomendado la compra de oro y de productos alimenticios por tratarse de los valores “más seguros”. Por su parte, Obama reza para que las ventas del Black Friday se repitan con la frecuencia que su economía precisa.

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