sábado, 5 de septiembre de 2009

Periodista desde la zona taliban


Entrevista con Anand Gopal, corresponsal del Christian Science Monitor en Afganistán

06-09-2009
Ron Jacobs
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Todos estamos tratando de interpretar la situación en Afganistán y Pakistán, sobre todo a la luz de los recientes informes en los medios que hablan de una escalada aún mayor de la participación de EE.UU. en esos conflictos. Anand Gopal es un periodista basado en Kabul que ha informado desde todas partes de Afganistán. Habla el lenguaje local y a menudo viaja independientemente al campo para tratar de comprender la perspectiva de los afganos. Se sintió inspirado para comenzar a cubrir Afganistán después de perder algunos amigos en los ataques del 11-S. Oí a Anand Gopal cuando dio una conferencia sobre Afganistán durante este verano (2009) y me puse de acuerdo para realizar un intercambio por correo electrónico con él. Nuestro intercambio, aunque breve, suministra una perspectiva muy necesaria.

Ron: Le oí hablar sobre la guerra de EE.UU. en Afganistán hace un par de meses. Usted mencionó que se había ‘adscrito’ a los talibanes afganos. ¿Podría contarnos cómo lo hizo y, más importante aún, qué observó?
Anand: Tengo algunos contactos talibanes bien posicionados y me ofrecieron la posibilidad de salir y ver cómo operan realmente los insurgentes. Como hay tan poco al respecto en el dominio público, me pareció una excelente oportunidad. El paso de Kabul al campo rural donde resiste el talibán fue bastante esclarecedor: todos los indicios de presencia del gobierno desaparecen y en su lugar las calles están repletas de insurgentes armados de fusiles. Los talibanes mandan mediante el miedo, pero también gozan de un grado de apoyo en las áreas en las que existen. En algunos casos vi a gente del lugar que llegaba y les ofrecía alimentos o albergue.
Los insurgentes, como la mayoría de los afganos del campo, carecían de educación y no eran de mucho mundo. Sin embargo, lograban desarrollar un análisis bastante sofisticado de la situación en Afganistán. Sentían que estaban luchando para liberar su país de la opresión extranjera, y que estaban luchando para preservar su cultura y sus valores.
No debemos interpretar esto como si significara que son heroicos guerrilleros o liberadores del pueblo afgano. Representan los valores y el punto de vista de la vida rural pastún, algo que no es aplicable al resto de la sociedad, sea la población urbana o los grupos étnicos no-pastunes. Por eso, por ejemplo, los talibanes cuentan con poco apoyo entre esos grupos.
Ron: ¿Se están fortaleciendo las fuerzas de la resistencia, como dicen todos los generales? ¿Cambiarían algo en cuanto a sus probabilidades de victoria si van más soldados estadounidenses?
Anand: La insurgencia ciertamente se está fortaleciendo. El área que controla aumenta todos los años, y en las áreas pastunes es mucho más fuerte que el gobierno afgano. Esta tendencia ha tenido lugar a pesar del aumento anual de la cantidad de soldados en el país, de modo que es obvio que el envío de más soldados no basta para detener la creciente influencia de los insurgentes. Cada vez que nuevos soldados llegan a un área, los insurgentes usualmente desaparecen o se van a un área vecina. Es muy difícil eliminar una fuerza de guerrilla sólo mediante la fuerza de las armas.
La reducción del crecimiento de la insurgencia requeriría llevar el desarrollo, suministrar trabajo y oportunidades de progreso social a los pastunes rurales. También necesitaría un gobierno honesto y sensible.
Ron: En julio pasado, oficiales en Washington dijeron que el nuevo comandante de las fuerzas ocupantes en Afganistán, general McChrystal, ordenará que todas las fuerzas internacionales en Afganistán dejen de iniciar enfrentamientos con combatientes cerca de las casas de civiles afganos. Se permitirá que los soldados devuelvan el fuego si están “en peligro inminente,” pero la opción preferida será retirarse del área. También declaró oficialmente en público que reducirá la cantidad de ataques aéreos de EE.UU. Desde su perspectiva y conocimiento de la situación, ¿ha ocurrido realmente? ¿Piensa realmente que ocurrirá en la práctica y, si es así, influirá en la opinión afgana sobre la presencia de tropas extranjeras?
Anand: Es demasiado temprano para decir qué efecto tendrán las instrucciones de McChrystal. Parece que la cantidad de víctimas civiles ha bajado en comparación con el año pasado, aunque es muy difícil decirlo con seguridad porque hay muchos casos semejantes sobre los que no se informa. Además, la premisa del nuevo pensamiento estratégico de los militares estadounidenses en el país es que exista una división estricta entre civiles y los insurgentes. En realidad, a veces es difícil definir la línea divisoria. En muchos lugares donde operan los insurgentes, por ejemplo, cuentan con el apoyo activo y la protección de la gente del lugar. ¿Cómo se encara a esa gente? ¿Cómo cómplices de los insurgentes o como civiles embaucados para que apoyen a los guerrilleros? Una cosa es trazar esa línea en el papel, pero es algo completamente diferente hacerlo en el calor de la batalla.
Por ejemplo, la orden de McChrystal de prohibir a las fuerzas internacionales que inicien escaramuzas con los combatientes cerca de las casas de civiles afganos podría significar que haya muy pocos enfrentamientos, ya que los talibanes (por ejemplo) están arraigados en las aldeas y operan en ellas.
Además, McChrystal ha dejado en claro que el componente militar es sólo parte de la estrategia para cambiar las cosas en este país – que es igual sino más importante asegurar un buen gobierno y oportunidades económicas. No ha habido un anuncio de un plan para hacerlo, y tampoco tienen los militares la capacidad de hacerlo, de modo que sospecho que los militares seguirán recurriendo a lo que hacen mejor – combatir. El mismo día en el que McChrystal anunció su doctrina de contrainsurgencia readecuada, las fuerzas de EE.UU. atacaron un hospital, por ejemplo – una violación evidente del derecho internacional y de la nueva doctrina.
Ron: Ahora, a Pakistán. ¿Qué pasa en el territorio Noroeste y en otras áreas tribales?
Anand: Ha habido un giro muy perceptible en los últimos seis meses en Pakistán, a partir de esta primavera. Entonces los talibanes paquistaníes estaban cerca de la cima de su poder – controlaban grandes partes de las Áreas Tribales bajo Administración Federal y franjas importante de la Provincia de la Frontera Noroeste. Pero parecen haber ido demasiado lejos en dos frentes. Primero, su régimen bastante brutal produjo una reacción popular – muchos pastunes de a pie en esas áreas, que habían apoyado originalmente a los talibanes, comenzaron a volverse contra ellos. Segundo, se acercaron a la provincia del Punjab, que es el corazón de Pakistán y la sede del establishment gobernante. Aunque los talibanes paquistaníes crecieron por la radicalización relacionada con la invasión estadounidense de Afganistán, en los últimos años dirigieron su atención al Estado paquistaní. Pero este año las cosas comenzaron a desestabilizarse en todo el país, no sólo en las áreas tribales. Esto produjo una reacción del Estado paquistaní, que derrotó rápidamente a las fuerzas talibanas en agencia Bajaur y luego pasó a Swat y eliminó el régimen talibán.
La serie de reveses para los talibanes paquistaníes ha continuado en este verano. Su líder Baitullah Mehsud fue recientemente muerto en un ataque de un drone estadounidense, y él era el cemento que unía a un movimiento muy fracturado. Hay docenas de comandantes rivales, algunos en guerra con el Estado paquistaní, otros en paz con Islamabad y en guerra con los estadounidenses en Afganistán, y algunos en guerra los unos contra los otros. Eso llevado a una cierta desorganización entre las fuerzas insurgentes, que afecta de modo muy visible la lucha en Afganistán. El otoño pasado, por ejemplo, rutas de aprovisionamiento de la OTAN y del ejército de EE.UU. (que pasan por Pakistán y hacia Afganistán) estuvieron en peligro porque eran atacadas permanentemente por las guerrillas. Pero este verano hemos visto muy pocos ataques semejantes, lo que representa una gran ventaja para las fuerzas estadounidenses.
Ron: ¿Puede describir brevemente lo que ve como diferencias entre los talibanes afganos y los talibanes paquistaníes? ¿Coordinan del todo sus actividades? ¿Existe una dirección compartida a algún nivel que usted conozca?
Anand: Los talibanes afganos y paquistaníes son entidades diferentes. Los talibanes paquistaníes están primordialmente en guerra con el Estado paquistaní, mientras los talibanes afganos están enteramente concentrados en la lucha contra el Estado afgano y la presencia de EE.UU. en Afganistán. Por cierto, las diferencias no están tan claramente definidas – hay comandantes talibanes paquistaníes que no luchan contra Islamabad y concentran sus energía únicamente en Afganistán, por ejemplo. Pero en general los talibanes paquistaníes tienen muy poca presencia en Afganistán, mientras los talibanes afganos no combaten en Pakistán.
Los talibanes afganos son productos del campo afgano arrasado por la guerra. Sin embargo, los talibanes paquistaníes son en la misma medida un producto de las grandes desigualdades sociales y económicas de las áreas tribales de Pakistán como de los eventos en Afganistán. Esto significa que los dos movimientos tienen un carácter muy diferente. Los talibanes paquistaníes tienden a atacar a jefes de aldeas y a algunos terratenientes, creando casi un ambiente de Robin Hood a su alrededor – uno de los motivos para su apoyo inicial entre las poblaciones locales – mientras los talibanes afganos no hacen nada parecido. Estos últimos están aliados con jefes de aldeas y terratenientes. Además, los talibanes paquistaníes son producto de la naturaleza facciosa de la política tribal – el movimiento está delineado según líneas tribales; a menudo si dos tribus están en guerra significa que los comandantes talibanes de esas tribus también estarán en guerra entre ellos. En Afganistán, sin embargo, 30 años de guerra han erosionado las estructuras tribales en muchas partes del país y raramente vemos a talibanes atrapados en conflictos tribales.
Los dos movimientos son aliados y se apoyan mutuamente cuando es posible – por ejemplo, comandantes talibanes paquistaníes dirigen campos de entrenamiento y envían atacantes suicidas a Afganistán. Pero cada grupo se concentra sobre todo en el conflicto en su propio territorio, de modo que este tipo de coordinación no es sustancial. La mayoría de los comandantes talibanes paquistaníes han jurado lealtad a Mullah Omar, el líder de los talibanes afganos. Pero en la práctica, esto significa muy poco, ya que los talibanes paquistaníes tienen una total independencia operativa y política.
Ron: En los últimos años he entrevistado y me he comunicado con miembros del Partido del Trabajo de Pakistán – una organización de izquierda en Pakistán. Ahora bien, sé que la izquierda paquistaní fue diezmada en los años setenta, pero usted mencionó en su conferencia que existe una izquierda en Pakistán. ¿Piensa que tiene el potencial para influenciar la política paquistaní, en vista de la naturaleza corrupta y autocrática de los políticos burgueses, los militares autoritarios, y la influencia de las fuerzas islamistas?
Anand: La izquierda ha mostrado que tiene un tremendo potencial para influenciar la política paquistaní – el movimiento de los abogados, que luchó por reincorporar a los jueces despedidos y defender el vigor de la ley ante la dictadura – es un destacado ejemplo. Uno de los mayores desafíos para la izquierda paquistaní, sin embargo, es que su alcance es limitado en las áreas tribales y en la Provincia de la Frontera Noroeste. Esto significa que hay pocas alternativas creíbles para los pastunes desilusionados y descontentos en esas áreas aparte de las estructuras religiosas tradicionales y movimientos extremistas como los talibanes. Y el peso que carga la izquierda paquistaní es especialmente grande considerando el hecho de que esencialmente no hay izquierda en Afganistán. Como le dirán muchos en la izquierda paquistaní, es imposible que haya una solución fundamentalmente transformativa de los problemas en Afganistán sin un impulso concomitante para solucionar los problemas de Pakistán.
Ron: Gracias, Anand. Tengo un sentimiento de que volveremos a comunicarnos sobre este tema.
Ron Jacobs es autor de “The Way the Wind Blew: a History of the Weather Underground, que Verso acaba de publicar. Su primera novela “Short Order Frame Up”, está publicada en Mainstay Press. Puede contactarse con él en: rjacobs3625@charter.net
Anand Gopal escribe frecuentemente sobre Afganistán, Pakistán y la “guerra contra el terror”. Es corresponsal del Christian Science Monitor basado en Afganistán. Para leer más informaciones y despachos suyos de la región, visite su sitio en la Red.

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