Sharhe Chehel Hadiz
Imam Jomeiní
Traducción de Raúl González Bórnez
Quinto hadíz
Envidia (Hasad)-y V
Remedios prácticos contra la envidia
Junto a la cura teórica que hemos mencionado existe también un remedio práctico para curar este infame defecto. Consiste en lo siguiente: Trata por todos los medios de ser afectuoso con la persona de la que estás envidioso. El objetivo de esa manifestación de afecto debe ser poner remedio a esa enfermedad interior que te aqueja.
Tu ego te aconseja que le molestes, que le ofendas, que le trates con enemistad y te hace recuento de sus defectos y errores. Debes actuar al contrario de lo que a tu ego le apetece: se amable con él, hónrale y trátale con respeto y oblígate a ti mismo a hablar bien de él. Reflexiona en sus virtudes y coméntaselas a los demás. Piensa es sus buenas cualidades.
Aunque al principio te resulte un trabajo impuesto, afectado y poco sincero, como el objetivo que te has trazado es corregir tu alma y eliminar de ella este defecto e imperfección, te irás acercando a la verdad, cada vez te resultará menos obligado y tu alma se irá acostumbrando a ello hasta volverse un comportamiento sincero y verdadero.
Al menos convence a tu ego y hazle entender que esa persona es un siervo de Dios y que es posible que Dios Altísimo le haya elegido para hacerle objeto de Sus favores.
Si las personas a las que envidias son gente de estudio y práctica religiosa y lo que causa tu envidia es precisamente eso, tu envidia es la más despreciable y esos sentimientos te procurarán un gran padecimiento en la otra vida.
Desde luego, deberás hacer comprender a tu ego que esas personas son siervos elegidos de Dios y que su estado es producto de la gracia divina que les ha otorgado en particular esas inmensas mercedes. Esas mercedes que poseen deben llevar al alma a sentir amor por quienes las poseen y a tratarles con respeto y con humildad.
Por lo tanto, si una persona ve que aquello que debería hacerle sentir afecto y humildad provoca en su alma sentimientos opuestos, debe saber que las emociones negativas se han apoderado de él y que las tinieblas han vencido en su interior. Deberá ocuparse inmediatamente de resolver en positivo esa situación por todos los medios teóricos y prácticos. Y debe saber que, si se esfuerza por estimular en su interior los sentimientos de afecto y amistad, verá rápidamente los resultados positivos de sus esfuerzos, ya que la luz del amor vence sobre las tinieblas y la turbiedad. Dios bendito y ensalzado ha prometido que guiará a quienes se esfuerzan, les ayudará mediante Su favor oculto y les otorgará el éxito.
En verdad, Él es el Señor del éxito y la guía.
Recordando el hadíz llamado «de las cosas eliminadas» (Raf ‘)
Debes saber que han sido preservadas algunas tradiciones proféticas que relatan que el Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios y la paz sean con él y con su familia, dijo: Han sido eliminadas de mi comunidad nueve cosas. Una de ellas es la envidia a condición que no se manifieste en las palabras o en los hechos.
Desde luego, tradiciones semejantes a ésta no deben ser un obstáculo para esforzarse en eliminar este árbol impuro, purificar el alma de él y liberar al espíritu de ese fuego que abrasa la fe y es la peste para la religión, ya que, raramente sucede que este feo vicio entre en el alma sin ir acompañado de otros variados defectos y sin que sus señales se hagan manifiestas, de manera que el alma de la persona pueda quedar a salvo.
Lo recogido en algunas tradiciones auténticas dice que ese defecto devora la fe y es la peste de la religión y que Dios se aleja de quien lo padecen.
Por tanto, algo que es una terrible fuente de corrupción que pone en peligro todo lo que la persona posee no debe ser pasado por alto a causa de una mala interpretación de la tradición profética de «raf ‘».
Por tanto, esfuérzate, corta sus manifestaciones y por barreras a ese defecto y no permitas que se manifieste en tu comportamiento exterior. De esa manera sus raíces se debilitarán y dejarán de desarrollarse en tu interior. Y si te llega la muerte mientras te encuentras combatiendo y esforzándote por corregirte, Dios tendrá misericordia de ti y gracias a la amplia misericordia y a la bendición espiritual del Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios y la paz sean con él y con su familia, serás perdonado y si queda algún resto de envidia en ti, la chispa misericordiosa lo abrasará y purificará tu alma.
Ha sido transmitido por Hamzah ibn Humrán que Abu Abdel.lah Imam Yafar as-Sádeq, sobre él sea la paz, dijo: Hay tres cosas ante las que ni los profetas ni quienes están debajo de ellos en categoría espiritual son inmunes: albergar dudas sobre las criaturas, el presagio de malos acontecimientos y la envidia. Pero el creyente no permite que la envidia guíe su comportamiento.
Puede que sea una manera enfática de decir que estas tres cosas suelen ser la fuente de muchos problemas. O que sea una metáfora sobre las cosas que crean muchos problemas, sin que la intención esencial se circunscriba exactamente a la palabras. O que el término envidia se use de una manera más general y figurada. O que se refiera a la inclinación a desear que los infieles que se dedican a propagar falsas creencias pierdan las ventajas de las que disfrutan. Pues, la envidia en su significado verdadero es algo de lo cual los profetas y los santos, sobre todos ellos la paz, están puros y purificados, pues el corazón que está polucionado con vicios morales e impureza espiritual no puede recibir la revelación ni la inspiración divina ni experimentar la manifestación de la esencia y de los atributos divinos.
Así pues, esta tradición debe ser interpretada de la manera en que hemos explicado o de otra manera o rechazarse el conocimiento de quien lo dijo, las bendiciones de Dios sean con él.
Y alabado sea Dios al principio y al final.
Imam Jomeiní
Traducción de Raúl González Bórnez
Quinto hadíz
Envidia (Hasad)-y V
Remedios prácticos contra la envidia
Junto a la cura teórica que hemos mencionado existe también un remedio práctico para curar este infame defecto. Consiste en lo siguiente: Trata por todos los medios de ser afectuoso con la persona de la que estás envidioso. El objetivo de esa manifestación de afecto debe ser poner remedio a esa enfermedad interior que te aqueja.
Tu ego te aconseja que le molestes, que le ofendas, que le trates con enemistad y te hace recuento de sus defectos y errores. Debes actuar al contrario de lo que a tu ego le apetece: se amable con él, hónrale y trátale con respeto y oblígate a ti mismo a hablar bien de él. Reflexiona en sus virtudes y coméntaselas a los demás. Piensa es sus buenas cualidades.
Aunque al principio te resulte un trabajo impuesto, afectado y poco sincero, como el objetivo que te has trazado es corregir tu alma y eliminar de ella este defecto e imperfección, te irás acercando a la verdad, cada vez te resultará menos obligado y tu alma se irá acostumbrando a ello hasta volverse un comportamiento sincero y verdadero.
Al menos convence a tu ego y hazle entender que esa persona es un siervo de Dios y que es posible que Dios Altísimo le haya elegido para hacerle objeto de Sus favores.
Si las personas a las que envidias son gente de estudio y práctica religiosa y lo que causa tu envidia es precisamente eso, tu envidia es la más despreciable y esos sentimientos te procurarán un gran padecimiento en la otra vida.
Desde luego, deberás hacer comprender a tu ego que esas personas son siervos elegidos de Dios y que su estado es producto de la gracia divina que les ha otorgado en particular esas inmensas mercedes. Esas mercedes que poseen deben llevar al alma a sentir amor por quienes las poseen y a tratarles con respeto y con humildad.
Por lo tanto, si una persona ve que aquello que debería hacerle sentir afecto y humildad provoca en su alma sentimientos opuestos, debe saber que las emociones negativas se han apoderado de él y que las tinieblas han vencido en su interior. Deberá ocuparse inmediatamente de resolver en positivo esa situación por todos los medios teóricos y prácticos. Y debe saber que, si se esfuerza por estimular en su interior los sentimientos de afecto y amistad, verá rápidamente los resultados positivos de sus esfuerzos, ya que la luz del amor vence sobre las tinieblas y la turbiedad. Dios bendito y ensalzado ha prometido que guiará a quienes se esfuerzan, les ayudará mediante Su favor oculto y les otorgará el éxito.
En verdad, Él es el Señor del éxito y la guía.
Recordando el hadíz llamado «de las cosas eliminadas» (Raf ‘)
Debes saber que han sido preservadas algunas tradiciones proféticas que relatan que el Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios y la paz sean con él y con su familia, dijo: Han sido eliminadas de mi comunidad nueve cosas. Una de ellas es la envidia a condición que no se manifieste en las palabras o en los hechos.
Desde luego, tradiciones semejantes a ésta no deben ser un obstáculo para esforzarse en eliminar este árbol impuro, purificar el alma de él y liberar al espíritu de ese fuego que abrasa la fe y es la peste para la religión, ya que, raramente sucede que este feo vicio entre en el alma sin ir acompañado de otros variados defectos y sin que sus señales se hagan manifiestas, de manera que el alma de la persona pueda quedar a salvo.
Lo recogido en algunas tradiciones auténticas dice que ese defecto devora la fe y es la peste de la religión y que Dios se aleja de quien lo padecen.
Por tanto, algo que es una terrible fuente de corrupción que pone en peligro todo lo que la persona posee no debe ser pasado por alto a causa de una mala interpretación de la tradición profética de «raf ‘».
Por tanto, esfuérzate, corta sus manifestaciones y por barreras a ese defecto y no permitas que se manifieste en tu comportamiento exterior. De esa manera sus raíces se debilitarán y dejarán de desarrollarse en tu interior. Y si te llega la muerte mientras te encuentras combatiendo y esforzándote por corregirte, Dios tendrá misericordia de ti y gracias a la amplia misericordia y a la bendición espiritual del Mensajero de Dios, las bendiciones de Dios y la paz sean con él y con su familia, serás perdonado y si queda algún resto de envidia en ti, la chispa misericordiosa lo abrasará y purificará tu alma.
Ha sido transmitido por Hamzah ibn Humrán que Abu Abdel.lah Imam Yafar as-Sádeq, sobre él sea la paz, dijo: Hay tres cosas ante las que ni los profetas ni quienes están debajo de ellos en categoría espiritual son inmunes: albergar dudas sobre las criaturas, el presagio de malos acontecimientos y la envidia. Pero el creyente no permite que la envidia guíe su comportamiento.
Puede que sea una manera enfática de decir que estas tres cosas suelen ser la fuente de muchos problemas. O que sea una metáfora sobre las cosas que crean muchos problemas, sin que la intención esencial se circunscriba exactamente a la palabras. O que el término envidia se use de una manera más general y figurada. O que se refiera a la inclinación a desear que los infieles que se dedican a propagar falsas creencias pierdan las ventajas de las que disfrutan. Pues, la envidia en su significado verdadero es algo de lo cual los profetas y los santos, sobre todos ellos la paz, están puros y purificados, pues el corazón que está polucionado con vicios morales e impureza espiritual no puede recibir la revelación ni la inspiración divina ni experimentar la manifestación de la esencia y de los atributos divinos.
Así pues, esta tradición debe ser interpretada de la manera en que hemos explicado o de otra manera o rechazarse el conocimiento de quien lo dijo, las bendiciones de Dios sean con él.
Y alabado sea Dios al principio y al final.
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