jueves, 11 de junio de 2009
Carta de Hashemí Rafsanyani al líder de la República Islámica
En nombre de Dios, el Clementísimo, el Misericordiosísimo.
A su Excelencia, Ayatolá Jameneí
Lamentablemente, las manifestaciones carentes de realidad y de responsabilidad que el Sr. Ahmadineyad ha realizado en el curso del debate electoral con el Ingeniero Mir Huseyn Musawí, así como las actitudes previas que las han propiciado y los acontecimientos posteriores a ellas, nos han traído a la memoria los amargos recuerdos de las acusaciones y comportamientos de los grupos hipócritas y contrarrevolucionarios en los primeros años tras el triunfo de la revolución, así como las calumnias vertidas en las elecciones generales del año 2004 y en las elecciones al sexto parlamento y el cieno salpicado por el grupo Palizdor, ya condenado en los tribunales de justicia.
Y, puesto que algunas de esas manifestaciones ya habían sido expuestas anteriormente en los medios de comunicación estatales y sus cargas de artillería previas habían sido disparadas en su discurso en la sagrada ciudad de Mashad, no se puede aceptar que sus palabras en el debate mencionado fueran producto del calentamiento propio del debate y que careciesen de una programación previa y más bien parecerían destinadas a distraer sobre los informes documentados y continuos de la Oficina de Hacienda, que confirman la desaparición de mil millones de dólares y la realización de miles de irregularidades en el gasto de los presupuestos estatales y el que, quizás, su adversario fundamental sea el honor del cuarto de siglo transcurrido de la Revolución Islámica.
Decenas de millones de personas en el interior y el exterior del país han sido testigos de las mentiras y de las afirmaciones alejadas de la verdad, contrarias a la ley islámica, al derecho, la ética y la justicia, que han tomado como blanco de los ataques el honor de nuestro sistema islámico.
Ha puesto en cuestión las decisiones del fundador de la República Islámica de Irán y los esfuerzos del fallecido Imam, de las personas musulmanas y comprometidas y de los religiosos de gran estatura que, a lo largo del medio siglo pasado, han logrado establecer, consolidar y desarrollar con sus esfuerzos el glorioso edificio del sistema islámico. Peor que eso es imposible. El periodo luminoso en el que usted mismo, siguiendo la dirección del Imam, con un esfuerzo vanguardista, asumió la Presidencia de la República y posteriormente el Liderazgo del Sistema, cumpliendo con ese papel y sus responsabilidades de manera excelente.
Un punto de estas calumnias al que merece la pena prestar atención es el hecho de que, de manera indirecta, se haya tomado como blanco de los ataques la posición del Gobernante Islámico (maqam-e wiláyah) durante el periodo del liderazgo del fallecido Imam y de su Excelencia, que habéis sido los guías de los sucesivos gobiernos y que confirmasteis y alabasteis la labor directiva de los mismos con manifestaciones explícitas.
Tras el aciago acontecimiento del 14 de Esfand de año 1359, (4 de Marzo de 1980), con la guía del Imam y fundador de la República Islámica, Shahid Doctor Beheshtí, su Excelencia y este servidor, que en los slogans de la gente fuimos popularmente denominados “Los tres ayudantes de Jomeini”, acompañados de las fuerzas revolucionarias y, particularmente, de los representantes comprometidos del primer parlamento y del Partido de la República Islámica, fuimos capaces de despejar con éxito el polvo levantado por las dudas envenenadas y llevamos a cabo acciones efectivas y el fallecido Imam, que conocía el dolor (que tales comportamientos provocaron), con la creación del Grupo para Esclarecer la Verdad y Juzgar (Guruh-e Haqiqat Iob wa Dowar) aclaró parte de las verdades. El resultado de aquello fue que la gente dispuso de una mayor información, que se desenmascaró a los sediciosos y que, finalmente, se libró al país del peligro que los enemigos arrogantes y contra revolucionarios habían diseñado.
Desde luego, no pretendo compara al gobierno actual con el gobierno de Bani Sadr ni quiero para este gobierno el destino que aquel gobierno tuvo, sino que mi intención es que debemos impedir que el país se ve atrapado en los acontecimientos que aquellos días tuvieron lugar.
Para evitar contaminar la atmósfera política del país durante el periodo electoral con mayor suciedad, este servidor evitó reaccionar inmediatamente a los ataques, tal y como el país estaba esperando.
En el Funeral del Aniversario del fallecimiento del Imam, la misericordia de Dios sea con él, le dije al Sr. Ahmadineyad que en sus manifestaciones existían abundantes afirmaciones que se alejaban de la verdad y la falsa afirmación de que yo había mantenido una conversación telefónica con una autoridad árabe, así como afirmaciones del director de la campaña electoral de los candidatos y acusaciones inadecuadas hacia todas las personalidades del sistema, entre ellas el Sr. Nateq Nurí y mis propios hijos y le recordé que, lo peor de todo, se estaban poniendo en cuestión los comportamientos del fallecido Imam. Y le propuse que se desdijese explícitamente de las acusaciones inadecuadas, para que no fuese necesario que las personas y las familias que habían sido víctimas de los disparos impropios dirigidos a ellos de manera innoble y opresora, tuvieran que recurrir a las denuncias legales para defenderse.
También se solicitó a la radio-televisión que se diese un tiempo a las partes afectadas, en conformidad con los estatutos del Ente, para que pudiesen defenderse ellas mismas de las acusaciones vertidas en su contra, aunque en el pasado ya se había dado respuesta a algunas de las acusaciones y el Presidente del Poder Judicial de aquel momento, Su Excelencia Sr. Yazdí, cuando este servidor concluyó su periodo como Presidente de la República, dando cumplimiento al Principio 142 de la Constitución, anunció públicamente la limpieza de y la ausencia de objeciones a, la familia del Presidente de la República y hasta la pérdida de patrimonio que durante el tiempo de la presidencia habían sufrido; pero la repetición de las acusaciones requiere repetición de la defensa.
Lamentablemente, estas dos propuestas bienintencionadas no han sido aceptadas y también el Líder de la Revolución ha considerado adecuado permanecer en silencio y no hay duda de que la población y especialmente la generación joven necesitan que se les informe la verdad. Una verdad que guarda una relación directa con el crédito del Sistema y el afecto del país, pues si estuviese limitada al derecho de unas pocas personas, no habría escrito esta carta.
Estoy seguro de que Su Excelencia sabe bien que este servidor y muchísimas de las grandes personalidades influyentes de la revolución y hasta Su Excelencia misma, estuvimos presentes durante el periodo de la guerra, en los años primeros de la Revolución y en los periodos en que sufrimos los ataques de los elementos descontrolados y contrarrevolucionarios, y soportamos siempre con paciencia las calumnias y los insultos y ofensas y nos las echamos a la espalda. Y durante este periodo último, desde hace aproximadamente cinco años hasta hoy, he soportado con paciencia las calumnias y ataques, sufriendo, como se dice, el diente en el hígado, y por Dios y por el beneficio de la Revolución y del país he mantenido oculta mi tristeza y por esa razón he sufrido muchas críticas de quienes tienen su corazón comprometido con el Islam y con la Revolución y de mis familiares. Pero lo importante es que, esta vez, las calumnias provienen del Presidente de la República y han sido recogidas por los medios del país. Desde luego, en su momento oportuno, las desviaciones y las injusticias no dichas de las elecciones y de los actos de este noveno gobierno se pondrán a disposición de la gente y de la historia.
La historia es testigo de que la mayoría de las personas comprometidas y revolucionarias de nuestro país están poco influenciadas por las afirmaciones alejadas de la verdad que se han venido emitiendo y la prueba de ello es el voto, que me llena de orgullo, que las gentes otorgaron a este servidor en las últimas elecciones para el Consejo de Expertos del Liderazgo (Mayles-e Jubregon-e Rahbarí) y también usted sabe bien que en la marcha de las elecciones actuales hasta ahora, debido a las responsabilidades oficiales que tengo, no he realizado declaraciones a los medios ni a favor ni en contra de nadie, ni he realizado comentarios sobre los enfrentamientos electorales y, en los casos en que me he visto obligado, me he limitado a hablar en general de la importancia de que se produzca la mayor participación popular posible al pie de las urnas y sobre la limpieza del proceso electoral y he anunciado oficialmente que no tenía programado participar en las elecciones.
Ninguna de las cuatro personas que se presentan como candidatos a estas elecciones no me han pedido mi opinión y después de inscribirse como candidatos tampoco me han pedido que les apoyo y, si he estado presente en alguna reunión, excepto las generalidades anteriormente mencionadas, no se ha escuchado nada de mí. Y si algún grupo o partido ha querido saber mi opinión sobre su línea electoral les he dicho que actuasen en conformidad con su programa y, realmente, ellos han actuado conforme a sus propias decisiones y las de sus colaboradores y, sinceramente, la calumnia de que están manipulados por mí, son una forma de opresión y una falta de respeto hacia ellos, que no tiene justificación.
Merece la pena prestar atención al hecho de que, probablemente, los miembros de este gobierno, en mi opinión, están informados de que yo no considero que la continuación de este estado de cosas sea adecuado para la salud del Sistema y del país y usted mismo está al corriente de la opinión de este servidor y de sus causas. Pero, aunque no yo no la he hecho pública, los propios miembros del gobierno se han ocupado de presentarla de manera exagerada y la razón para exagerarla de esa manera ya ha quedado clara en ese debate.
Con todo ello, y suponiendo que este servidor continuase con su misma actitud paciente anterior, no hay duda de que algunas personas, partidos y grandes grupos no soportan que esta situación continúe y los volcanes que se alimentan de lo que hay en el interior de los pechos ardientes, se manifestarán a escala social. El ejemplo de ello son las reuniones multitudinarias que están teniendo lugar en las asambleas electorales de las plazas, calles y universidades y de las que estamos siendo testigos.
Si el sistema no quiere o no puede enfrentarse a los feos y condenables acontecimientos, tales como las calumnias, mentiras y falsas afirmaciones que se están realizando y si los responsables de aplicar la ley no quieren o no pueden perseguir las violaciones explícitas de la ley que se están produciendo de manera corrupta en las proclamas de ciertos individuos, y que sólo después de que los tribunales de justicia hayan establecido su veracidad y condena pueden ser hechas públicas, y si la persona que se encuentra en posesión de la Presidencia de la República, sin respeto a la sagrada posición que ocupa, considera permisible cometer tales grandes faltas carentes de ética, a pesar de sus juramentes de respetar la ley islámica y las leyes del país ¿Cómo podemos considerarnos a nosotros mismos seguidores del sagrado orden islámico?
Excelencia, Líder de la Revolución:
Ahora que el fallecido Imam, la misericordia de Dios sea con él, ese sabio maestro espiritual capaz de dar solución a los problemas, refugio de todos nosotros y paciente y anciano ayuda de nosotros dos, que el oprimido mártir Ayatolá Doctor Behestí y que muchos de nuestros antiguos compañeros de trinchera han alcanzado la gloria del martirio o han fallecido, y ya no se encuentran presentes entre nosotros, y que sólo quedamos usted y yo y un pequeño número de los amigos y antiguos compañeros de ideas, espero de Su Excelencia, atendiendo a su posición, a su responsabilidad y a su personalidad, que, ponga en práctica de la manera que considere más conveniente las medidas necesarias para resolver eficazmente este problema y las peligrosa divisiones y para apagar el fuego cuyo humo se puede contemplar ahora mismo en aire, que impidan que se aviven aun más las llamas de este fuego, durante los acontecimientos electorales y después de ellos.
Por ello, en el tiempo que aun queda, parece necesario que para que se cumpla el deseo de Su Excelencia y de las personas de que tengan lugar unas elecciones limpias, tranquilas y con la mayor participación posible, con una acción que pueda poner a salvo el país del peligro, y que refuerce la unidad nacional y la confianza general, para que los creadores de problemas no puedan jugar con las expectativas y las opiniones vertidas en los discursos de Su Excelencia en Mashhad y en el Mausoleo del fallecido Imam desvirtuándolos con sus propios deseos e, ignorando las leyes, echar leña al fuego.
Una fuente se puede tapar con una pala.
Cuando se llena no se puede tapar con un elefante.
Su amigo y compañero de camino y de trinchera de ayer, de hoy y de mañana.
Hashemí Rafsanyani
Teherán, Martes 9 de Junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario