sábado, 13 de marzo de 2010

Berlusconi ordenó: Cierren el programa 'Annozero'


Berlusconi presionó a un miembro del AGCom, organismo que controla la pluralismo y la imparcialidad informativa, y al director del telediario de la RAI1

Antonio Massari
Il Fatto
Traducido para Rebelión por Susana Merino


Silvio Berlusconi quería “cerrar” Annozero. Un miembro de la Agcom [Agencia para las comunicaciones] después de haber hablado con el premier – solicitaba denuncias contra Michele Santoro, presentador del programa Annozero. El director del telediario de RAI1, Augusto Minzolini – hablando telefónicamente con el jefe de gobierno - le anunciaba haber preparado programas especiales sobre los jueces politicizados listos para emitir. Sus conversaciones telefónicas terminaron formando un archivo explosivo. Berlusconi. Minzolini y el comisario de la Agcom, Giancarlo Innocenzi fueron interceptados durante varias semanas por la Guardia de Finanzas de Bari, mientras discutían sobre las transmisiones de la TV pública.

Según Il Fatto Quotidiano serán indagados en la causa abierta en la fiscalía de Trani. El tema de las “manos en la Rai” surgió de una investigación iniciada hace mucho. La investigación – realizada por el fiscal Michele Ruggiero – se vinculaba en sus orígenes con algunas tarjetas de crédito de American Express. Fue una intrascendente investigación sobre intereses usurarios, iniciada hace más de un año, la que desveló los verdaderos vínculos entre Berlusconi, el director general de la Rai Mauro Masi (que no está entre los investigados), el director de TG1 y la Agcom. A esas tarjetas de crédito las llamaban en jerga, “revolving card”. Están comercializadas por American Express y según las hipótesis de la acusación, aplican intereses usurarios a las deudas morosas. En otras palabras: el cliente que no paga su deuda en los tiempos previstos, corre el riesgo de pagar altísimas tasas de interés. De ahí que [el fiscal] Ruggiero empezara a investigar. Durante meses y meses. Desde comienzos del 2009.

Hasta que un rastro lo deriva a otra pista. El fiscal y la policía judicial descubren que alguien – probablemente jactándose – está seguro de poder circunscribir el alcance del escándalo: hay alguien que tiene los contactos debidos dentro de la Agcom, que es también Garante de los consumidores. Alguno presume – siempre jactándose – de tener buenos contactos incluso en el TG1 [telediario más importante de la RAI1]: y está convencido de poder bloquear los servicios periodísticos sobre ese tema, interviniendo ante su director, Augusto Minzzolini. Los llamados telefónicos se entrelazan. Crecen las sospechas La investigación pega un salto. Y la suerte es extraña: Minzzolini difundirá la información sobre las tarjetas de crédito “revolving”. Pero entre tanto la Guardia de Finanzas descubre la red de relaciones que pesan sobre la Agcom y la Rai. Llamada telefónica sobre llamada telefónica se percibe el peso de Berlusconi en dichas conductas. Los investigadores descubren que el Presidente del Consejo se halla periódicamente en contacto con el director de la TG1, La fiscalía escucha directamente las presiones del premier sobre Agcom. Registra la fibrilación en cada emisión de Annozero. Escucha en directo las lamentaciones del premier: “Il cavaliere” no puede más. Quiere que Annocero y otros “gallineros” – como los llama públicamente - sean cerrados. Y Agcom debe hacer algo. Berlusconi es telefónicamente explícito: cuando confronta con Innocenzi – que debería ser la garantía del estado, habla de clausura. E Innocenzi no solamente lo favorece sino que trata de buscar la manera de sancionar a Santoro y para eso sirven las denuncias. Y por lo tanto busca alguien que las firme.

Los papeles se trastocan: y Agcom busca a alguien dispuesto a firmar las denuncias contra Santoro. Innocenzi, está dispuesto llegado el caso a proporcionarle al abogado un político, el asesoramiento de los mismos funcionarios. La cadena se arruina, un miembro del Agcom (que desempeña un papel público) trata de ofrecer la colaboración competente de los mismos funcionarios (pagados con dinero público), con la ventaja de un político para poder sancionar a Santoro (periodista del servicio público) En todo caso se busca tantear la presentación de una denuncia por un general de los Carabineros. La imagen de Berlusconi que surge de la investigación es la de un Jefe de gobierno alérgico a cualquier crítica y a la libertad de opinión. Se lamenta por la presencia del director del diario La Repubblica, Ezio Mauro y de “Parla con me”, Serena Dandini, por otra parte es reincidente. Hace muy poco invitó, como subraya el premier, también al fundador de Repúbblica, Eugenio Scalfari. El premier se descompone en el estudio de la Dandini, dos periodistas (del calibre de Mauro y de Scalfari) lo han atacado. Se pregunta – y cómo – puede intervenir la Agcom. Inocenzi razona. Soporta cotidianos llamados telefónicos. Berlusconi acosa a Innocenzi, insistentemente al punto de decirle que dado que toda la Agcom no puede frenar a Santoro debería renunciar.

El premier demuestra que no distingue entre el papel de la Agcom y su papel de Jefe de Gobierno. Parece que la autoridad de garantía debe actuar como su garantía personal. Se le escapa que también la Agcom puede intervenir solo después de la transmisión de Annozero. No antes. Y en efecto – luego de haber escuchado el desahogo telefónico de Innocenzi sobre las quejas de Berlusconi – un día el director de la Rai, Mauro Masi, se ve obligado a admitir que ciertas presiones no se escuchan ni siquiera en Zimbabwe.

El paroxismo llega a fin de año. Cuando Santoro hace dos programas que tienen récord de audiencia y tocan de cerca al premier. La primera acerca del proceso al abogado inglés Mills, investigado en cierto momento por corrupción, delito actualmente prescrito. La segunda sobre latratativa entre el Estado y la Cosa Nostra, en las que Santoro se apoya en las declaraciones del capo mafioso Spatuzza a propósito de las relaciones entre la mafia y la creación de Forza Italia. No se deben mostrar en la TV procesos judiciales que se deben desarrollar en los tribunales: eso brama Berlusconi con Innocenzi. Según el premier – Innocenzi se desahoga con Masi – se le podría decir a Santoro que no puede hablar del proceso a Mills en TV. No es así como funcionan las cosas, replica Masi. No funcionan así ni en Zimbabwe. Sin embargo, Masi no se ahorra las intimaciones.

Para el presidente a la Rai no le faltan ocasiones para amenazar con la suspensión de Santoro y sus transmisiones. Al amparo de las transmisiones sobre Spatuzza, también Marcello Dell’Utri lo llama a Innocenzi. Es toda otra música la que se escucha cuando el premier habla con Mizzolini a quien Berlusconi llama Directorísimo. Sobre los problemas palermitanos, Minzolini le comunica que está dispuesto a intervenir si otros quieren juego sucios. Al día siguiente aparece puntualmente en el editorial de la TG1 : Spatuzza dice “balas”. Todos esos llamados telefónicos. Reunidos ahora en un solo fascículo, con relación al inicial deberán ser evaluados desde el punto de vista judicial. Si existen delitos, deberán se evaluados y si constituyen pruebas tendrán peso en el juici. Todo está por verse y por verificarse obviamente, pero es un hecho cierto que todas esas llamadas telefónicas son “pruebas” del régimen. Están demostrando la imperceptible diferencia entre los papeles del controlado y del controlador, de lo público y de lo privado.

Berlusconi, que siendo jefe de gobierno lo es también de Mediaset, habla como jefe a quién no debería, a Giancarlo Innocenzi, demostrando que no existe la separación entre los dos poderes. Otro tanto se puede decir de las palabras deferentes de Innocenzi que al contrario de declinar las invitaciones exhibe telefónicamente su propia obediencia y complace a Berlusconi: muy pronto se producirá el encuentro con Santoro. Detrás de las afirmaciones parece delinearse un plan. Es solo una impresión. Pero el premier sostiene que esas transmisiones deben ser suspendidas, bajo el estímulo de la Agcom, pero por acción de la Rai. Tres meses después de este diálogo, asistimos a la suspensión de Annozero, Bailaré, Puerta a puerta y Ultima Palabra por la propia mano de la Rai, en todo el último mes de la campaña electoral. Luego : la noticia de la crónica judicial dice que Berlusconi, Innocenzi y Minzolini están implicados en la investigación.

La noticia más interesante es sin embargo otra: el régimen ha sido transcripto. En miles de páginas. Es lo que se desprende de los chanchullos de las escuchas telefónicas. Habla con las palabras del “presidente” El territorio de conquista es la RAI. El conflicto de intereses del premier Silvio Berlusconi – gracias a estas investigaciones – es hoy un hecho “probado”. No más discutible.

http://antefatto.ilcannocchiale.it/glamware/blogs/blog.aspx?id_blog=96578&id_blogdoc=2454542&yy=2010&mm=03&dd=12&title=cos

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