jueves, 21 de mayo de 2009

Seyed Nasrulá: la Conciencia es la Principal Condición para la Resistencia


20/05/2009
El secretario general de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, felicitó el miércoles a la nación por los días de la liberación y la victoria, que han generado una nueva gloria y creado conciencia en nuestra nación.

Hablando en un discurso en directo retransmitido por Al Manar TV durante la Conferencia Permanente de la Resistencia, Seyed Nasrulá detalló cuatro puntos fuertes de la Resistencia hoy en día: conciencia, credibilidad, capacidad movilizadora y memoria.
“Desde el principio y hasta que los objetivos sean logrados y la batalla finalizada con éxito, hemos estado inmersos en la batalla de la conciencia de nuestra nación y la conciencia de nuestro enemigo. La memoria es parte de esta batalla por la conciencia que estamos todos librando. No necesito enfatizar la importancia de la conciencia como un factor de triunfo para el movimiento de resistencia, el ascenso de la nación y la defensa de su existencia y soberanía. En pocas palabras, la conciencia no es un factor sino el factor más importante para el ascenso y la permanencia de cualquier movimiento de resistencia. La conciencia es la principal condición para que una resistencia y una revolución existan. Desde el punto de vista religioso, el primer paso necesario en el camino del Hombre hacia Al.lah es la conciencia. Si el Hombre no despierta, no tiene conciencia sobre su ser y no sabe en qué dirección debe moverse, su movimiento carecería de propósito. La conciencia a la que nos estamos refiriendo aquí es una condición permanente porque la carencia de ella por parte de la resistencia en cualquier nivel equivaldría a una desviación. Desde el principio de la lucha con el enemigo israelí, todos los movimientos de resistencia han cuidado este factor, porque el reunir a un grupo de combatientes y de muyahidin que constituyan la columna vertebral de la resistencia sólo puede estar basado en su conciencia de aquello en lo que ellos están inmersos. A nivel público, la conciencia se materializa en el apoyo a la resistencia porque la naturaleza de la actual lucha no puede ser determinada sólo por la resistencia, sino que ha de existir una integración con la sociedad para que éste contribuya a la batalla. Nosotros damos ciertamente crédito a los movimientos de resistencia que, desde el principio, han creado una significativa conciencia y han hecho historia. La resistencia no se limita sólo a los esfuerzos defensivos para crear conciencia. Ha entrado ahora en la fase ofensiva y ha comenzado a interferir en la creación de la conciencia del enemigo. Israel ha estado siempre a la ofensiva en lo que se refiere a los medios y la guerra psicológica con el fin de imponernos ciertas tendencias o conclusiones que afecten a nuestras posiciones. Sin embargo y por primera vez, la resistencia con sus prácticas en el campo militar, mediático y político así como con la guerra psicológica ha asestado un golpe a la conciencia del enemigo, tal y como los líderes israelíes han reconocido. Uno de los principales resultados de la victoria de 2000 fue la Segunda Intifada, la victoria de Julio (de 2006) y la firmeza de Gaza durante la reciente guerra. La consecuencia más importante de esta cadena de eventos es que ellos han golpeado el núcleo de la conciencia israelí. No importa que algunos medios árabes traten de restar importancia al triunfo de la resistencia. Ellos nunca convencerán a los líderes o las élites del enemigo de que lo que sufrió Israel no fue una derrota. Lo que es más importante es lo que está teniendo lugar en el otro lado, en la conciencia, la memoria y los sentimientos de los israelíes y en la evaluación del curso de la lucha que el enemigo realiza, en particular en los últimos años. Yo cito, por ejemplo, la actitud de los medios israelíes. Siempre que yo o alguno de los portavoces de la resistencia pronunciábamos un discurso, la televisión israelíes lo retransmitía en directo y lo traducía simultáneamente al hebreo. No se trataba de libertad de expresión y de dar a conocer la opinión del otro. Se trataba, sobre todo, de intentar utilizarnos con el fin de fortalecer la confianza de la sociedad israelí. Sin embargo, en los estadios finales de la guerra de 2006, los israelíes concluyeron que tales retransmisiones en vivo servían a la resistencia y dañaban la determinación de Israel, exponían públicamente las decisiones y elecciones del liderazgo israelí y desmentían las informaciones que éste ofrecía. De este modo, durante la guerra de 2006, ellos evitaron las retransmisiones en directo y se contentaban con publicar extractos y citas que no eran útiles a la guerra (psicológica) de la resistencia contra la sociedad enemiga, y esto es también lo que sucede aquí en Líbano en estos días.En nuestra lucha por la conciencia, nos hemos movido de una concepción defensiva a otra ofensiva. La lucha mediática y psicológica discurren de forma paralela a las batallas épicas de nuestros combatientes. En esta batalla por la conciencia, tenemos una serie de factores de poder en los que necesitamos concentrarnos para fortalecer nuestras ventajas. En primer lugar, tenemos la fuerza de la legitimidad. Esto significa que la causa que estamos promoviendo, la lucha contra la ocupación, es justa y legítima, a diferencia de la causa artificial del sionismo. Si ellos hubieran ido a Uganda o a cualquier otro lugar, ellos habrían necesitado un tipo distinto de organización, porque el concepto sionista en el que se basó la ocupación de Palestina está basado en una falsedad. Por el contrario, nosotros, como resistencia, no estamos buscando defender grandes intereses o teorías políticas o crear doctrinas. Estamos en una confrontación en la que invocamos siempre derechos muy claros. Existe una tierra llamada Palestina, una tierra llamada Líbano, Siria, Jordania, Egipto... y hay un pueblo llamado pueblo palestino que vive en la tierra palestina que les pertenece. Este pueblo tiene el derecho a la autodeterminación. Y luego está el caso de los que expulsaron a una gran parte de esta población, la masacraron, la arrojaron a campos de refugiados y la privaron de sus derechos con el fin de construir un estado llamado Israel.”Sea el que sea el estándar religioso, legal, moral y humanitario que utilicemos, estamos delante de una causa clara y justa. En lo que se refiere a los principales factores que caracterizan a la resistencia, hay que decir que esta conciencia, ya sea en su elaboración o en su puesta en práctica en el campo de batalla, pertenece a una causa única. Si buscamos en todo el mundo una lucha entre países, entre pueblos o entre ejes de poder nunca encontraremos una causa más nítida que la de la lucha contra el enemigo sionista y el proyecto sionista en la región. Cuando un hombre alcanza últimamente esta conciencia de lucidez, cree que nada más importa. No le importaría si la muerte le llegara o él acudiera a encontrarla. Cuando el mundo pregunta por el secreto de la legendaria fuerza de los combatientes de la resistencia y de los pueblos de Líbano y Palestina, decimos que el secreto real no está en la política, ni en la formación organizativa ni en el curso de la batalla. Ellos poseen una conciencia acerca de la autenticidad y la justicia de su causa y esto hace que tanto los hombres jóvenes como los mayores hagan frente a la muerte sin temor o dudas. No estamos sólo hablando de resistencia armada aunque sea ésta la que lidera esta amplia confrontación. Cuando esta opción (de la resistencia armada) es planteada, es necesario preguntar si es viable y esta cuestión está relacionada con la conciencia y la convicción. Puede no resultar difícil para nosotros convencer a los pueblos de nuestras naciones árabe e islámica de la justicia de nuestra causa. Incluso aquellos que promueven la cultura de la cesión ante Israel, aquellos que han firmado los así llamados tratados de paz con Israel, cuando discuten contigo esta cuestión, reconocen que nuestra causa es justa. La fase más peligrosa viene después de eso. No estamos hablando acerca de un individuo o un pequeño grupo de individuos. Se trata de un pueblo y una nación. Cuando un individuo se desvía de un cierto camino es fácil corregir los fallos. El asunto fundamental es escoger lo que es correcto (para la nación) y lograr el objetivo. De otro modo, estaríamos perdidos, nunca alcanzaríamos nuestras metas y nuestro enemigo se haría más agresivo, más poderoso y más enraizado en esta tierra. Esto es cuando las cosas se ponen difíciles. En lo que se refiere a la opción militar, que es luchar por la causa de Dios, ella es costosa por muchas razones.Alguien podría reconocer que tenemos una justa causa, pero cuando llega al tema de reconocer la opción militar, él habla entonces de la carga que supone tal opción sobre el lado que la ha adoptado o sobre aquellos que apoyan ese lado o sobre la nación o sobre el país donde se encuentran aquellos que promueven esta opción. Recuerdo que en 1982, Hezbollah no estaba solo. En aquel entonces, sin embargo, el pueblo, nuestras propias familias, aquellos que creían en Dios, en el Día del Juicio y en la Divina Promesa solían decirnos que nuestra causa era justa pero la elección que habíamos hecho era incorrecta. Cualquiera que quiere luchar contra Israel puede encontrar una edicto religiosos a favor y también lo contrario. Cualquiera que quiere ceder ante Israel puede también encontrar otra edicto religioso. Cuando la paz fue firmada con Israel, por la cual dos tercios de la tierra (de Palestina) fue cedida a la entidad sionista, un sabio pudo decir fácilmente: “Y si ellos se inclinan hacia la paz, inclinaos vosotros también...”. En aquel entonces, solían describirnos como jóvenes entusiastas y que nuestra decisión equivalía a “ser arrojados por nuestras propias manos a la destrucción...” A nivel nacional algunos poderes políticos, medios de comunicación y élites solían recordanos que el ojo no puede oponerse al punzón y que éramos débiles. Esto parecía lo lógico, pero aquí descansa el problema de la conciencia, la convicción y la elección de la opción correcta. El punto fuerte para la resistencia es que ella fue capaz de crear una conciencia entre nuestro pueblo y nuestra nación a través de su actuación en el campo de batalla y a través de las operaciones de martirio, comenzando por la del mártir Ahmed Kassir en Tiro. Mediante esta sangre fuimos capaces de crear esta conciencia acerca de la elección correcta que habíamos realizado y, de este modo, no confiamos en las experiencias de otros a través de la historia. Existe una experiencia propia que hemos creado a través de nuestros jóvenes y de nosotros mismos. En Líbano ha habido siempre una respuesta preparada: no podemos comparar Líbano con otras experiencias. No, Líbano es una historia diferente porque los hombres jóvenes han liderado y practicado la resistencia, incluyendo el martir Imad Mugniyeh que tenía 21 años en 1982. Líbano, a través del pueblo que apoyó la resistencia, ha establecido la credibilidad de esta última. Esto es por lo que me gustaría corregir algo. La primera debacle de Israel no tuvo lugar el 25 de Mayo de 2000. Fue en los años 1984-1985 cuando los israelíes se vieron vergonzosamente expulsados de Beirut, Dahieh, Monte Líbano, parte del Oeste de la Bekaa, Sidón, Tiro y Nabatiyeh. Incluso cuando algunos de los aliados de Israel pidieron que éste retrasara su retirada durante una semana, los israelíes se negaron. “Ésta fue la primera debacle que sentó las bases para la principal derrota en Mayo de 2000. Debido a la actuación en el campo de batalla, en base a la que fueron establecidas una retórica política y una guerra psicologica, la conciencia israelí fue aplastada y un gran número de falsos conceptos fabricados por los israelíes -como el del ejército invencible que creían tener- se evaporaron.
De este modo, esta entidad pudo ser derrotada y aquí es donde reside la importancia de la batalla de la resistencia para aplastar la conciencia israelí. La guerra psicológica de la resistencia no estuvo basada en presunciones sino en hechos y en grandes logros. La escena de cinco soldados israelíes llorando como bebés tuvo un impacto en la conciencia israelí. El lanzamiento de cohetes por parte de la resistencia palestina durante la guerra de Gaza produjo una escena que todo el mundo ha visto; como ese responsable israelí (Elie Yishai) se puso de rodillas y metió su cabeza bajo el neumático de un coche cuando oyó el sonido de un cohete cayendo. Otra fuerza adicional que la resistencia posee es su capacidad de movilizar. Pertenecemos a esta tierra, a esta región, a su civilización, a su rica cultura, a su poesía y literatura, a su caballerosidad, a su pasión, su Torah, su Biblia, su Corán y, de este modo, tenemos una gran herencia que nos permite librar una batalla real por la conciencia basada en la cultura, la literatura, el entusiasmo... No hay duda de que el Corán tiene un gran impacto en el empuje de la resistencia y en el apoyo y el aguante de la gente que ha sufrido y realizado sacrificios. El Corán habla sobre el yihad, el orgullo y la dignidad. Habla acerca de lo que los muyahidin pueden esperar, sobre el martirio, sobre el apoyo divino; un apoyo que hemos visto en el campo de batalla y durante la guerra de 2006.
El cuarto punto que quiero tratar es el de la memoria; la memoria del inicio de la lucha y la educación coránica aclaran el camino para que aprendamos las lecciones de la historia. La fuerza de la resistencia también descansa en estudiar el curso de los acontecimientos y en refrescar nuestra memoria. El enemigo confía en que el tiempo nos haga olvidar. Sin embargo, no vamos a hacerlo. Muchos árabes han ayudado a Israel porque han olvidado el pasado. Nosotros reconocemos y elogiamos todas las pasadas experiencias con independencia de nuestras creencias. Respetamos esas experiencias y encontramos lecciones valiosas en ellas. No debemos olvidar la agresión, las masacres, los planes, las conspiraciones y la brutalidad del enemigo. Del mismo modo, no debemos olvidar la conducta de la resistencia y sus logros.” “Con respecto a las prioridades de los movimientos de resistencia, hemos dicho siempre que nuestra prioridad es resistir la ocupación y al proyecto sionista. De hecho, eso es lo que ha estado rigiendo nuestra conducta. El desafío real que proviene hoy de la batalla de la conciencia es el siguiente: ésta es una nueva y gran batalla que estamos luchando; la batalla por el retorno y por determinar quién es enemigo. La resistencia ha sido capaz de establecer el hecho de que Israel es el enemigo y que el proyecto israelí, respaldado por EEUU, es el más peligroso enemigo para la nación y para los pueblos y gobiernos árabes, incluso los gobiernos moderados. Durante años ha habido un intento israelí -algunas veces árabe e israelí- de crear un enemigo ilusorio. Algunas veces ellos lo llaman Irán o la “codicia persa de la riqueza árabe” y ellos invocan el conflicto safavi con el estado de Palestina. Algunas veces lo llaman invasión shií o el creciente shií. Hoy, desde que Netanyahu tomó posesión del cargo, cada vez que los árabes le piden que apoye la solución de los dos estados, él responde que el programa nuclear de Irán viene antes. Esto significa que los árabes e Israel deben trabajar juntos para resolver primero el tema nuclear de Irán. Hemos oído algunas buenas declaraciones del secretario general de la Liga Árabe Amro Musa y del alto negociador palestino Saib Erekat, en las que ellos subrayaron que era Israel, y no Irán, quien suponía una amenaza. Sin embargo, la batalla por la conciencia sigue siendo enorme. Recuerdo al pueblo libanés y al pueblo de esta región que los israelíes vigilan estrechamente el ambiente cultural, intelectual y sentimental. Cuando el enemigo israelí decidió lanzar la guerra contra Líbano y llegar hasta la capital, Beirut, su liderazgo había estudiado con mucho cuidado el escenario libanés. Ellos concluyeron que los cristianos eran una minoría en un mar de musulmanes y que ellos “estaban amenazados” así que su protector y su garante sería Israel. En consecuencia, el interés estratégico de los cristianos sería el de cooperar con Israel. Las élites cristianas y drusas estudiaron esta opción. Los israelíes tenían otros planes para los shiíes a quienes el Imam Musa Sadr había enseñado que “Israel es el mal absoluto y colaborar con él está prohibido” y equivale a la sedición. Israel siempre trata de utilizar y explotar a las minorías en Líbano y la región. La experiencia de Antoine Lahd ha demostrado que los sionistas están sólo interesados en su proyecto y cómo protegerlo. ¡Imaginad que algunos árabes realmente dijeran que estaban dispuestos a colaborar con Israel para proteger a los sunníes del Irán persa! En mi opinión, el plan final del proyecto sionista-americano en la región sería el de crear un conflicto árabe-iraní o uno entre sunníes y shiíes. Si logramos abortar este intento, destruiremos ciertamente el perverso esquema americano-israelí en la región, saliendo así airosos de una clara batalla. “Irán es la única nación que celebra el Día global de Al Quds (Jerusalén). Irán cambio sus alianzas estratégicas en la región cuando derribó al Shah. Irán es el primer país en haber abierto una embajada palestina en su tierra. Irán declara claramente que está orgulloso de apoyar, incondicionalmente, a la resistencia en Líbano y Palestina en un momento en el que otros han sido advertidos para no hacerlo. Nadie debe estar avergonzado de decir: Sí, estamos en contacto con Irán y estamos orgullosos del apoyo iraní. Esperamos que todos los gobiernos y regímenes árabes ayuden a los movimientos de resistencia, como Siria e Irán están haciendo. La de Irán es la única voz que se levanta en contra del proyecto sionista. ¿Quién se atreve a decir lo que el presidente Ahmadineyad ha dicho sobre el sionismo? Y no estamos hablando de un hombre que encabeza un movimiento, sino de un jefe de un estado que tiene sus intereses y sus relaciones económicas y comerciales con otros países. Cuando Irán nos apoyó, y todavía no está apoyando, para liberar nuestro país, no nos impuso condiciones ni dictados. No nos instruyó sobre lo que hay que hacer o no hay que hacer. Incluso cuando dejamos de hacerlo notar (este apoyo), ellos no nos culparon. Por el contrario, comprendieron nuestras circunstancias. El liderazgo de Irán cree que está cumpliendo con su deber religioso. De otro modo, la República Islámica utilizaría a Palestina como una carta de negociación para sus intereses. Los norteamericanos no tendrían ningún problema con eso mientras que sirviera a su proyecto.
Me gustaría terminar mi discurso diciendo que la batalla por la conciencia hoy es hacer frente a un plan de sedición y división, el plan para crear un enemigo ficticio y engañar a la gente haciéndola olvidar quién es el enemigo real.

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