lunes, 1 de junio de 2009

EDUARDO ROTHE: De la Internacional Situacionista a la Revolución Bolivariana


By colaboratorio1

Eduardo Rothe se describe a sí mismo como ‘pescador y periodista’. En la actualidad es miembro del equipo de Andrés Izarra, ministro de Comunicación e Información del Gobierno Bolivariano de Venezuela. Ha tenido la cortesía de responder a nuestras preguntas sobre el proceso en curso.

Rouge et Vert: Eduardo, ¿puedes hablarnos de tu compromiso político y de las razones que te han llevado a integrarte en el proceso bolivariano?

Eduardo Rothe: Comencé a militar a la edad de 15 años, en la clandestinidad, dentro de las Juventudes del Partido Comunista de Venezuela y, más tarde, en el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria). Era un militantismo especialmente orientado hacia la acción armada y la agitprop, en el que había poca educación teórica. Tras la victoria de la Revolución en Cuba, pensábamos que la guerrilla iba a triunfar por todas partes, pero la derrota militar, la traición del PC y la ruptura entre la URSS y China contribuyeron fuertemente a nuestra desmovilización. Algo después conocí a un viejo camarada ruso, Marc Chirik, que procedía de la ultraizquierda francesa, y con el que otros jóvenes y yo mismo formamos un ‘círculo de estudios’ que se convertiría en el grupo consejista Proletario. En Europa, participe activamente en el Comité para el Mantenimiento de las Ocupaciones durante mayo del 68 y, después, en la Internacional Situacionista. Durante el periodo 1974-1976 proseguí mis actividades como militante en Portugal e Italia. En pocas palabras, al final recibí una educación radical.

Me integré en el proceso bolivariano con el objetivo de poner fin, de una vez por todas, al régimen anterior y, como trabajador del mar, para defender leyes vitales para los míos. La ofensiva enemiga separó los campos y, como decía el apóstol cubano José Martí, hay que ser a la vez del propio tiempo y estar con el propio pueblo y, si tal cosa no es posible, hay que estar con el propio pueblo.

R&V: ¿Cómo analizas y como caracterizarías el proceso en curso?

ER: Se trata de una revolución a la que podríamos llamar ‘nacionalista revolucionaria’ en el sentido clásico del término. Y, puesto que la lucha de clases existe y la explotación y la polución son cosa manifiesta, el pueblo venezolano se encuentra en el nivel más elevado de conciencia de su historia. En las condiciones democráticas actuales, las relaciones entre el movimiento popular y el gobierno son lo bastante libres cómo para permitir que reconozcan su propia fuerza y sus propias debilidades, para corregirlas y para redefinir sus objetivos. Esta dinámica nos permite, de hecho, avanzar en el terreno de lo político y de lo social.

Es un proceso difícil de caracterizar, porque es dinámico y se transforma a medida que los problemas se van planteando. Experimentamos con nuevas formas de organización con el fin de resolverlos.

R&V: ¿Cómo definirías al presidente Hugo Chávez y el papel fundamental que desempeña en el proceso revolucionario?

ER: Hugo Chávez es el producto de una época y, a la vez, es el producto de su tiempo desde el momento en que favorece la participación política, el acceso de la población a la sanidad, a la educación y a diferentes formas de organización. Como Jefe del Estado no pretende ser el jefe de los distintos movimientos, el jefe de un partido, o expresar una única forma de hacer las cosas. Es un maestro de ceremonias al que se entiende bien y del que se tiene una buena concepción en América Latina, y se puede hablar de ‘reformismo revolucionario’ en la medida en que las fuerzas reaccionarias cuentan con el apoyo mediático y militar del Imperio. El pueblo no espera de él que sea un traidor, pero sí teme que pueda ser traicionado.

R&V: ¿Cómo ves el futuro de la revolución?

ER: Muy difícil. El Imperio se prepara para la agresión y el pasado se reconstituye como una ‘quinta columna’ dentro de la burocracia. Pero ‘la situación que impide toda vuelta atrás’ ya es algo real y el enemigo se engaña a sí mismo si cree que basta con eliminar a Chávez o al gobierno. Esta vez se ha puesto en marcha de verdad y se trata de un proceso continental.

[Entrevista publicada en el número 222 (15 de abril de 2005) en Rouge et Vert: le Journal des Alternatifs]

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